El relato de Romina, ex pareja de Ramiro Arias, eriza la piel. La chica estuvo seis años al lado de un cantante que la violentó, la golpeó, la manipuló y amenazó en repetidas ocasiones, y hasta intentó asesinarla. No contento con todo el daño que causó, también escribió una canción con su grupo La Venganza, en la que la amenaza de muerte y hasta se incrimina públicamente (la canción con la letra se puede encontrar en Youtube) a sí mismo, demostrando la total impunidad con la que vive.
“Cuando recién empezamos a salir, lo esperaba en un cumpleaños , me manda mensaje de texto ‘Acabo de apuñalar a un man’. Llegó lleno de sangre y sus amigos festejaban la acción. Se sabe que el pibe terminó internado con un pulmón perforado. no habrá hecho la denuncia porque nunca lo vinieron a buscar”. Esa es la primera frase en el relato de Romina, que se puede encontrar en el blog Ya no nos callamos más, un espacio de debate, reflexión y organización colectiva en lucha contra abusos y violencias.
El relato de la denunciante, continúa con detalles escabrosos de la personalidad y de relaciones pasadas de Arias: “Siempre me echaba la culpa de que las discusiones o de que él me maltratara la tenía yo, y siempre me cuestionaba si tenía razón. Al punto de que terminaba convencida y me arrastraba a él, yendo a su casa llorando, pidiéndole disculpas de no sé qué. Un día me dijo que le gustaba verme llorar, me veía tierna(?. Siempre me engañó, me mintió, tenía relaciones paralelas, no le importaba nada ni nadie, solo él. Estuvimos casi 6 años y en esos 6, nos separamos, yo intentaba estar en otras relaciones, pero él me buscaba, me juraba cambiar, juraba amarme, y si no respondía y me encontraba en algún lado, las palabras ‘puta de mierda’ eran sus favoritas para decirme. Cuando lo conocí, me comentó de su relación con Natalia, y decía que ella era la culpable de sus reacciones, de haberle pegado, siempre se victimizó, yo le dejé bien en claro que el día que me levante la mano lo nuestro terminaría, podía perdonar una infidelidad pero jamás estar con alguien que me golpee”.
Según narra Romina, al cuarto año de relación con Ramiro, quedó embarazada, pero él nunca se hizo cargo: “ya sabía que yo había pasado por una situación súper delicada y sólo quería que esté conmigo. Él, con sus amigos jugando a la play , diciéndome que estaba ocupado para escucharme. Decido abortar nuevamente. Estaba sola, el respaldo eran mis amigas”. En este punto la especificación es importante, porque Romina, cuando aclara haber pasado por una “situación super delicada” en el pasado, se refiere a que ya había tenido que realizarse un aborto cuando tenía 17 años. Todos estos datos del pasado de su ex pareja, son los que Ramiro expone en la letra del tema “Q.E.P.D”, en el que advierte, sin remordimientos y con el más puro cinismo: “Y pensar que la idea de tener un hijo con vos cruzó mi mente, casi caigo en tu trampa, otra más, sin poder escapar, hijo de tantos, pu… de mierda, nunca te olvides que vas dos abortos, el tercero te cabe”.
Otro de los momentos horribles de la denuncia, se dio cuando la joven quiso terminar su relación con Ramiro. “Se transformó totalmente, me golpea con la notebook en la espalda hasta romperla y me patea en el piso, 1,70 de altura y peso 70 kilos pegándome como si fuera un tipo, mientras me gritaba ‘pu.. de mierda te voy a matar’, me tiró en la cama y quiso asfixiarme, yo pude gritar el nombre de la mamá, y vino a mi rescate, pero no podía sacármelo de encima, se apareció la hermana y el padrastro, entre tres no podían sacármelo, me golpeaba el rostro, me mordió la oreja, me pateó la cabeza, hasta que la madre se desmaya y ahí él vuelve en sí. Dejó de pegarme, pero me encerró en su cuarto y me dijo que iba a volver a matarme. Yo en estado de shock llamo a mi amiga para decirle que Ramiro quería matarme y que viniera por mi, que me iba a tirar por la ventana, quería que sepa que si me pasaba algo, él había sido el culpable. Cuando estoy por llamar a la policia, ingresa y me dice ‘¿a quién llamas? El que venga va a morir igual que vos’. Yo solo le pedía que me deje ir, que ya está, que se terminó, y me decía que no, que me tenía que matar, pero no era ese el momento por qué él Same estaba atendiéndo a su mamá. No querían que me viera, ni me atendieran, yo estaba muy lastimada. Y en estado de shock como para sentir los golpes y llorar”. Al salir de su casa, Arias la empujó por las escaleras y la amenazó de muerte otra vez. Al otro día realizó la denuncia en la comisaría de la mujer pero volvió a cruzarse con el acusado varias veces más.
La canción escrita por el músico de la banda de deathcore, también hacen referencia a la violencia ejercida contra la mujer: “Los golpes que di merecidos fueron, las lagrimas que fingiste ya no caen por acá seis años perdidos, gastados y pronto olvidados, dos metros bajo tierra y el odio se queda, nada más que odio, que en paz descanses la concha de tu madre”.
La declaración cuenta hechos ocurridos hace cuatro años, y recién ahora Romina tiene la valentía para contarlo. A raíz de las denuncias, Arias en la actualidad no solo no se arrepiente de nada, sino que amenazó al espacio “No nos callamos más” y hay más amenazas anónimas a las personas que publican la información en contra del cantante. El acusado fue desvinculado de una casa de tatuajes en la que trabajaba y la banda Anomalía de la que era vocalista, como consecuencia de la viralización de la noticia.
Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género llamá al 144 las 24 horas.
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