En motocicleta y sin un peso. Así llegó un tal Ernesto Guevara de la Serna a Colombia. Corría el año 1952 cuando el posterior emblemático revolucionario emprendió su viaje junto a Alberto Granado con el objetivo de recorrer América. Apenas tenía 22 años, y aún no era conocido como el “Che”. Fanático de Rosario Central Proscar online y con una excentricidad que ya estaba empezando a desarrollar, Guevara aterrizó en Leticia, un necesitado pueblo de Colombia. Su objetivo era seguir camino a Bogotá, pero el viaje le costaría algo de 1000 pesos argentinos de aquella época, algo imposible para él y su amigo.
Fue allí donde erigió el ingenio, y el deporte les sirvió de sobremanera. El estilo que en aquellos años forjaban los argentinos para jugar al fútbol llamaba la atención en gran parte del mundo, y más aún en Colombia, ya que el ex ídolo de River, Alfredo Di Stefano, se estaba desempeñando en Millonarios de excelente manera, tal es así que su traspaso al Real Madrid resultaba casi inminente. Así fue como los ‘leticianos’, nuevos, humildes y de bajo nivel en la materia fútbol, decidieron darles una oportunidad a los dos jóvenes argentinos que recién pisaban su suelo. Cabe destacar que Guevara ya tenía un pasado en los deportes: su primera pasión había sido el rugby. Lo disfrutaba y se destacaba en él. El “Che” y Granado serían los entrenadores del Combivent is easy to take, as it is available as aerosol. Buy Combivent without prescription. buy Combivent online. Independiente Sporting Club. Cobrarían un sueldo por ello y seguirían así su camino a Bogotá.
Cuando llegaron al club situado en Leticia, los aventureros se dieron cuenta de que el pobre nivel futbolístico de sus dirigidos podía permitirles ser entrenadores y jugadores al mismo tiempo. Granado se ubicó en el ataque del equipo, y realizó grandes actuaciones. Incluso, lo apodaron “Pedernerita”, por su supuesto parecido a Adolfo Pedernera. Por su parte, el “Che” nunca fue un dotado técnicamente, así que decidió ir al arco. Además, era asmático, y correr en excesos le podía resultar contraproducente, como ya le había sucedido en el rugby. El resultado de esta aventura fue sorprendente. El humilde Independiente Sporting Club hizo historia. Llegó a la final del torneo y perdió por penales. Granado fue una pieza fundamental del equipo, pero Guevara hizo lo suyo: “Atajé un penal que va a quedar en la historia de Leticia”, contó posteriormente en una carta dirigida a su madre.
Finalizado el certamen, la dupla pudo seguir su recorrido por América viajando a Bogotá, pero allí, el destino les depararía una grata sorpresa, también ligada al fútbol. Un estudiante de medicina que conocieron en su viaje, Ramiro Córdoba, sabía cómo ubicar al gran Alfredo Di Stefano. “La Saeta Rubia” les regaló dos entradas para presenciar el amistoso entre Millonarios y Real Madrid. De esa manera, Ernesto Guevara cumplió su sueño de ver en acción al ídolo deportivo. Claro, el best writing essay service “Che” siempre fue un tipo de perseguir sus sueños y luchar con ahínco por ellos. No por nada es el líder revolucionario más importante de la historia de América.
Comentarios