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Kapanga y una verdadera Fiesta Clandestina

Kapanga se presento una vez mas en el marco de las Fiestas Clandestinas. Enterate lo que fue una verdadera fiesta

kapanga y una verdadera fiesta clandestina

Después del circo clowndestino, una leve espera y un centenar de fanáticos rogando de rodillas poder ingresar a Groove, Kapanga volvió a presentarse nuevamente en un escenario porteño. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que en el marco de una nueva edición de las Fiestas Clandestinas?

Pasaditas las 1:30 de la matina los quilmeños salieron al ruedo con “El loco” y “Bisabuelo” y como por arte de magia todo se tiño de colores. Globos, vasos, personas y cánticos convivían en el aire. Kapanga suena y todo Palermo vibra.

“¡Qué linda noche para fumarse un Calamaro!”, deslizó el Mono y a la orden se olió “Fumar”. Con este tema, tanto arriba como debajo de las tablas, las anécdotas y delirios no tardaron en hacerse oír. Maikel confesó estar viendo “chicas desnudas, algunas viejas y ¿por qué no algún q otro hombre también?”. Los aplausos invadieron Groove. Las risas cómplices también.  ¡Y bien ganado se lo tienen!. Kapanga además de ser una sobredosis de alegría garantizada, también es una banda  con grandes músicos  y más de 20 años de carrera. Asique todo elogio bien ganado se lo tienen.

Las más festejadas de la noche fueron: “El albañil” y “Rock”. Tanto canciones viejas como nuevas fueron bien recibidas por el público conformado por los más diversos estilos, tribus y edades. Quizás allí este la clave de su éxito: la heterogeineidad, cada día más masiva y popular; tanto que quedó gente afuera.

Después de dos horas de chivar las camisetas, Kapanga agradecía por última vez y decía “gracias totales”. Pero antes del cierre no podían ausentarse dos clásicos: “Caballero Rojo” y “El mono relojero”. ¿Qué más se puede pedir?. Encima al otro día era feriado.