Equipo que gana no se toca dice el nunca escrito pero conocido libreto futbolístico. Pero como todos los partidos son distintos, hay quienes sostienen que aun un equipo que salió victorioso de su último cotejo puede no repetir formación en la fecha siguiente.
Eso le pasó a San Lorenzo. No está de más aclararlo, aunque también se podría decir que con el diario del lunes somos todos capos. El Ciclón repitió el mismo esquema durante las tres fechas, y salvo Aureliano Torres contra Gimnasia que fue reemplazado por Reynoso versus Godoy Cruz y Racing, también presentó los mismos nombres propios.
Cuando enfrentó al Lobo, sin brillar hizo un buen partido y mereció llevarse el triunfo que una avivada de Barros Schelotto le arrebató. En Mendoza se trajo un triunfo bárbaro ante un equipo muy combativo que arrastraba cansancio, pero que siempre es difícil de enfrentar. Contra Racing se dio algo que no es menor: Ramón Díaz dispuso, por primera vez desde que está en San Lorenzo (contando ambos ciclos), los mismos once titulares que en el partido anterior.
Allí radicó el problema de San Lorenzo. Racing no es lo mismo que, con su mayor respeto, Gimnasia o Godoy Cruz. No es casualidad que Pillud y Licht hayan brillado, sino que disputaban ese sector de la cancha con dos hombres que nacieron para jugar más adelante, Menseguez y Romagnoli respectivamente.
Ni el cordobés ni el tatuado son hombres con marca e ida y vuelta, y esto permitió a los volantes de Racing proyectarse con facilidad y llevarle peligro a San Lorenzo. Y además, desgastó a ambos en sus tareas ofensivas. Los dejó sin aire y sin ideas (ojo, no fueron los únicos, San Lorenzo nunca inquietó Racing salvo en el gol que vino de un córner).
Pero, ¿por qué no le pasó lo mismo a San Lorenzo en las primeras dos fechas? Porque no eran los mismos rivales. El fútbol es un deporte en el que 22 jugadores se disputan una pelota, y al que no le interesa saber quién es y con qué cuenta el de enfrente, difícilmente triunfe con regularidad. Racing es un equipo muy ofensivo y muy peligroso, descuidarse de ello es mandarse al muere.
Tendrá que recapacitar Ramón que todavía está a tiempo. Quizá el respeto que quiso tener con los once que ganaron en Mendoza, y la alegría de saber que no tenía lesionados y suspendidos del partido anterior por primera vez desde que pisó Boedo, lo llevó a tomar el camino equivocado. Ya se lo señaló el Presidente Abdo, habrá que ver qué determina el Pelado.
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