Fiel a su estilo, polémico y desafiante, Ricardo Caruso Lombardi cuestionó a Lionel Messi luego de la brillante actuación que tuvo en la Final de la Supercopa de España. ¿El motivo? Que el Crack rosarino no haga lo mismo en la selección. “Si el mejor jugador no hace goles en la Copa América ni en la Copa del Mundo, sigue en deuda con todo el mundo” despotricó el técnico que descendió con Quilmes. Y agregó: “Que demuestre en la selección”.
Suena raro que un personaje tan aferrado a la táctica, estrategia, planteos, y todo lo vinculado al pizarrón, no se de cuenta de cuales son las causas de porque eso no sucede. Quizás ignora que el Barcelona es un equipo formado, con una identidad de juego y sin histeria protagónica. Donde un toque se transforma en pared, y una diagonal genera espacios para que una pelota en profundidad sea una clara situación de gol, entre otras cosas.
En el Mundial y en la Copa América, Messi ocupó más un rol de asistidor y creador que de delantero, lo cual no le impidió tener sus propias chances. ¿El resultado? Arqueros convertidos en figura, tiros en los palos, y goles de su compañeros, como por ejemplo el tan recordado gol de Palermo a Grecia.
Es cierto, ni un solo gol. Pero… ¿Cuantos goles hizo Maradona en Italia ’90? ¿Y Riquelme el Alemania 2006? Lejos están estas preguntas de una odiosa comparación, o de poner en duda las cualidades técnicas de los mencionados, pero ya es tiempo de dejar de exigirle a un jugador de 24 años que gane un partido el sólo cuando se trata de un deporte colectivo. Caruso ya debería saberlo. ¿O no le gustaría que Messi asista a Cauteruccio o a Vázquez en Quilmes aunque no haga goles? Me atrevo a pensar que si. De todas formas lo querría en el cervecero.
Afortunadamente, el apoyo y reconocimiento para Messi llegó desde el lugar que debe. Alejandro Sabella, flamante director técnico de la selección, se despacho: “Es una bendición que juegue para nosotros”. Pachorra entiende las cualidades de un equipo y otro, y las razones por las cuales el crack del Barca no es “goleador” en la albiceleste. “Hay que dejarlo tranquilo y agradecer todos los días que eligió jugar en esta selección. Si no hace acá lo mismo que allá es porque la selección y el Barcelona son diferentes”, sintetizó.
San Martin no cruzó solo Los Andes, ni Maradona no gano solo en México ’86. En el futbol, es tiempo de dejar de pensar en un heroísmo cinematográfico y empezar a encarar los proyectos como “equipo”. Que Sabella lo entienda así es un alivio para lo que viene.
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