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River campeón mundial sub 17, ¿hay futuro?

El equipo juvenil millonario sub 17, en su mayoría chicos de la categoría 96`, se consagró campeón del mundo en la séptima edición de dicha competencia que se disputó en la ciudad española de Madrid. Justo campeón, le gano sin dudas al Atlético de Madrid, con un gol de penal del goleador del certamen Sebastián Driussi.

Luego de haber jugado 4 partidos en 6 días, después de haber enfrentado a equipos de la talla de la Sampdoria, el Málaga, el Real Madrid y el mismísimo Barcelona, a los pibes de River sólo les quedaba el esfuerzo final, ganarle al “Aleti” en la final y traer el preciado trofeo a la Argentina.

En un partido en el que no sufrió ningún sobresalto, con una actuación destacada como la del goleador Driussi, que fabricó el penal que él mismo convirtió; y un descollante rendimiento del enganche Andrade, coronó un certamen perfecto. La derrota frente a los “merengues” con un discutido tiro libre a favor de los locales y una incorrecta expulsión, no opacan el rendimiento de estos juveniles de River que viajaron con un solo objetivo a España. Traer la Copa del Mundo, y lo lograron.

El arquero Batalla, figura en la semi final frente al Barcelona; los centrales Vega y Mammana impasables, el enganche Andrade con un dominio y una visión de campo pocas veces visto en chicos de esa edad; la calidad del negociado de DAP Mauro Mallorca, y la fiereza en ataque de Driussi, fueron las claves que le permitieron a River consagrase campeón del mundo por primera vez en la categoría.

Quien ha visto los encuentros lo podrá asegurar, hay futuro. Pero el interrogante en el título de la nota es obligatorio. Obligatorio por la dirigencia de este club, que vendió a Erik Lamela con 36 partidos en primera, a Lucas Ocampos con 38, a Roberto Pereyra con poquitos mas, y que ya se le hace agua la boca con las actuaciones que está teniendo el colombiano Balanta.

Estos chicos demostraron que levantaron el nivel que el equipo “millonario” venia mostrando en las divisiones inferiores. Demostraron que tienen la calidad necesaria para vestir el “manto sagrado”.  Pero todo debe darse en un curso normal. Tienen que llegar juntos a primera, y por sobre todo, tienen que mantenerse juntos jugando en la primera división. El próximo paso seguramente será la división reserva, para después  jugar en el equipo de Ramón. Pero eso sí, si la dirigencia cuando ve a estos chicos, solo ve números y billetes, estamos perdidos. No sirve de nada todo el tiempo y dinero invertido, no sirve de nada este logro conseguido. Nada sirve, si en lo único que se piensa es “en cuanto vamos a vender a estos pibes”.

Por eso el interrogante. Porque en este club, nada te asegura el futuro. Ni siquiera una buena camada de juveniles, porque así como debutan se van.  Y si  realmente se quiere pensar en vistas al futuro, esa no es la lógica que debe utilizarse.

El equipo juvenil millonario sub 17, en su mayoría chicos de la categoría 96`, se consagró campeón del mundo en la séptima edición de dicha competencia que se disputó en la ciudad española de Madrid. Justo campeón, le gano sin dudas al Atlético de Madrid, con un gol de penal del goleador del certamen Sebastián Driussi.

Luego de haber jugado 4 partidos en 6 días, después de haber enfrentado a equipos de la talla de la Sampdoria, el Málaga, el Real Madrid y el mismísimo Barcelona, a los pibes de River sólo les quedaba el esfuerzo final, ganarle al “Aleti” en la final y traer el preciado trofeo a la Argentina.

En un partido en el que no sufrió ningún sobresalto, con una actuación destacada como la del goleador Driussi, que fabricó el penal que él mismo convirtió; y un descollante rendimiento del enganche Andrade, coronó un certamen perfecto. La derrota frente a los “merengues” con un discutido tiro libre a favor de los locales y una incorrecta expulsión, no opacan el rendimiento de estos juveniles de River que viajaron con un solo objetivo a España. Traer la Copa del Mundo, y lo lograron.

El arquero Batalla, figura en la semi final frente al Barcelona; los centrales Vega y Mammana impasables, el enganche Andrade con un dominio y una visión de campo pocas veces visto en chicos de esa edad; la calidad del negociado de DAP Mauro Mallorca, y la fiereza en ataque de Driussi, fueron las claves que le permitieron a River consagrase campeón del mundo por primera vez en la categoría.

Quien ha visto los encuentros lo podrá asegurar, hay futuro. Pero el interrogante en el título de la nota es obligatorio. Obligatorio por la dirigencia de este club, que vendió a Erik Lamela con 36 partidos en primera, a Lucas Ocampos con 38, a Roberto Pereyra con poquitos mas, y que ya se le hace agua la boca con las actuaciones que está teniendo el colombiano Balanta.

Estos chicos demostraron que levantaron el nivel que el equipo “millonario” venia mostrando en las divisiones inferiores. Demostraron que tienen la calidad necesaria para vestir el “manto sagrado”.  Pero todo debe darse en un curso normal. Tienen que llegar juntos a primera, y por sobre todo, tienen que mantenerse juntos jugando en la primera división. El próximo paso seguramente será la división reserva, para después  jugar en el equipo de Ramón. Pero eso sí, si la dirigencia cuando ve a estos chicos, solo ve números y billetes, estamos perdidos. No sirve de nada todo el tiempo y dinero invertido, no sirve de nada este logro conseguido. Nada sirve, si en lo único que se piensa es “en cuanto vamos a vender a estos pibes”.

Por eso el interrogante. Porque en este club, nada te asegura el futuro. Ni siquiera una buena camada de juveniles, porque así como debutan se van.  Y si  realmente se quiere pensar en vistas al futuro, esa no es la lógica que debe utilizarse.