La lesión de Pavone en River dejó en evidencia la falta de capacidad de construcción en el club millonario y desnudó las falencias de maduración de sus conductores Lanzini y Lamela. A partir de allí, y gracias a su última buena actuación, Diego Buonanotte tiene grandes chances de arrancar como titular el domingo ante Quilmes. Esta situación se da en simultáneo con la llegada del primer tercio del pago del Málaga por el jugador, y como todo tiene que ver con todo, Rock ‘N Ball te invita hoy a conocer al jeque que se adueñó del Málaga FC. ¡Pero que enganche! De Pavone al multimillonario árabe.
Uno veía azorado llegando a diciembre en los portales deportivos, cómo jugadores de la talla de Demichelis o Julio Baptista tenían todo arregladito para desembarcar en puertos malagueños y no entendía la razón de su migración a un club que, sin lugar a dudas, era de menor envergadura que Bayern Munich y Roma, de donde venían respectivamente. La sorpresa se disipó cuando Don Billetín dijo presente y nos dejó clarito que de acá a varios años más, Málaga continuará fichando jugadores de cada vez mayor nivel hasta convertirse en un nuevo Chelsea o Manchester City.
El extraño de turbante largo, uno de esos de los que últimamente el fútbol europeo sabe y mucho, es un hombre nacido en Doha (Qatar), llamado Abdullah ben Nasser Al Thani, (“Cachito” para los amigos) que a la tierna edad de 41 años es uno de los dueños del Banco de Doha y posee una fortuna inconmensurable que consta de más de 30 empresas alrededor del mundo. Estudió Derecho y administración de empresas (no, si va a estudiar antropología) en Egipto pero claro que todas sus posesiones no podrían haber sido posibles si no fuera miembro de la Familia Real catarí, lo que le ofreció desde pequeño grandes facilidades económicas. Como todo millonario excéntrico, el tipo no tuvo mejor idea que comprarse en junio de 2010, un club de fútbol en una de las ligas más importantes del mundo, como lo es la española.
Gracias a su poder de inversión, Abdullah (vamos a convenir llamarlo así) ha logrado llevar al Málaga jugadores como, Ignacio Camacho (un N°5 pibe del At. Madrid) Sergio Asenjo (arquero joven del At. Madrid) Enzo Maresca (italiano N°5 proveniente del Olympiakos), Diego Buonanotte (que se sumará al plantel recién en julio de 2011) y los ya nombrados Demichelis y Julio Baptista. Ellos se suman a los conocidos de la casa, Papelito Fernandez y Wilfredo Caballero.
Ningún salame el jeque, se trajo un jugador por puesto en la columna vertebral del equipo. Pero por escándalo, su mejor jugada hasta ahora, y que verá próximamente sus frutos, fue haber contratado como manager/DT en noviembre del año pásado al ingeniero Manuel Pellegrini, con quien las negociaciones fueron sencillas, aquí una dramatización:
-Hola ¿Manuel?
-Sí con él habla
-Mire soy el nuevo dueño del Málaga y quiero que usted sea mi Director Técnico.
-Eh.. mire… estoy esperando un llamado para dirigir la selección chilena…
-Nada de eso señor, tome, yo le doy este papel en blanco, usted rellena con los números que quiera y ese será su contrato.
-No se hable más. ¿Cuándo empiezo?
Por más que uno intente buscar, no hay mucha más información acerca de Abdullah ben Nasser Al Thani ni de sus planes a futuro en el club andaluz. Sí suenan algunos nombres de cara al próximo mercado de verano como los de Gabriel Milito (por el que ya se hizo una oferta, buscando una dupla con Micho), Daniel Agger (Liverpool), Mahamadou Diarra (Mónaco) y Reto Ziegler (Sampdoria). Por lo adquirido y lo que se busca traer, pareciera que el jeque, a través de Pellegrini, mira más el arco propio que el ajeno.
El poder económico de esta gente es asombroso. El fútbol europeo está hoy en día formado por un cúmulo generalmente intrascendente de jugadores locales, estrellas rutilantes sudamericanas o africanas y dueños árabes o rusos. Si hay un deporte que está desnaturalizado es el fútbol, en Europa por lo ya dicho y sus manejos ultracomerciales, y en Sudamérica por la pésima labor de sus directivas.
Si bien, ni ser una Sociedad Anónima ni ser una Asociación Civil sin fines de lucro garantizan éxtios o fracasos, hay que reconocer que los clubes son de quienes lo forman; sus socios. En Argentina existe una resistencia enorme a la privatización total o parcial de las instituciones deportivas y eso es un valor que la sociedad le adjudica casi de manera inherente y que debemos seguir alimentando para evitar presidentes personalistas y ególatras que manejen las riendas de un club según el latido de sus caprichos.
Por más simpáticos o inmediatamente solucionadores que parezca este tipo de gente y las prácticas que transforman a los clubes en empresas, son aborrecibles desde todo punto de vista. El deporte está hecho para la recreación, para la inclusión social y el espacio de esparcimiento, no para ganar, no para ser los que mejores y más caros jugadores pueden traer.
Es lindo ver a un jugador de nivel o costoso recién fichado, jugando con la camiseta de tu club. Pero no hay nada como ver a un jugador salido de las inferiores del equipo del que uno es hincha vistiendo esa misma camiseta, o rompiéndola en la Selección Nacional.
Eso se da porque allí está el verdadero triunfo de un Club Atlético, en la formación de gente de bien, que a través del deporte logre formar un modo de vida y cuya única retribución pedida al jugador, es la correcta representación de una institución que le dio todo de sí, a través de los valores por ella misma enseñados.
Sigamos resistiéndonos a gente como Abdullah ben Nasser Al Thani o Roman Abramovich en el futbol argentino y mantengámonos centrados en la verdadera razón de existencia de los clubes, la sociedad.
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