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Indio en Junín: ¿Cómo no sentirme así?

(JUNIN-ENVIADO ESPECIAL) En lo personal, no me tocó ver muchos controles y mucho menos vi incidentes. Sí pude observar lo de siempre: folklore, rock y, sobre todo, un reflejo de la Argentina. Volví sin una zapatilla y con un dolor impresionante en todo el cuerpo, pero con una sensación inigualable. Cómo cada vez que Carlos Alberto Solari se sube a un escenario.

Más de cien mil personas, micros y micros estacionados en la banquina de la ruta, y una misa ricotera que pasará a la historia

Simplemente es maravilloso poder asistir a un recital de esta magnitud. Sólo como para empezar la cantidad de asistentes representa lo que dos hinchadas del fútbol argentino llevan de local. La diferencia radica en que casi el 100% de los asistentes estaban de visitantes, en un lugar, una ciudad, un autódromo que con suerte sabían que estaba ubicado en Junín, provincia de Buenos Aires.

Los redondos y su gente definen perfectamente esa cultura bien propia de la argentina. Una cultura llena de diversidad y de historia. Una cultura bien tribunera, esta vez trasladada a la música, pero que siempre está presente en los eventos multitudinarios de los argentinos; ya sea cantando el himno, la marcha peronista, alentando a su equipo de fútbol o a una banda de rock, el argentino expresa al máximo su sentimiento

 

[caption id="attachment_31591" align="aligncenter" width="480" caption=""Cuando el fuego crezca, quiero estar allí". Procesión a Junín"][/caption] Se demostró que las bengalas no son, ni eran necesarias. Si bien es hermoso y gratificante ver el color y luz que estas pueden aportar al show, hay que evaluar el peligro que representan. No importa nada más que pasarla bien, escuchar buena música y vivir una fiesta que se viene repitiendo cada vez que un redondo se sube a un escenario.  

Al llegar a este impresionante evento a uno ya se le dibuja una sonrisa en la cara. A medida que empieza a mirar a los asistentes uno puede afirmar sin pensarlo dos veces "esto es argentina". Sin duda alguna Los Redondos, este sábado representados solamente por el Indio, definen a todos o casi todos los argentinos. Había camisetas de fútbol de todos los colores, remeras de música de todos los estilos y aún así todos convivían en una paz armoniosa, porque después de todo, estabamos ahí con un solo objetivo: escuchar al Indio Solari.

(JUNIN-ENVIADO ESPECIAL) En lo personal, no me tocó ver muchos controles y mucho menos vi incidentes. Sí pude observar lo de siempre: folklore, rock y, sobre todo, un reflejo de la Argentina. Volví sin una zapatilla y con un dolor impresionante en todo el cuerpo, pero con una sensación inigualable. Cómo cada vez que Carlos Alberto Solari se sube a un escenario.

Más de cien mil personas, micros y micros estacionados en la banquina de la ruta, y una misa ricotera que pasará a la historia

Simplemente es maravilloso poder asistir a un recital de esta magnitud. Sólo como para empezar la cantidad de asistentes representa lo que dos hinchadas del fútbol argentino llevan de local. La diferencia radica en que casi el 100% de los asistentes estaban de visitantes, en un lugar, una ciudad, un autódromo que con suerte sabían que estaba ubicado en Junín, provincia de Buenos Aires.

Los redondos y su gente definen perfectamente esa cultura bien propia de la argentina. Una cultura llena de diversidad y de historia. Una cultura bien tribunera, esta vez trasladada a la música, pero que siempre está presente en los eventos multitudinarios de los argentinos; ya sea cantando el himno, la marcha peronista, alentando a su equipo de fútbol o a una banda de rock, el argentino expresa al máximo su sentimiento

 

"Cuando el fuego crezca, quiero estar allí". Procesión a Junín

Se demostró que las bengalas no son, ni eran necesarias. Si bien es hermoso y gratificante ver el color y luz que estas pueden aportar al show, hay que evaluar el peligro que representan. No importa nada más que pasarla bien, escuchar buena música y vivir una fiesta que se viene repitiendo cada vez que un redondo se sube a un escenario.

 

Al llegar a este impresionante evento a uno ya se le dibuja una sonrisa en la cara. A medida que empieza a mirar a los asistentes uno puede afirmar sin pensarlo dos veces “esto es argentina”. Sin duda alguna Los Redondos, este sábado representados solamente por el Indio, definen a todos o casi todos los argentinos. Había camisetas de fútbol de todos los colores, remeras de música de todos los estilos y aún así todos convivían en una paz armoniosa, porque después de todo, estabamos ahí con un solo objetivo: escuchar al Indio Solari.