Por Martín Contreras
Uruguay tiene la chance de coronarse campeón de América luego de 16 años. Así es, la última vez que lo logró fue en 1995, certamen que lo encontró como anfitrión e hizo fluir en el corazón de los charrúas aquellos recuerdos del “Maracanazo” de 1950, pues la final fue con Brasil.
Aquel equipo verdeamarelho, en su camino hacia el partido decisivo tuvo que cruzarse con la selección argentina del primerizo técnico nacional, Daniel Passarella. La cita fue en cuartos de final, y contó con la particularidad de una jugada que quedará para siempre en la memoria de los futboleros: “La mano de Tulio”.
La ciudad uruguaya de Rivera fue testigo de aquel cotejo, con figuras como Batistuta y Ortega en Argentina; y Savio y Roberto Carlos en Brasil. Fue un 2 a 2 para el recuerdo. El primer tiempo fue vibrante, a los 3 minutos Abel Balbo decretaba el 1 a 0 para que la ilusión argentina se alimente desde el vestuario. Seis minutos más tarde Edmundo hacía que todo quede como al comienzo. Pero pisando los 29 minutos, el siempre temible Gabriel Batistuta, con un derechazo violento le rompía el arco a un flojito Taffarel. Así se iban al descanso.
En el “segundo acto”, como rezaba un tal Marcelo Araujo en su esplendor, la noche se iba a transformar en histórica. A falta de 30 minutos para finalizar el partido las cosas seguían a favor de la albiceleste, pero en los dirigidos por Mario “Lobo” Zagallo se vislumbraba el cambio de Tulio por Leonardo.
Una vez en el campo de juego y con la 9 en la espalda, Tulio se preparaba para marcar uno de los goles más importantes de su carrera. El partido estaba llegando a su final, pero a los 81 minutos y tras centro de Jorginho, bajó la pelota con la mano y definió de zurda tras el urgente achique de un Cristante que nada pudo hacer para evitar la caída de la valla argentina.
El reclamo y la bronca tomaron protagonismo en el encuentro para jugadores y cuerpo técnico argentino, y pese a que el polémico árbitro peruano Alberto Tejada expulsara a Cesar Sampaio para compensar, llegó el pitazo final y la definición se fue a los penales.
Pocos se acordaran y a pocos les importa hoy que Cristante le detuvo un penal a André Cruz, o que Taffarel hizo lo propio con Simeone y Fabbri. La realidad marca que a un año de que le “cortaran las piernas” a Maradona en Estados Unidos, Argentina se sentía perjudicada una vez más. Brasil jugaría la semifinal justamente contra los norteamericanos, y perdería por penales ante Uruguay. Justicia divina o no, pero en esa definición Tulio falló su remate.
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