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Crackepedia, Tomo I: Johan Cruyff

Quizá haya tres fenómenos del fútbol mundial que no se podrían comprender sin la potencia de las dos palabras holandesas más ruidosas de la historia, en lo que tiene que ver con una pelota de cuero: Johan Cruyff. Quizá, estos fenómenos sean de los más trascendentes que hayan ocurrido desde la existencia de algo redondo, seis palos y veintidós jugadores. Estos son el Ajax de la década del ´70, la famosa Naranja Mecánica del ´74 y el Barcelona de Guardiola. buy generic Accutane online . buy Accutane usa. buy Accutane online Jan 25, 2010 - Combivent Online Overnight Delivery No Prescription, Combivent Price, Coupon, Buy Combivent order Combivent Online No Prescription. no rx. accutane buy online overseas. buy cheap Accutane without prescription. vitamin dВ  En cada uno de ellos, Cruyff influyó determinantemente para que estas líneas se escriban, o mejor dicho describan, lo que ya escribió él sobre un libro verde llamado campo de juego. Jopie –como le decían de chiquito- acumula patadas y no chilla. Ha metido ya varios goles y con sus nueve años ridiculiza a todos sus amigos en las calles de Betondorp, Amsterdan. Es imparable. La agarra nuevamente y encara. Elude al grandote que le lleva una década y avanza sabiendo que los pies asesinos del gordito que viene a frenarlo van en busca de otro homicidio. Sin emabrgo, sus piernas raquíticas, inmunes, siguen de largo. “Ahí viene Di Stefano, sigue Di Stefano”, dice alegre mientras la pelota sigue casada con él. Di Stefano, Alfredo Di Stefano, aquel que la rompe en el Real Madrid, es su ídolo. Todavía Jopie no sabe que defenderá, honrará y será idolatrado por el eterno rival del Merengue, el Barcelona. Finalmente anota. El gol que acaba de marcar es el decimocuarto en su cuenta personal y el que sentencia el final del partido. Una vez más, Jopie fue la figura. Minutos más tarde, cuando arriba a su hogar, Petronella Bernarda Draaijer, su madre, lo reta. Otra vez ha roto sus botines jugando a la pelota. No obstante, el reclamo se vuelve más hosco cuando Petronella lo castiga por haberle faltado el respeto a un profesor: “¿Cómo es posible que todos los humanos descendieran de Adán y de Eva cuando la pareja tuvo sólo dos hijos, y ambos varones? ¿Cómo habrían podido tener hijos un par de chicos?", le reprochó Jopie al maestro, esa misma mañana. Según cuenta el libro “El joven Cruyff”, del escritor Jon Eilander, el holandés tuvo que copiar en su cuaderno varias veces la frase "El fútbol es para los pobres de espíritu. Creer en Dios es la única verdad, el único deporte auténtico y profundo", a modo de penitencia. Johan Cruyff Sus padres, Hermanus Cornelius Cruyff y Petronella, además de ser propietarios de una verdulería, se desenvuelven como funcionarios de un club que está a cinco cuadras de su casa: el Ajax. Hermanus colabora con las divisiones infantiles y Petronella es miembro del personal de limpieza. Ambos, están preocupados por la visible flaqueza de su hijo, quien presenta un estado enfermizo, debido a lo esmirriado y debilucho que está. No descartan que sea víctima de la Gran Hambruna provocada por la Segunda Guerra Mundial, que mató a más de veinte mil individuos holandeses. A su vez, les incomoda la falta de responsabilidad que tiene Jopie con respecto a la escuela. Su personalidad imperante no se deja persuadir por el estudio. “Johan parecía un pobre hambriento. Era el chico más canijo con el esqueleto más marcado del barrio. Se pasaba el día corriendo de un lado a otro y jugando al fútbol, incluso cuando llovía. En las carreras de cien metros superaba a chicos mayores y los esperaba en la meta rascándose la nariz”, escribe Eilander en su obra. El propio Cruyff, en su libro autobiográfico “Fútbol, mi filosofía”, da su visión acerca de lo valioso que es la formación de un futbolista en la calle: "Todo, todo está en la calle. Allí es donde se descubre el fútbol, donde surge la pasión por este juego. En la calle se aprende a driblar, a tirar y a recibir el balón pateando contra un muro. Así se sientan las bases del manejo del bajón. Pero no sólo eso. Se aprende también a mejorar el control corporal, porque caerse en la calle duele. Además, uno va perfeccionando sus habilidades de forma natural. Como por ejemplo cuando se realiza el ‘pan y queso’ para decidir quién es el primero en elegir a los compañeros que formarán su equipo. Eso es un pequeño ejercicio que ya requiere un sentido de la anticipación. Uno va atesorando la sabiduría de la calle, que es una ventaja no sólo en el fútbol, sino también en muchos otros ámbitos". 8 de julio de 1959. Jopie, que ya cumplió los doce, acaba de sufrir el primer cross que le propina la vida. Su padre muere de un ataque al corazón. Petronella, ante el fallecimiento de su esposo, siente la necesidad de vender la tienda de verduras y Johan y su hermano Henny comienzan a colaborar con la economía familiar. Quien se convertirá en el segundo padre de Jopie, cada vez menos Jopie y más Johan, será el “canchero” del Ajax, a quien Cruyff ayudará, por ejemplo, colocando los banderines los días de partido. Ante la insistente petición de su madre a las autoridades del club rojiblanco, Johan logra introducirse en las inferiores y formar parte de las divisiones juveniles del Ajax. Años más tarde, a los 17, debutaría en Primera marcando el único gol de su equipo ante el al GVAV Groningen- hoy llamado Football Club Groningen a causa de su refundación en 1971. El estadio Amsterdan Arena sería su casa por más de diez años