Otorgarle los títulos del 2013 a Newell’s y a Vélez, es decir, validarlos, generó controversia y discusiones en las cúpulas de algunos clubes. San Lorenzo fue uno de ellos. El martes, el club de Boedo presentó en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) una carta formal en la cual solicitaba la certificación de la Copa de Honor ganada en 1936. Dos días después llegó la respuesta desde la calle Viamonte, que aceptó la solicitud y decidió reconocer aquel título. Fue acá cuando River se convirtió en otro de los protagonistas primordiales en el tema en discordia. A decir verdad, a modo pupular, el club Millonario la ligó de rebote. No sólo el organismo que preside Julio Grondona confirmó el logro obtenido por Ricardo Alarcón, Rubén Cavadini y Diego García, jugadores de aquel San Lorenzo campeón, entre otros, sino que también ratificó la denominada Copa Campeonato que tuvo como vencedor a River. Ese River, vestido por Bernabé Ferreyra, José Manuel Moreno y Adolfo Pedernera, principales figuras, obtuvo 13 victorias, 2 empates y 2 derrotas, en las que sumó 49 goles en total.
Ante esta resolución, los Millonarios acumulan 34 torneos locales y son el primer tricampeón de la historia del fútbol argentino, relegando a Racing, que logró los títulos en 1949, en 1950 y en 1951, al segundo lugar. Por su parte, los Santos de Boedo suman 11 coronaciones, una más que Vélez, club con el que durante el transcurso de los años se acentó y se potenció aún más la rivalidad.
“El River del 36 tenía muchas figuras, jugaba bien y era un equipo muy goleador. Esa temporada se dividió en dos competencias cortas de 17 partidos, todos contra todos, y River ganó la segunda rueda que se llamó Copa Campeonato, donde tuvo la mejor defensa y el ataque más efectivo, que además le dio el pasaporte para una final ante San Lorenzo, el que se impuso en la primera, denominada Copa de Honor. Se enfrentaron en la Copa de Oro, donde ganó River por 4 a 2. Un equipo de lujo, que está en la historia como se merece”, dice el historiador Marcelo Baffa.
Que se convaliden tres títulos por temporada es una medida que provoca debate, muchas discusiones y una dicotomía entre quienes la avalan y entre quienes la discuten. El revuelo que genera es únicamente producto de la desorganización, de la inoperancia y de la impericia de la AFA. Las leyes y las reglamentaciones que rigen hoy en día son farragosas y poco claras. Explican desde adentro de la sede que administra el fútbol argentino que están remodelando el estatuto para tratar de brindar más coherencia. Todos la necesitan.
Mientras tanto, ellos, todos fallecidos, incluido Aarón Wergifker, a quien dieron como único sobreviviente de la coronación del conjunto de Núñez en 1936, no lo discuten más. No lo reclaman más. Desde los Cielos, desde algún lugar lejano a la Tierra, los jugadores que vistieron las camisetas de aquel River y de aquel San Lorenzo brindan con copas doradas los campeonatos que obtuvieron en ese tiempo. Brindan el reconocimiento de sus victorias y de sus goles. Brindan haber ganado la ardua batalla contra el olvido. Brindan por la justicia. Brindan porque a los libros de historia se le van a agregar sus nombres. Brindan, pero sobre todo festejan, ahora sí, después de casi 77 años, ser estrellas. Mejor dicho, ser sólo una, esa estrella que estampan para siempre en las camisetas con las que hace varias décadas obtuvieron la gloria.
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