Si hay un idioma universal por excelencia, es la música. Y los integrantes de Playing for Change lo entendieron mejor que nadie. Este movimiento que desde el 2005 nuclea a casi un centenar de músicos alrededor del mundo, busca “inspirar, conectar, y traer paz al mundo mediante la música” –además de garantizar a quien los escuche un buen rato de deleite para los oídos y seguramente los pies-.
Asentados en la idea de que la música trasciende todo tipo de barreras, PFC cuenta no sólo con un amplio repertorio musical -que abarca desde covers de clásicos como Redemption song, Gimme shelter, Sittin’ on the dock of bay y la infaltable Imagine, hasta producciones propias que explotan de ritmo-, sino también con una larga lista de países recorridos. Estos músicos realizan sus grabaciones en un estudio móvil que les permite viajar “donde la música los lleve”.
Pero la tarea de éstos artistas no se limita a dar a conocer sus producciones. A través de las colaboraciones con intérpretes tanto de renombre como aficionados, el movimiento evolucionó en un proyecto para brindar educación musical a quienes cuentan con menos recursos alrededor del globo. Algunos de los programas que desarrolla PFC incluyen escuelas de música, cultura y baile principalmente en el continente africano, con lo que además generan puestos de trabajo constantemente.
Posiblemente por todo esto es que este movimiento tiene enganche por donde se lo mire. Cada uno de sus trabajos derrocha energía, ritmos contagiosos, destreza musical, buena onda y sobre todo corazón. Seguramente Lennon, donde esté, debe estar contento. Al fin y al cabo, los chicos de Playing for Change le dan la razón: todavía hay soñadores.
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