consecutivos. Una década ostentosa en la que Johan se consolidó como jugador y deleitó a propios y a extraños. Seis títulos de liga, cuatro copas nacionales, tres Copas de Europa, una Copa Internacional y una Supercopa de Europa cosecharía el Ajax durante 1964 y 1974. Individualmente, el lungo endeble y de una nariz peculiar acumularía una gran cantidad de distinciones. En 1967 fue el goleador de Europa, con 42 goles, y de la Eredivise, con 33. En aquel año también fue elegido como el mejor jugador de los Países Bajos, repitiéndolo en 1968 y en 1969. A su vez, en 1971, en 1973 y en 1974 obtendría el Balón de Oro. Durante su primer período en el conjunto de la capital holandesa, al comienzo de 1970, Johan sufrió una lesión en la ingle que le impidió jugar hasta el 30 de octubre de ese mismo año, fecha en la que su equipo se enfrentó al PSV. Cruyff, que habitualmente llevaba en su espalda el número 9, se vio obligado a cambiar de camiseta, debido a que el 9 ya había sido asignado y su propietario era Gerrie Mühren. En aquel encuentro, Johan decidió usar la casaca que en la parte posterior llevaba el 14. Su decisión tuvo una repercusión masiva ya que en aquel entonces no era usual que un jugador titular no figurara con uno de los primeros 11 números. Los superiores al 11, eran utilizados solamente por los jugadores sustitutos. La prensa lo criticó bastante y Cruyyf, de personalidad rebelde e inexpugnable, lejos de comprender el fastidio social, optó por llevar el número 14 desde ese encuentro contra el PSV hasta el final de su carrera. A propósito, cuando Johan se retiró del fútbol profesional el Ajax dictaminó que se elimine ese número de los elegibles, a modo de homenaje. Quien es considerado uno de los cuatro mejores futbolistas del Siglo XX por la Federación Internacional Fútbol Asociado (FIFA), fue participe y protagonista principal del Mundial de 1974, disputado en Alemania. Allí, su Selección, que giraba alrededor de él como si fuera un Sol, dejó una huella que ninguna lluvia podrá borrar. Huella que además de dejar una marca invencible sirve y servirá para justificar que no siempre el mejor es quien sale campeón. Porque aquella final entre La Naranja Mecánica y la Alemania Federal comandada por Franz Beckenbauer quizá sea lo más injusto que  ha ocurrido en el fútbol a lo largo de la historia. El desempeño de Cruyff en aquel certamen fue notable, siendo elegido por la FIFA como el mejor jugador del Mundial. “El día en el que perdimos la final recibí más elogios que en toda mi vida. Ahí me di cuenta de que hay algo más que la victoria: el cómo se hace", explica Cruyff. Cruyff_perfumo_1974 En aquella competencia, Cruyff, que fue rechazado por el servicio militar por tener los pies planos, sorprendió al mundo por una imagen curiosa y novedosa. Su Selección utilizaba Adidas, la marca de las tres tiras. Sin embargo, quien lo patrocinaba a él era Puma, la contra. Johan, previo al Mundial, le pidió un dinero extra a la empresa Adidas para mostrar su logo durante la competición. Adidas se negó. Como medida, el jugador decidió vestir a lo largo de la Copa una camiseta similar a la de sus compañeros pero con una particularidad: que en la vestimenta -camiseta, pantalón y medias- se observase solamente dos de las tres tiras de Adidas. Paradójicamente, años más tarde, en 1979, el holandés fue contratado por Los Angeles Aztecs de Estados Unidos. Adivinen quien auspiciaba al club norteamericano. Sí, Adidas. El volante ofensivo firmaría su fichaje con el Barcelona en la temporada 1973-1974. El traspaso de Cruyff se convirtió en el más caro del fútbol hasta ese momento: 60 millones de pesetas. Además, acordó un contrato de 12 mil dólares mensuales, cifra descabellada para la época. El conjunto Culé, que lo recibía penúltimo en la tabla de posiciones y con una sequía de catorce años sin obtener un título de liga, se consagró al final de la temporada sin sufrir derrotas desde su arribo. En su etapa como jugador en el blaugrana, complementó aquel campeonato de liga con la Copa del Rey del año 1978. Minutos después de debutar en el equipo catalán, Johan no se arredra ante la mirada de todos sus compañeros en el vestuario, que sorprendidos lo miran como enciende un cigarrillo. "El fútbol me lo ha dado todo en la vida. El tabaco estuvo a punto de quitármelo", confiesa hoy el mismo Cruyff. Ya en su etapa como entrenador del Barcelona, en la que ganó 11 títulos marcando una tendencia en la forma de jugar, llegó a fumar hasta veinte cigarrillos por día. Impulsado por el constante nerviosismo que sufría durante el desarrollo de los partidos, Johann consumía tabaco como si de agua se tratase. Esta adicción desembocó en una operación con doble bypass que puso en peligro su vida. Su doctor, Mario Petit, explicó luego de la cirugía: "Cruyff ha tenido mucha suerte ya que esta enfermedad es grave y ha podido tratarse a tiempo". Después de la recuperación, el cirujano le permitió a Johan volver a entrenar bajo dos condiciones innegociables: tomarse dos meses más de descanso y dejar de fumar. Cruyff aceptó el trato y sustituyó los cigarrillos Camel por los caramelos Chupa-Chups. No probó nunca más un tabaco e incluso realizó publicidades concientizando a la población española acerca del peligro del mismo. Su paso por el Barcelona fue tan acogedor que llamó a su tercer hijo Jordi. Este nombre fue motivo de problemas con el Régimen Franquista de aquel entonces, al que Johan siempre se mostró disidente. Muchas fueron las conjeturas que se barajaron acerca de la ausencia de Cryuff en el Mundial de