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Hasta siempre, David

La lesión del hombro no dio para más y dijo basta. Nalbandian anunció su retiro y se despedirá ante Nadal. Se va un grande del tenis argentino.

Se manejaba la posibilidad, pero aún así fue inesperado. Es que uno nunca quiere que los jugadores que le hacen bien al deporte lo abandonen. David Nalbandian es de esos. Una técnica envidiable, un coraje dentro de la cancha poco visto para un deporte tan correcto y un carisma que lo hizo ganarse al pueblo del tenis argentino.

Ese maldito hombro. Esa maldita lesión. David se va porque no puede con la exigencia que el circuito le pide. Y si algo no quiere es estar jugando por jugar. Es competitivo por naturaleza y no lo soportaría. “Es un día difícil por anunciar mi retiro. Estoy súper agradecido a este deporte”, dijo en conferencia, en La Rural.

Nalbandian Fenix 02

Allí mismo será su despedida, donde dirá adiós al deporte en el que supo brillar. El rival estará a la altura de las circunstancias: Rafael Nadal estará del otro lado. Una exhibición del español que ahora tendrá un condimento más. Será el 23 de octubre, luego del mismo encuentro el 21, en Córdoba.

“Hoy estoy entrenando con los chicos de Copa Davis, para el partido con Rafa voy a estar muy bien físicamente. Es un jugador distinto, un crack y un amigo. Estoy seguro que va resultar un evento increíble”, expresó el Rey sobre el choque ante el manacorí.

Podrá decirse que el tenis de Nalbandian siempre dio para más. Quizás así sea: David se retira sin Grand Slams ni la ansiada “ensaladera”. Su legado es ese tenis mágico que supo desplegar: nunca necesitó del físico, con la técnica bastaba.

En sus momentos top pueden enumerarse la final de Wimbledon en 2002, el Masters 2005 ante Federer y el doblete en París-Bercy y Madrid en 2007. Llegó a semifinales en los cuatro Majors. Fue número 3 del ranking.

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La Copa Davis, capítulo aparte: por ella siempre dejó de lado el resto de los torneos. Siempre jugó al máximo y dio todo. Cometió errores, como sus compañeros, que quizás hubieran cambiado las cosas. Pero se va sin rencores.

Su último encuentro fue el 6 de abril ante Francia en Parque Roca por la Copa Davis. Como lo merecía, fue con victoria: 3-6, 7-6(3), 7-5 y 6-3 en el dobles junto a Zeballos a Bennetau y Llodrá. Se despidió profesionalmente ante su gente y en el torneo que más le gustó jugar. Ahora le toca la última función. Ojalá reciba el reconocimiento que merece.