¡Te equivocaste Pep! El puto amo es Leo Messi, que una vez más dejo con las manos vacías al Real Madrid, y gracias a su doblete, el Barça se fue del Santiago Bernabeu con un 2-0 a favor que lo pone con un pie y medio en la final del 28 de mayo en Wembley.
Tanto se hablo en la previa de este fantástico partido sobre quién llegaba mejor luego del triunfo del Real Madrid por la Copa del Rey, sobre el duro choque entre los entrenadores en sus conferencias de prensa, y sobre la racha negativa de Messi en semis de la Champions League, entre otros aperitivos.
Todo se terminó en los primeros 90 minutos de los 180 que durará esta serie. Ni cerca estuvo el Madrid de aquel equipo que obtuvo la Copa del Rey la semana pasada. El planteo fue igual, cambiando a Lass Diarra por Khedira lesionado; y con Ozil, Ronaldo y Di María distribuyéndose el ataque. Pero la idea fue completamente distinta. El partido se presentaba distinto, teniendo en cuenta que el martes que viene se jugará la revancha en Camp Nou y era de esperarse que el Madrid salga un poco mas adelante para tratar de conseguir una buena diferencia.
Pero nada de eso paso, los dirigidos por José Mourinho nunca estuvieron a la altura del partido y le regalaron la posesión del balón al Barcelona durante todo el encuentro. La tan interesante presión que ejerció el Madrid sobre el Barça la semana pasada nunca se vio y los volantes culés dispusieron de tiempo y espacio para poder moverse con tranquilidad. Si bien el primer tiempo no tuvo muchas jugadas de peligro, fue el Barcelona el que domino y el que demostró que tenía ganas de imponer su juego. Por el otro lado, el Real esperaba algún error del rival para poder desnivelar y apostaba al juego fuerte de sus mediocampistas. Esto se vio reflejado en la posesión de la pelota: 71% para los catalanes.
El juego fuerte impuesto por el Madrid hizo saltar las chispas, y cuando finalizó el primer tiempo, casi se agarran Arbeloa con Keita y eso derivó en la expulsión de Pinto, arquero suplente del Barça, que salió a defender a su compañero y le dio un cachetazo a Arbeloa.
Para el segundo tiempo, Mourinho intentó ser un poco más agresivo y puso a Adebayor en lugar del alemán Ozil para intentar cambiar el rumbo del encuentro. Pero fue a los 60 minutos cuando sus papeles se quemaron, su planteo quedo hecho trizas. Pepe le fue con un planchazo tremendo a Daniel Alves, y el alemán Wolfgang Stark decidió expulsarlo. Mourinho se enojó con el árbitro asistente y decidieron expulsarlo para así desatar la ira de Mou. En los últimos cuatro clásicos, el Madrid siempre terminó con diez hombres.
De ahí en más, todo quedo a merced del Barcelona. Sin Pepe, el Madrid perdió al encargado de permitir que Messi no juegue libre y eso lo supo aprovechar a la perfección el Pep Guardiola.
A los 76 minutos, apareció Afellay –recientemente ingresado por Pedro– para ganarle en velocidad al tribunero de Marcelo y así conseguir sacar un centro al medio que Leo Messi supo empujar para poner el 1-0 y comenzar con el delirio blaugrana. De esta manera, el argentino convertía su primer gol en esta instancia de Champions League.
Pero fue a los 86 minutos del partido cuando Messi se disfrazó de héroe.
Busquets le dio un pase en tres cuartos de cancha y desde allí comenzó a correr con la pelota el crack argentino. Realizó un slalom fenomenal para dejar atrás a cinco hombres blancos y tocarla suavemente con su botín derecho para sellar el 2-0 final. Golazo tremendo que quedará en la historia seguramente, para que no queden dudas de que es el mejor jugador del planeta.
Esta vez no se le dio al Real Madrid. No hubo formula mágica para Mourinho. El Barça jamás traicionó su esencia ante un Madrid muy tibio y temeroso. Parece que está todo cerrado, pero sin embargo hay que esperar para ver que sucederá el próximo martes cuando se enfrenten nuevamente, pero esta vez en Camp Nou. Los planes de Mourinho deberán cambiar, de otra manera será Pep Guardiola el que se vaya sonriendo nuevamente.
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