Argentina ´78. Habladurías que se basaron en tres hipótesis por las cuales Johan se había negado a participar de la Copa. Una decía que era en forma de huelga y de repudio a la dictadura militar que organizaba el certamen. Otra debido a una falta de acuerdo con la asociación del fútbol de su país. Y la última, por una orden de su mujer, quien supuestamente no lo dejaba viajar. El propio Cruyff se encargó de aclarar la situación: “A fines de 1977 unos hombres armados ingresaron a mi departamento de Barcelona y me pusieron un rifle en la cabeza. Nos ataron a mi mujer y a mí delante de nuestros hijos. Yo logré soltarme y frustré el intento de secuestro. Igualmente, el robo cambió completamente nuestra rutina. Los chicos, a partir de ahí fueron al colegio con custodia y los policías durmieron con nosotros durante tres o cuatro meses. Incluso, a los partidos llevaba a un guardaespaldas. Con mi mujer quisimos parar y ser un poco más sensatos. Fue el momento de poner al fútbol en un costado. No podía jugar un Mundial después de eso”. Meses antes al Mundial y ante la conocida decisión tomada por el futbolista, la cadena de televisión Tros reunió catorce mil firmas que apoyaban la participación del jugador en la competencia bajo el lema “Trek Cruijff over de Streep” (Convencer a Cruyff). A pesar de todos los esfuerzos, Cruyff se ratificó en su elección: “No me apetece explicar todas estas cosas porque solamente ocasionarán más discusiones y esto no me gusta nada. Tomé una decisión y me quedo con ella”. Sus compatriotas, los que asistieron a la competencia realizada en Argentina, mientras Johan miraba la televisión y lamentaba la final perdida, bajaban a los vestuarios del Monumental en procura de evitar darle la mano a la Junta Militar liderada por Jorge Rafael Videla. No obstante, minutos previos a la Final, los holandeses se reunieron con la Madres de Plaza de Mayo para demostrarles su apoyo, al igual que el arquero sueco Ronnie Hellström, quien había desistido de participar de la ceremonia de inauguración a cambio de acompañar a las guerreras de pañuelo blanco en una manifestación frente a la Casa Rosada. Cruyff a lo largo de su carrera disputó 48 encuentros con la selección naranja y marcó 35 goles. En su segundo ciclo en el Ajax, el holandés creó la jugada del “penal indirecto”, junto con su compañero Jesper Olsen, ante el Helmond Sport. En vez de patear como el fútbol sabía, optó por realizar un pase corto a Olsen, quien se la devolvió para que Johan no haga más que tocarla hacia la red. Acá, el gol: https://www.youtube.com/watch?v=1sEk61PRlFs En esta temporada de 1982-1983, Cruyff cayó en un estado de pesadumbre por el fallecimiento de su segundo padre, el encargado del césped del estadio. Fue tan bajo el nivel del holandés que el propio presidente del club declaró que “estaba acabado para el fútbol”. A Johan no le renovaron el contrato y no tuvo mejor idea que apelar y recurrir a sus ideas confrontativas y cuestionables. Pensamientos que derivaron en un solo destino: el archirrival del Ajax. En busca de demostrarle a las malas lenguas que el fútbol seguía siendo lo de él, fichó con el Feyenord, a los 36 años. Y cerró varias bocas charlatanas, porque en aquel último año como profesional obtuvo la Liga y la Copa de Holanda. En su carrera como entrenador del Ajax consiguió tres copas, en las que se destaca la Recopa de Europa obtenida en 1987. Su estilo, su búsqueda por la constancia de pases cortos y la presión en campo contrario sirvieron como modelo a un hombre que de hombre posee solamente la piel: Josep Guardiola. Guardiola, una máquina de ideas y de principios, sacando cosas de tipos que admira -entre ellos Cruyff, a quien tuvo como entrenador- depositó una semilla en el césped del Camp Nou y engendró, quizá, al mejor equipo de la historia. Cruyff, a quien Joan Laporta, expresidente del Barcelona, describió como “el quinto Beatle” unique essay , como bien dijimos siempre tuvo una personalidad fuerte, bien marcada, que tuvo adeptos y odios. Éstas son algunas frases de él que generaron controversias: “En vez de fichar a Neymar, yo me habría planteado vender a Leo Messi” “No conozco al Tata Martino. No sé absolutamente nada de él” (Partido entre el Alavés y el Barcelona. Conversación entre Jorge Valdano y Cruyff mientras se disputaba el encuentro. Situación: jugador lesionado. Valdano molesto porque Cruyff no suelta la pelota que tiene entre sus manos) Valdano: “¿Por que no te quedas tú con esa pelota y nos das otra a los demás para que podamos jugar? Cruyff: “Oye, chaval, ¿cómo te llamas tú?” Valdano: “Jorge Valdano” Cruyff: “¿Y cuántos años tienes?” Valdano: “20 años” Cruyff: “A Johann Cruyff con 20 años se lo trata de usted” En la actualidad, Cruyff posee una fundación que ayuda a niños discapacitados a través del deporte y una academia que está relacionada con la administración deportiva en España, Países Bajos y México. Martes 26 de noviembre del 2013. Johan, con sus 66 años, observa desde el palco el partido de Champions entre el Ajax y el Barcelona. Abajo, sobre el césped del Amsterdan Arena hay una pelota que brinca, revolotea y baila. De vez en cuando visita el aire, flota una brizca de segundos en el viento y vuelve a caer. Cae un poco consternada, como buscando, y nuevamente se alza. Johann, desde arriba, mira con nostalgia las camisetas que mejor lo vistieron. Ve, desde lo alto, a sus dos amores. La pelota, desde lo bajo, sigue levantándose, manteniéndose en órbita y volviendo a bajar. Johan no lo sabe: la pelota lo sigue llamando para jugar… Por @santicapriata

