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Ni el tiro del final te va a salir

Ni eso le va a salir a San Lorenzo con este presente. Como si las cosas anduviesen bien, hoy se confirmaron tres nuevas lesiones, a saber: Menseguez, Velázquez y Bottinelli.

Lo del Rayo era lo más esperable. Ayer fue al banco porque tenía el cuádriceps contracturado. Ingresó en el segundo tiempo y no pudo terminarlo, el dolor regresó y devino en un desgarro que lo dejará 21 días afuera.

No será la única ausencia en la delantera, porque también se desgarró el paraguayo Pablo Velázquez. El lungo estará también tres semanas sin jugar. De este modo, Ramón Díaz sólo cuenta con Pedrozo y Salgueiro como delanteros en el Plantel Profesional. Cabe recordar, la rotura de ligamentos que en la segunda fecha sufrió Nahuel Benítez que reaparecerá en el Apertura.

La imagen muestra la actualidad de San Lorenzo: lamento y desilusión.

La última mala del Ciclón (como si tuviese pocas) está en la defensa y es la más grave. Jonathan Bottinelli se rompió el menisco interno de la rodilla izquierda y estará parado dos meses. Se perderá casi lo que resta del torneo. Ésta será, quizás, la ausencia que más sentirá el equipo.

Días atrás, Gastón Aguirre se había resentido de su delicada lesión en la rodilla y esto le sumó seis meses más de descansoen plena recuperación, que llevaba a cabo con otro defensor, Fernando Meza.

Otro que no está bien es Pablo Migliore, que tiene una fatiga en su cuádriceps derecho que comenzó en un golpe contra Lanús. Y también Leandro Romagnoli, que se encuentra con el tobillo inflamado luego de un golpe ayer contra Vélez.

A este San Lorenzo, que en el inicio atinó a ser un animador y un elenco bien encaminado, las cosas cada vez le salen peor. Hace cuatro partidos que no gana, ayer jugó el primer partido de su historia sin hinchas, tiene los números más que en rojo, un plantel plagado de lesiones y un técnico que camina en la cuerda floja y, dicen las malas lenguas, cada vez tiene peor relación con el plantel y los dirigentes.

Para los hinchas en plena desazón queda el anhelo máximo, la ilusión de la vuelta para el barrio y por qué no, ganar el clásico barrial en 9 días para despejar un poco esta tormenta desoladora.

Ni eso le va a salir a San Lorenzo con este presente. Como si las cosas anduviesen bien, hoy se confirmaron tres nuevas lesiones, a saber: Menseguez, Velázquez y Bottinelli.

Lo del Rayo era lo más esperable. Ayer fue al banco porque tenía el cuádriceps contracturado. Ingresó en el segundo tiempo y no pudo terminarlo, el dolor regresó y devino en un desgarro que lo dejará 21 días afuera.

No será la única ausencia en la delantera, porque también se desgarró el paraguayo Pablo Velázquez. El lungo estará también tres semanas sin jugar. De este modo, Ramón Díaz sólo cuenta con Pedrozo y Salgueiro como delanteros en el Plantel Profesional. Cabe recordar, la rotura de ligamentos que en la segunda fecha sufrió Nahuel Benítez que reaparecerá en el Apertura.

La imagen muestra la actualidad de San Lorenzo: lamento y desilusión.

La última mala del Ciclón (como si tuviese pocas) está en la defensa y es la más grave. Jonathan Bottinelli se rompió el menisco interno de la rodilla izquierda y estará parado dos meses. Se perderá casi lo que resta del torneo. Ésta será, quizás, la ausencia que más sentirá el equipo.

Días atrás, Gastón Aguirre se había resentido de su delicada lesión en la rodilla y esto le sumó seis meses más de descansoen plena recuperación, que llevaba a cabo con otro defensor, Fernando Meza.

Otro que no está bien es Pablo Migliore, que tiene una fatiga en su cuádriceps derecho que comenzó en un golpe contra Lanús. Y también Leandro Romagnoli, que se encuentra con el tobillo inflamado luego de un golpe ayer contra Vélez.

A este San Lorenzo, que en el inicio atinó a ser un animador y un elenco bien encaminado, las cosas cada vez le salen peor. Hace cuatro partidos que no gana, ayer jugó el primer partido de su historia sin hinchas, tiene los números más que en rojo, un plantel plagado de lesiones y un técnico que camina en la cuerda floja y, dicen las malas lenguas, cada vez tiene peor relación con el plantel y los dirigentes.

Para los hinchas en plena desazón queda el anhelo máximo, la ilusión de la vuelta para el barrio y por qué no, ganar el clásico barrial en 9 días para despejar un poco esta tormenta desoladora.

Dolorense, nacido en 1991. Licenciado en proyecto de Magíster. Hay una cosa que nunca van a entender...