El cantante de Black Sabbath dio el show que se intuía, casi un calco del de aquella vez en el Quilmes Rock y el mismo que nos contaba la Rock&Pop en la semana. Lo que no sabíamos era que se iba a quedar sin voz y que nos iba a doler. Por lo menos sigue vivo, ¿no?
Miles de argentos con remeras de Ozzy, Sabbath, V8, Slayer, Riff y demás ocupaban buena parte de la cancha de rugby de GEBA, impacientes, ansiosos y bastante exaltados luego de la presentación de Sepultura (que segundos antes se despedía con el clásico Roots Bloody Roots). Sólo restaba que la bestia se hiciera presente.
“Let the madness begin!” (¡que empiece la locura!) exclamó el mismísimo Príncipe de las Tinieblas, el señor, la leyenda, el gran Ozzy Osbourne ante más de 15 mil fanáticos de diferentes generaciones, para desvirgarles los oídos con Bark at the Moon. “¿Me extrañaron?” preguntó el cantante ante una multitud que aclamaba su nombre. Fue en ese momento que aprovechó el clima de excitación del público para tocar el correcto corte de difusión de su último disco Let me hear you scream, con respuesta inmediata por parte de los presentes.
Si tenés una idea de lo que es Ozzy en vivo, sabés que es un hombre grande, con achaques de la edad y las inevitables consecuencias de haberse drogado con todo tipo de substancia en más de tres décadas seguidas y que la historia hoy es casi todo lo que tiene para ofrecer. Pero también sabés que en un momento va a empezar a revolear baldazos de agua para todos lados, incluyéndose, pidiendo que “todos se vuelvan fuckin crazy”. Por eso tampoco extrañó que agarrara una manguera con una mezcla de agua y espuma y que se desquite con todos los que estaban a 200 mts de diámetro. Pero estaba fresco, 20°, había que ser muy macho para estar empapado arriba del escenario.
Tercer tema, Mr Crowley. De pie señores, por primera vez, el infierno se hizo encantador. La canción del fallecido maestro de la magia negra y el satanismo Aleister Crowley fue uno de los mejores momentos de toda la noche. Ozzy empezó el tema de frente al micrófono, con los brazos extendidos en forma de cruz y lo terminó arrodillado en el piso, abatido. Media entrada ya estaba bien comprada.
A este pedazo de historia rockera viva le encantan las reverencias y los halagos multitudinarios. Imaginen cuando la voz de Black Sabbath (sin desmerecer a Dio) presentó Fairies wear boots, el primer tema de la banda de las plateadas cruces que nos enamoró para siempre. Mucha emoción y cuernito al aire. Eso representa el curriculum de Ozzy. Es el que te dice en Suicide Solution “were to hide? suicide is the only way out” (¿dónde esconderse? El suicidio es la única salida). Y con la manguera y los baldazos volvió a empaparse y a los del pogo también. Y ya estaba en los 19°, casi 18°. Aunque nada importó en War Pigs, otro de los puntos máximos de la noche, piel de gallina para este periodista que pensó que no volvería a escuchar esa canción en vivo, cantada por su autor.
Luego de que la banda que acompaña al británico Osbourne tuviera sus cinco minutos de fama tocando Rat Salad mezclado con diferentes solos de batería y guitarra, Iron Man despabiló a todo el auditorio y los murciélagos volvieron a temblar. Ozzy había vuelto para dar lo mejor de sí en los últimos cinco temas de la noche. Todos saltaron en masa el estribillo de I dont wanna change the World y la mayoría cantó las estrofas de Crazy Train (la canción de la lamentable pero lucrativa serie The Osbournes). Sólo restaban dos canciones, y la temperatura estaba rozando los 16°.
Antes del final, Mama Im coming home, canción que escribió a la par con Lemmy Kilmister, otra leyenda, cantante y bajista de Motorhead, nos avisó que sus cuerdas vocales estaban mal. Pudo haber sido un simple “gallo” como se lo conoce en el lunfardo, pero en Paranoid –sí, última canción de la noche, el de Sabbath, el tema más esperado de todos, sí ése mismo- prácticamente no lo pudo cantar. La voz no le salía, se le cortaba, trataba pero balbuceaba, sólo podía esperar que la canción terminara, apuntando el micrófono hacia el público, mirando a los costados, nervioso y sin ánimos de seguir agitándola. Ya no más.
Más allá de eso que cuento y realmente sucedió, en RnB creemos que figuras de la talla del señor Osbourne merecen nuestro respeto y máxima admiración por el legado y el fruto de su creación. Para que seamos meticulosos existen otros miles de grupos que si demostraran al menos el 20% de lo que Ozzy es, sin dudas quedarían en la historia del Rock and Roll mundial.
El pedido de RnB: ¡Ozzy venite a la Argentina con los muchachos de Black Sabbath!
Lista de Temas:
1) Bark at the Moon
2) Let me hear you scream
3) Mr. Crowley
4) I don’t know
5) Fairies wear Boots
6) Suicide Solution
7) Road to nowhere
8) War Pigs
9) Shot in the Dark
10) Rat Salad
11) Iron Man
12) I don’t wanna change the world
13) Crazy Train
14) Mama Im coming home
15) Paranoid
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