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Fútbol y siesta

Argentino Geronazzo fue un emblema del fútbol nacional, no tanto por su trayectoria como futbolista sino por su recorrido como director técnico. Vida, obra y anécdotas de un personaje singular.

El aspecto particular de Geronazzo es relativo. Era verborrágico, rompía con el cassette. Estos adjetivos, en la actualidad, son la mera descripción de varios directores técnicos . Sin embargo, cuando él dirigía, todavía no era frecuente encontrarse con un personaje de su especie.  Se inició en Vélez y, además, pasó por Nápoli de Italia y Argentino De Quilmes. Desde aquel entonces, ya era un fanático de la táctica, un meticuloso observador de la misma, aspecto que se vería reflejado en el futuro, cuando se decidió a mandar a “espías” para que observarán al rival, herramienta desconocida por la década del 60.

Osvaldo Zubeldía : Su compañero de trábajo y de ideología.

Argentino Geronazzo estaba alineado ideologicamente con Osvaldo Zubeldía, de hecho, fue ayudante de campo del ex técnico Pincha en la Selección Argentina que disputó el mundial de 1966. Las ideas de ambos, inculcadas en un libro titulado Táctica y Estrategia del Fútbol , fueron las raíces formadoras del Bilardismo. Contrariamente, se vincula al relato de Dante Panzeri, Fútbol: Dinámica de lo impensado, como la base antecesora a la corriente de Cesar Menotti. Sus ideas lo enfilan rotundamente hacia una forma de ver el fútbol, sin embargo, su compromiso es su rasgo más particular.

Sus ganas se fueron desvaneciendo. A tal punto que, años más tarde de haber pasado por el Seleccionado y de  formar el equipo de Chacarita campeón en 1969, decidió trabajar cerca de su casa. Para esto, agarró un mapa de Buenos Aires, tomó como punto su hogar y, con un compás, trazó un radio de 30 cuadras que significarían su nueva área de trabajo. La cercanía le permitiría dormir la siesta, asunto fundamental para Geronazzo. De esta forma, rechazó una gran cantidad de ofrecimientos, incluso del Seleccionado Argentino. Ante el llamado, respondió : ” No, por favor… Conversemos otro día y a otra hora. En este momento estoy haciendo la siesta.”  No lo volvieron a llamar.

En un descanso vespertino, se despertó con el llamado de la gente de Independiente. La propuesta y la magnitud de la institución eran argumentos suficientes como para que Geronazzo se sienta seducido. Sin embargo,  a los pocos días, se vuelven a comunicar para informarle que no iba a ser contratado por el club. Ante la averiguación por los motivos, desde Independiente informaron que no contratarían un entrenador que se presenta a una reunión en camisa. Más allá de aquella situación, años más tarde, los caminos del entrenador y de la institución de Avellaneda se unirían. Aunque, no finalizó de la mejor manera, debido a un enojo por parte de Geronazzo ante la falta de utilería en un entrenamiento, la cual culminó en un lanzamiento de pelotas afuera del club y, posteriormente, en su último día en la institución.

Le sobran las anécdotas por cada suelo que pisó. Además de los mencionados, en otros clubes como ChacaritaGimnasia y Esgrima La Plata Deportivo Morón, también regaló historias peculiares con dirigentes y con sus dirigidos. Era displicente, y rompía todo tipo de formatos. Su forma de encarar las cosas no le permitió crecer aún más, sin embargo, con semejante claridad futbolistica – y táctica – le alcanzó y le sobró para ser considerado uno de los entrenadores más importantes del fútbol argentino.

 

@LucasLischinsky