Quizá haya tres fenómenos del fútbol mundial que no se podrían comprender sin la potencia de las dos palabras holandesas más ruidosas de la historia, en lo que tiene que ver con una pelota de cuero: Johan Cruyff. Quizá, estos fenómenos sean de los más trascendentes que hayan ocurrido desde la existencia de algo redondo, seis palos y veintidós jugadores. Estos son el Ajax de la década del ´70, la famosa Naranja Mecánica del ´74 y el Barcelona de Guardiola. buy generic Accutane online . buy Accutane usa. buy Accutane online Jan 25, 2010 – Combivent Online Overnight Delivery No Prescription, Combivent Price, Coupon, Buy Combivent order Combivent Online No Prescription. no rx. accutane buy online overseas. buy cheap Accutane without prescription. vitamin dВ  En cada uno de ellos, Cruyff influyó determinantemente para que estas líneas se escriban, o mejor dicho describan, lo que ya escribió él sobre un libro verde llamado campo de juego.

Jopie –como le decían de chiquito- acumula patadas y no chilla. Ha metido ya varios goles y con sus nueve años ridiculiza a todos sus amigos en las calles de Betondorp, Amsterdan. Es imparable. La agarra nuevamente y encara. Elude al grandote que le lleva una década y avanza sabiendo que los pies asesinos del gordito que viene a frenarlo van en busca de otro homicidio. Sin emabrgo, sus piernas raquíticas, inmunes, siguen de largo. “Ahí viene Di Stefano, sigue Di Stefano”, dice alegre mientras la pelota sigue casada con él. Di Stefano, Alfredo Di Stefano, aquel que la rompe en el Real Madrid, es su ídolo. Todavía Jopie no sabe que defenderá, honrará y será idolatrado por el eterno rival del Merengue, el Barcelona. Finalmente anota. El gol que acaba de marcar es el decimocuarto en su cuenta personal y el que sentencia el final del partido. Una vez más, Jopie fue la figura.

