Por Daneo Giovinazzi.- La selección de fútbol de Italia afrontó una importa renovación en los últimos años, ya sea por retiros de sus últimos referentes o por los cambios rotundos de directores técnicos que han intentado mantener una difícil mística. Fiel a su estilo de juego, la Azzurra ha continuado con esa poco vistosa forma de juego, de una estrategia defensiva notable, sin temor a revolear la pelota hacia delante y pura contundencia en la ofensiva.
El último gran logro italiano fue en el Mundial de Alemania 2006, obtuvo una agónica consagración ante la Francia de Zinedine Zidane. La hegemonía esperaba imponerse, pero el nacimiento de un sólido seleccionado de España como máxima potencia mundial, empezaba a barrer a Italia de los primeros puestos. Tan solo dos años después, en la Eurocopa 2008, la Roja dejaba afuera en Cuartos al seleccionado de Roberto Donadoni, que había reemplazado al técnico campeón Marcello Lippi, y comenzaba su reinado tanto en Europa, como en el resto del mundo. Luego de otro par de años vendría lo peor: en el mundial de Sudáfrica del 2010, Italia quedaría eliminada en primera ronda, con tan solo 4 goles a favor y la peor actuación en mundiales en su historia.
Tocó fondo y el seleccionado italiano tuvo que empezar de cero. Cambió sus máximos referentes de cara a las últimas competiciones que le ha tocado jugar. Ya sin baluartes como Fabio Cannavaro, Gianluca Zambrotta, Gennaro Gattusso, Francesco Totti, Alessandro Del Piero le toca la posibilidad de mostrarse a la nueva generación, compuesta por figuras de la liga italiana, en su mayoría jugadores del bicampeón de liga, Juventus. Algunos que siguen estando como los experimentados Gianlugi Buffon o Andrea Pirlo, y jugadores afianzados como Giorgio Chiellini, Claudio Marchisio, Sebastián Giovinco, el excéntrico Mario Ballotelli, o la joven promesa del Milan, El Shaarawy.
En este último período y con las dos eliminaciones en manos del seleccionado español, quedan cosas por cambiar. El juego quizá sea un poco más ofensivo, con mayor cantidad de jugadores en la mitad de la cancha y más posesión de balón, pero no nos engañemos: nunca ha dejado de lado esa firme y contundente forma de defender, ya sea con tres centrales y dos laterales o una línea de cuatro defensores clásica. Brasil 2014 se espera con ansias y se conserva la esperanza, de poder volver a realizar una buena Copa del Mundo y así, satisfacer las aspiraciones de un público que imagina a la selección de Cesare Prandelli entre los primeros puestos.
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