En una semana complicada para Julio César Falcioni por la incertidumbre sobre su continuidad generada en las declaraciones cruzadas entre Juan Carlos Crespi y José Beraldi, Boca jugó un gran partido y mostró una contundencia que no aparecía hace mucho tiempo para terminar goleando por 4-0 a Unión de Santa Fe en la Bombonera.
Fue el partido que tantas veces habrá soñado Falcioni, un partido perfecto donde el nivel y el resultado seguramente habrán dejado más que conforme al entrenador. Con la presión de tener que ganar, Pelusa mando al ataque a su equipo desde el comienzo del partido utilizando la banda izquierda como el inicio de todos los ataques. Clemente fue el as de espadas en ofensiva, Riquelme, siempre partiendo desde esa banda, se hizo eje como siempre y habilitó constantemente al lateral, dejándole más espacio a Erviti para moverse libremente por la mitad de la cancha. Gran despliegue para un mediocampo que jugó el mejor partido en la era Falcioni.
Tan bien marchaba todo, que a los 52 minutos llegó la primera alegría de la noche. Clemente se mandó por izquierda, tocó con Riquelme y el 10 se la pasó a Erviti, quién con un taco estupendo habilitó a Lucas Viatri para que el nuevo 9 Xeneize tras el retiro de Martín Palermo convierta el 1-0.
Y así fue durante toda esa primera mitad, Riquelme se apoderó del juego de su equipo y de a ratos se vio lo mejor de la sociedad con Erviti, toque corto y preciso cada vez que se juntaban. Pero a estos dos siempre se le sumaba Clemente, que jugó un verdadero partidazo pasando constantemente al ataque. Precisamente en unas de sus subidas y tras un centro de chilena, Bologna se lució para sacarle un cabezazo a Cvitanich que hubiera significado el segundo gol del partido y un poco más de alivio.
Pero en la segunda parte llegaría lo mejor. Luego de un primer tiempo donde el local tomó la iniciativa y se hizo dueño del juego, los de Falcioni regularon un poco y le cedieron el control al Tatengue para que haga todo el desgaste en busca de la igualdad. Con una buena defensa partiendo del buen desempeño de Roncaglia y Schiavi, Boca aguantó bien los ataques de Unión y mantuvo el cero en el arco custodiado por Orión. Boca se paraba de contra e intentaba liquidarlo. Viatri lo tuvo en dos oportunidades, una solo frente al arco que no pudo rematar, y otra con un disparo desde el borde del área que rozó el travesaño.
Hasta que a los 34 minutos llegó la tranquilidad para Boca y para Julio César Falcioni, y otra vez de la mano de Lucas Viatri. Luego de una asistencia de Riquelme para el recientemente ingresado Nicolás Colazo, el zurdo tiró un centro atrás que Viatri mandó al fondo del arco para aumentar la diferencia y calmar las aguas en una semana difícil.
Luego ingresó Mouche en lugar de Cvitanich, y él mismo inicio la jugada del tercero. Pared en la derecha con el Pochi Chávez y cambio de frente para un solitario Román, quién la corrió para un costado y abrió su botín derecho para colocarla al palo izquierdo de Bologna. Boca festejaba y el diez volvía a lucirse para terminar escuchando la clásica ovación de su gente.
Pero todavía había más. A los 40 minutos Riquelme se juntó con Colazo en tres cuartos de cancha, y el juvenil lanzó un zurdazo furioso que se metió por el costado derecho del ex arquero de Banfield. Boca volvía a sonreír y Julio César, observando desde el vestuario por haber sido expulsado, a respirar.
Así ganó, goleó y gustó Boca. En una de las semanas más complicadas de la era del Emperador, sus dirigidos le dieron flor de regalo para que tanto el entrenador como los dirigentes se queden tranquilos. Se despertó Boca, veremos cuanto dura…
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