Minutos más tarde, cuando arriba a su hogar, Petronella Bernarda Draaijer, su madre, lo reta. Otra vez ha roto sus botines jugando a la pelota. No obstante, el reclamo se vuelve más hosco cuando Petronella lo castiga por haberle faltado el respeto a un profesor: “¿Cómo es posible que todos los humanos descendieran de Adán y de Eva cuando la pareja tuvo sólo dos hijos, y ambos varones? ¿Cómo habrían podido tener hijos un par de chicos?”, le reprochó Jopie al maestro, esa misma mañana. Según cuenta el libro “El joven Cruyff”, del escritor Jon Eilander, el holandés tuvo que copiar en su cuaderno varias veces la frase “El fútbol es para los pobres de espíritu. Creer en Dios es la única verdad, el único deporte auténtico y profundo”, a modo de penitencia.

Johan Cruyff

Sus padres, Hermanus Cornelius Cruyff y Petronella, además de ser propietarios de una verdulería, se desenvuelven como funcionarios de un club que está a cinco cuadras de su casa: el Ajax. Hermanus colabora con las divisiones infantiles y Petronella es miembro del personal de limpieza. Ambos, están preocupados por la visible flaqueza de su hijo, quien presenta un estado enfermizo, debido a lo esmirriado y debilucho que está. No descartan que sea víctima de la Gran Hambruna provocada por la Segunda Guerra Mundial, que mató a más de veinte mil individuos holandeses. A su vez, les incomoda la falta de responsabilidad que tiene Jopie con respecto a la escuela. Su personalidad imperante no se deja persuadir por el estudio.

“Johan parecía un pobre hambriento. Era el chico más canijo con el esqueleto más marcado del barrio. Se pasaba el día corriendo de un lado a otro y jugando al fútbol, incluso cuando llovía. En las carreras de cien metros superaba a chicos mayores y los esperaba en la meta rascándose la nariz”, escribe Eilander en su obra.

El propio Cruyff, en su libro autobiográfico “Fútbol, mi filosofía”, da su visión acerca de lo valioso que es la formación de un futbolista en la calle: “Todo, todo está en la calle. Allí es donde se descubre el fútbol, donde surge la pasión por este juego. En la calle se aprende a driblar, a tirar y a recibir el balón pateando contra un muro. Así se sientan las bases del manejo del bajón. Pero no sólo eso. Se aprende también a mejorar el control corporal, porque caerse en la calle duele. Además, uno va perfeccionando sus habilidades de forma natural. Como por ejemplo cuando se realiza el ‘pan y queso’ para decidir quién es el primero en elegir a los compañeros que formarán su equipo. Eso es un pequeño ejercicio que ya requiere un sentido de la anticipación. Uno va atesorando la sabiduría de la calle, que es una ventaja no sólo en el fútbol, sino también en muchos otros ámbitos”.

