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La contingencia de actuar de oficio

[caption id="attachment_20961" align="alignnone" width="386" caption="Mal expulsado. El tribunal de la AFA revirtió la injusta segunda amarilla a Galmarini."][/caption] Con la resolución tomada ayer por el Tribunal de Disciplina de la AFA, siendo una decisión no inédita pero casi, se aplica un intento de justicia ante los fallos arbitrales a través de la tecnología. Ayer lo tocó a Galmarini, y es esto lo que puede traer nuevas quejas y problemas según la coyuntura. No hay dudas que, ante una sanción injusta como puede ser una expulsión equívoca, o una no sanción  como el recordado puñetazo de Hugo Barrientos a Tito Ramírez, son ocasiones válidas para que se aplique la tecnología si el árbitro o sus colaboradores no pudieron advertir la jugada durante el partido. Pero esto inmediatamente va a devenir en críticas de "por qué se la quita la sanción o se sanciona a tal , y con nosotros no se hace lo mismo". Es aquí donde radica el problema de utilizar un fallo (la actuación de oficio) que todos consideran justo. Para que la sanción se revea en el Tribunal de la AFA, es necesario que las cámaras demuestren claramente que el árbitro erró en la decisión que tomó, o bien que directamente no tomó una decisión cuando había que tomarla. No caben dudas que en la brevedad habrá discusiones ante jugadas que para algunos la televisión muestra nitidamente que el juez se equivocó, ante los que avalen que la imagen no es suficiente para apelar un fallo, porque de algún modo deja lugar a la duda. Y es en esta ocasión, en la que la camiseta que cada quien que opine lleve puesta pesará en la imparcialidad de la opinión, y dará lugar a la discusión. Si la imagen es confusa, para los que se ven perjudicados por el árbitro ésta será más que clara; pero para los que se vieron beneficiados por el error del pito será insuficiente para modificar la sanción tomada en su momento. Y acá no sólo se quejarán los implicados directos en el partido, sino los que esperan un resultado de él. Como puede ser un partido bisagra para los promedios, la punta del campeonato o la entrada a las copas. Por el momento, nadie discute que la decisión del Tribunal ante la no mano de Galmarini es acertada, pero también se sabe que abrirá el portal para un sin fin de quejas. Quejas que no sorprendería que vuelvan a dar legitimidad al fallo del árbitro, a pesar de la incesante y cada vez mayor ayuda de la tecnología.

Mal expulsado. El tribunal de la AFA revirtió la injusta segunda amarilla a Galmarini.

Con la resolución tomada ayer por el Tribunal de Disciplina de la AFA, siendo una decisión no inédita pero casi, se aplica un intento de justicia ante los fallos arbitrales a través de la tecnología. Ayer lo tocó a Galmarini, y es esto lo que puede traer nuevas quejas y problemas según la coyuntura.

No hay dudas que, ante una sanción injusta como puede ser una expulsión equívoca, o una no sanción  como el recordado puñetazo de Hugo Barrientos a Tito Ramírez, son ocasiones válidas para que se aplique la tecnología si el árbitro o sus colaboradores no pudieron advertir la jugada durante el partido. Pero esto inmediatamente va a devenir en críticas de “por qué se la quita la sanción o se sanciona a tal , y con nosotros no se hace lo mismo”. Es aquí donde radica el problema de utilizar un fallo (la actuación de oficio) que todos consideran justo.

Para que la sanción se revea en el Tribunal de la AFA, es necesario que las cámaras demuestren claramente que el árbitro erró en la decisión que tomó, o bien que directamente no tomó una decisión cuando había que tomarla. No caben dudas que en la brevedad habrá discusiones ante jugadas que para algunos la televisión muestra nitidamente que el juez se equivocó, ante los que avalen que la imagen no es suficiente para apelar un fallo, porque de algún modo deja lugar a la duda. Y es en esta ocasión, en la que la camiseta que cada quien que opine lleve puesta pesará en la imparcialidad de la opinión, y dará lugar a la discusión.

Si la imagen es confusa, para los que se ven perjudicados por el árbitro ésta será más que clara; pero para los que se vieron beneficiados por el error del pito será insuficiente para modificar la sanción tomada en su momento. Y acá no sólo se quejarán los implicados directos en el partido, sino los que esperan un resultado de él. Como puede ser un partido bisagra para los promedios, la punta del campeonato o la entrada a las copas.

Por el momento, nadie discute que la decisión del Tribunal ante la no mano de Galmarini es acertada, pero también se sabe que abrirá el portal para un sin fin de quejas. Quejas que no sorprendería que vuelvan a dar legitimidad al fallo del árbitro, a pesar de la incesante y cada vez mayor ayuda de la tecnología.

Dolorense, nacido en 1991. Licenciado en proyecto de Magíster. Hay una cosa que nunca van a entender...