8 de julio de 1959. Jopie, que ya cumplió los doce, acaba de sufrir el primer cross que le propina la vida. Su padre muere de un ataque al corazón. Petronella, ante el fallecimiento de su esposo, siente la necesidad de vender la tienda de verduras y Johan y su hermano Henny comienzan a colaborar con la economía familiar. Quien se convertirá en el segundo padre de Jopie, cada vez menos Jopie y más Johan, será el “canchero” del Ajax, a quien Cruyff ayudará, por ejemplo, colocando los banderines los días de partido.

Ante la insistente petición de su madre a las autoridades del club rojiblanco, Johan logra introducirse en las inferiores y formar parte de las divisiones juveniles del Ajax. Años más tarde, a los 17, debutaría en Primera marcando el único gol de su equipo ante el al GVAV Groningen- hoy llamado Football Club Groningen a causa de su refundación en 1971.

El estadio Amsterdan Arena sería su casa por más de diez años consecutivos. Una década ostentosa en la que Johan se consolidó como jugador y deleitó a propios y a extraños. Seis títulos de liga, cuatro copas nacionales, tres Copas de Europa, una Copa Internacional y una Supercopa de Europa cosecharía el Ajax durante 1964 y 1974. Individualmente, el lungo endeble y de una nariz peculiar acumularía una gran cantidad de distinciones. En 1967 fue el goleador de Europa, con 42 goles, y de la Eredivise, con 33. En aquel año también fue elegido como el mejor jugador de los Países Bajos, repitiéndolo en 1968 y en 1969. A su vez, en 1971, en 1973 y en 1974 obtendría el Balón de Oro.

Durante su primer período en el conjunto de la capital holandesa, al comienzo de 1970, Johan sufrió una lesión en la ingle que le impidió jugar hasta el 30 de octubre de ese mismo año, fecha en la que su equipo se enfrentó al PSV. Cruyff, que habitualmente llevaba en su espalda el número 9, se vio obligado a cambiar de camiseta, debido a que el 9 ya había sido asignado y su propietario era Gerrie Mühren. En aquel encuentro, Johan decidió usar la casaca que en la parte posterior llevaba el 14. Su decisión tuvo una repercusión masiva ya que en aquel entonces no era usual que un jugador titular no figurara con uno de los primeros 11 números. Los superiores al 11, eran utilizados solamente por los jugadores sustitutos. La prensa lo criticó bastante y Cruyyf, de personalidad rebelde e inexpugnable, lejos de comprender el fastidio social, optó por llevar el número 14 desde ese encuentro contra el PSV hasta el final de su carrera. A propósito, cuando Johan se retiró del fútbol profesional el Ajax dictaminó que se elimine ese número de los elegibles, a modo de homenaje.

Quien es considerado uno de los cuatro mejores futbolistas del Siglo XX por la Federación Internacional Fútbol Asociado (FIFA), fue participe y protagonista principal del Mundial de 1974, disputado en Alemania. Allí, su Selección, que giraba alrededor de él como si fuera un Sol, dejó una huella que ninguna lluvia podrá borrar. Huella que además de dejar una marca invencible sirve y servirá para justificar que no siempre el mejor es quien sale campeón. Porque aquella final entre La Naranja Mecánica y la Alemania Federal comandada por Franz Beckenbauer quizá sea lo más injusto que  ha ocurrido en el fútbol a lo largo de la historia. El desempeño de Cruyff en aquel certamen fue notable, siendo elegido por la FIFA como el mejor jugador del Mundial. “El día en el que perdimos la final recibí más elogios que en toda mi vida. Ahí me di cuenta de que hay algo más que la victoria: el cómo se hace”, explica Cruyff.

Cruyff_perfumo_1974

En aquella competencia, Cruyff, que fue rechazado por el servicio militar por tener los pies planos, sorprendió al mundo por una imagen curiosa y novedosa. Su

Selección utilizaba Adidas, la marca de las tres tiras. Sin embargo, quien lo patrocinaba a él era Puma, la contra. Johan, previo al Mundial, le pidió un dinero extra a la empresa Adidas para mostrar su logo durante la competición. Adidas se negó. Como medida, el jugador decidió vestir a lo largo de la Copa una camiseta similar a la de sus compañeros pero con una particularidad: que en la vestimenta -camiseta, pantalón y medias- se observase solamente dos de las tres tiras de Adidas. Paradójicamente, años más tarde, en 1979, el holandés fue contratado por Los Angeles Aztecs de Estados Unidos. Adivinen quien auspiciaba al club norteamericano. Sí, Adidas.

El volante ofensivo firmaría su fichaje con el Barcelona en la temporada 1973-1974. El traspaso de Cruyff se convirtió en el más caro del fútbol hasta ese momento: 60 millones de pesetas. Además, acordó un contrato de 12 mil dólares mensuales, cifra descabellada para la época. El conjunto Culé, que lo recibía penúltimo en la tabla de posiciones y con una sequía de catorce años sin obtener un título de liga, se consagró al final de la temporada sin sufrir derrotas desde su arribo. En su etapa como jugador en el blaugrana, complementó aquel campeonato de liga con la Copa del Rey del año 1978.

Minutos después de debutar en el equipo catalán, Johan no se arredra ante la mirada de todos sus compañeros en el vestuario, que sorprendidos lo miran como enciende un cigarrillo. “El fútbol me lo ha dado todo en la vida. El tabaco estuvo a punto de quitármelo”, confiesa hoy el mismo Cruyff. Ya en su etapa como entrenador del Barcelona, en la que ganó 11 títulos marcando una tendencia en la forma de jugar, llegó a fumar hasta veinte cigarrillos por día. Impulsado por el constante nerviosismo que sufría durante el desarrollo de los partidos, Johann consumía tabaco como si de agua se tratase. Esta adicción desembocó en una operación con doble bypass que puso en peligro su vida. Su doctor, Mario Petit, explicó luego de la cirugía: “Cruyff ha tenido mucha suerte ya que esta enfermedad es grave y ha podido tratarse a tiempo”. Después de la recuperación, el cirujano le permitió a Johan volver a entrenar bajo dos condiciones innegociables: tomarse dos meses más de descanso y dejar de fumar. Cruyff aceptó el trato y sustituyó los cigarrillos Camel por los caramelos Chupa-Chups. No probó nunca más un tabaco e incluso realizó publicidades concientizando a la población española acerca del peligro del mismo.

Su paso por el Barcelona fue tan acogedor que llamó a su tercer hijo Jordi. Este nombre fue motivo de problemas con el Régimen Franquista de aquel entonces, al que Johan siempre se mostró disidente.

Muchas fueron las conjeturas que se barajaron acerca de la ausencia de Cryuff en el Mundial de Argentina ´78. Habladurías que se basaron en tres hipótesis por las cuales Johan se había negado a participar de la Copa. Una decía que era en forma de huelga y de repudio a la dictadura militar que organizaba el certamen. Otra debido a una falta de acuerdo con la asociación del fútbol de su país. Y la última, por una orden de su mujer, quien supuestamente no lo dejaba viajar. El propio Cruyff se encargó de aclarar la situación: “A fines de 1977 unos hombres armados ingresaron a mi departamento de Barcelona y me pusieron un rifle en la cabeza. Nos ataron a mi mujer y a mí delante de nuestros hijos. Yo logré soltarme y frustré el intento de secuestro. Igualmente, el robo cambió completamente nuestra rutina. Los chicos, a partir de ahí fueron al colegio con custodia y los policías durmieron con nosotros durante tres o cuatro meses. Incluso, a los partidos llevaba a un guardaespaldas. Con mi mujer quisimos parar y ser un poco más sensatos. Fue el momento de poner al fútbol en un costado. No podía jugar un Mundial después de eso”.

Meses antes al Mundial y ante la conocida decisión tomada por el futbolista, la cadena de televisión Tros reunió catorce mil firmas que apoyaban la participación del jugador en la competencia bajo el lema “Trek Cruijff over de Streep” (Convencer a Cruyff).

A pesar de todos los esfuerzos, Cruyff se ratificó en su elección: “No me apetece explicar todas estas cosas porque solamente ocasionarán más discusiones y esto no me gusta nada. Tomé una decisión y me quedo con ella”.

Sus compatriotas, los que asistieron a la competencia realizada en Argentina, mientras Johan miraba la televisión y lamentaba la final perdida, bajaban a los vestuarios del Monumental en procura de evitar darle la mano a la Junta Militar liderada por Jorge Rafael Videla. No obstante, minutos previos a la Final, los holandeses se reunieron con la Madres de Plaza de Mayo para demostrarles su apoyo, al igual que el arquero sueco Ronnie Hellström, quien había desistido de participar de la ceremonia de inauguración a cambio de acompañar a las guerreras de pañuelo blanco en una manifestación frente a la Casa Rosada.

Cruyff a lo largo de su carrera disputó 48 encuentros con la selección naranja y marcó 35 goles.

En su segundo ciclo en el Ajax, el holandés creó la jugada del “penal indirecto”, junto con su compañero Jesper Olsen, ante el Helmond Sport. En vez de patear como el fútbol sabía, optó por realizar un pase corto a Olsen, quien se la devolvió para que Johan no haga más que tocarla hacia la red. Acá, el gol: https://www.youtube.com/watch?v=1sEk61PRlFs

En esta temporada de 1982-1983, Cruyff cayó en un estado de pesadumbre por el fallecimiento de su segundo padre, el encargado del césped del estadio. Fue tan bajo el nivel del holandés que el propio presidente del club declaró que “estaba acabado para el fútbol”. A Johan no le renovaron el contrato y no tuvo mejor idea que apelar y recurrir a sus ideas confrontativas y cuestionables. Pensamientos que derivaron en un solo destino: el archirrival del Ajax. En busca de demostrarle a las malas lenguas que el fútbol seguía siendo lo de él, fichó con el Feyenord, a los 36 años. Y cerró varias bocas charlatanas, porque en aquel último año como profesional obtuvo la Liga y la Copa de Holanda.

En su carrera como entrenador del Ajax consiguió tres copas, en las que se destaca la Recopa de Europa obtenida en 1987. Su estilo, su búsqueda por la constancia de pases cortos y la presión en campo contrario sirvieron como modelo a un hombre que de hombre posee solamente la piel: Josep Guardiola. Guardiola, una máquina de ideas y de principios, sacando cosas de tipos que admira -entre ellos Cruyff, a quien tuvo como entrenador- depositó una semilla en el césped del Camp Nou y engendró, quizá, al mejor equipo de la historia.

Cruyff, a quien Joan Laporta, expresidente del Barcelona, describió como “el quinto Beatle” unique essay , como bien dijimos siempre tuvo una personalidad fuerte, bien marcada, que tuvo adeptos y odios. Éstas son algunas frases de él que generaron controversias:

“En vez de fichar a Neymar, yo me habría planteado vender a Leo Messi”

“No conozco al Tata Martino. No sé absolutamente nada de él”

(Partido entre el Alavés y el Barcelona. Conversación entre Jorge Valdano y Cruyff mientras se disputaba el encuentro. Situación: jugador lesionado. Valdano molesto porque Cruyff no suelta la pelota que tiene entre sus manos)

Valdano: “¿Por que no te quedas tú con esa pelota y nos das otra a los demás para que podamos jugar?

Cruyff: “Oye, chaval, ¿cómo te llamas tú?”

Valdano: “Jorge Valdano”

Cruyff: “¿Y cuántos años tienes?”

Valdano: “20 años”

Cruyff: “A Johann Cruyff con 20 años se lo trata de usted”

En la actualidad, Cruyff posee una fundación que ayuda a niños discapacitados a través del deporte y una academia que está relacionada con la administración deportiva en España, Países Bajos y México.

Martes 26 de noviembre del 2013. Johan, con sus 66 años, observa desde el palco el partido de Champions entre el Ajax y el Barcelona. Abajo, sobre el césped del Amsterdan Arena hay una pelota que brinca, revolotea y baila. De vez en cuando visita el aire, flota una brizca de segundos en el viento y vuelve a caer. Cae un poco consternada, como buscando, y nuevamente se alza. Johann, desde arriba, mira con nostalgia las camisetas que mejor lo vistieron. Ve, desde lo alto, a sus dos amores. La pelota, desde lo bajo, sigue levantándose, manteniéndose en órbita y volviendo a bajar. Johan no lo sabe: la pelota lo sigue llamando para jugar…

Por @santicapriata