Caliente. Si Daniel Passarella pensaba que por la presentación más temprana de Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez iba a lograr una reunión de CD tranquila le pifió de acá a Chapadmalal. Después de tres meses, la comisión directiva de River Plate se reunió en el Monumental con un condimento: la presencia de más de 300 socios que querían escuchar, de boca de los directivos, cómo se explica el descenso deportivo y cómo se evitará el inminente colapso institucional. Porque que Cavenaghi y Domínguez no pueden tapar el bosque. River sigue siendo un caos.
Los socios que se acercaron hasta el Monumental quisieron, como en el Cabildo abierto del 25 de mayo, saber de qué se trata. Y lo consiguieron a medias. Rock ‘N Ball no estuvo ahí, pero sí consiguió info de primera, mediante los twits de @Sepu79. Aquí, solamente, vamos a hilvanarnos para que el hincha de River, el que fue y el que no, entienda mejor de qué se trata.
Como casi una burla, el primer tema de la agenda Millonaria según los dirigentes fue el incumplimiento con la empresa “The Game SRL” que organizó el célebre Boca-River en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia al que el River de Néstor Gorosito no quiso viajar. Por ese incumplimiento la empresa –con buen tino- le inició acciones legales al club que presidia José María Aguilar. Juicio que recayó en la gestión Passarella y que es uno de los puntos que el Kaiser le objeta a la anterior comisión en el “informe” auditor.
Sin embargo, la agenda varió un poco en los últimos días ¿o no? Parece que para la CD Millonaria no. Al menos no en el inicio. El tema, invariablemente, fue yéndose para el lado del descenso y los reclamos airados.
Diego Quintás, mandamás del fútbol amateur durante el Aguilarato y uno de los cinco vocales opositores que entró por la lista de Rodolfo D’Onofrio tomó la palabra y fue directo al hueso: “Los miro a la cara y les digo que me siento responsable en parte por lo que pasó”. Y lo bien que hace. Quintás, otro personaje nefasto de las épocas de Aguilar. Después subió la apuesta y pidió: “Renunciemos todos, mandamos a River a la B”.
Andrés Balotta, otro vocal opositor, cargó contra la CD oficialista por la no existencia o no aparición de la auditoría: “¿Dónde está? Hace 18 meses que vienen vendiendo humo”, tiró. Incluso, en el debate por la auditoría, en el cual Luis Renzi (Tesorero) intentó explicar lo inexplicable trascendió que el auditor, en realidad, no pertenece a KPMG. La firma holandesa realizó una auditoria de la gestión de Joan Laporta en Barcelona, ordenada por su sucesor, Sandro Rossel. En poco más de 20 días estuvieron los resultados. ¿Cómo pueden tardar más de un año y medio en River? Bueno, ahí la bronca.
El clima se calentó con los vocales oficialistas, casi mudos hasta el momento. Insultos y chiflidos acompañaron cada intervención de los hombres parados en la vereda de Daniel Passarella. Mario Argenta, otro opositor, clama a los vocales.“Hay que hablarle a la gente, el único que habla es el Presidente, tienen que hablar todos”. Como más burla incluso, el siguiente tema a tratar es la inscripción de nuevos socios. Más abucheos.
Casi promediando la reunión (cortada abruptamente) se llegó al tema de la venta de Erik Lamela, que se cerró en 14 millones de euros, limpios, para las castigadas arcas de Núñez. Así ingresarán: entran 3 millones de euros ahora, después 1 cuota de 3 millones y una última (la más jugosa) de 6 millones en 2012. Además, River cobrará un millón más cuando el jugador dispute 10 partidos en la Roma y otro más cuando llegue a veinte. Es decir que en un lapso de un año a River le entrarán, mínimo, 12 millones de euros. Además, se reveló que el millonario arregló: un 5% de derechos de formación.
Después sí, se llegó a la palabra de los máximos dirigentes del club: Daniel Passarella, Diego Turnés y Daniel Bravo. Antes, sin embargo, carcajadas generalizadas recibieron la “promesa” de Renzi: “En 15 días estará la auditoría”.
Antes, sin embargo, Matías Patanián cargó contra los vocales: “hablan en off o critican en off. Ya que no renuncian, que se vaya el consejo de futbol entero”, pidió. Quintás recogió el guante: “Solicitamos la renuncia del consejo de fútbol”. Sin embargo el propio Kaiser lo cruzó, como cuando jugaba “nosotros no”. Sin embargo, el hombre de Aguilar no se quedó callado “¿Quiénes nosotros, Daniel? ¿Por qué no lo votan?” Ambas propuestas son ignoradas por el Kaiser, no será el primer cruce que tendrá con Diego Quintás.
La exposición de Turnés, interrumpida por un Passarella que pidió “ir al baño” (Sí, insólito), fue la más insultada por lejos. Acusado de manejar las entradas de favor a los violentos, en complicidad con su hermano Pato, los socios no quieren ver ni en figuritas al ex fiscalizador de JMA (¡Memoria!). “Yo también siento vergüenza”, arrancó.
“Me chupa un huevo mi carrera política”, aseguró y agregó: “yo me siento responsable, pero las renuncias son de cobardes. Hay que aprender de los errores“, exclamó seguido de una lluvia de insultos. ““hay que dejar de mirar para atras y tirar todos para adelante”, continuó y finalizó: “no renuncio porque no soy cobarde“. ¿Passarella? Silencio.
La exposición de Turnés no hizo más que reforzar el pedido de la oposición: renuncia del consejo de fútbol, remoción de vocales y asesores. Incluso, Santiago Poblet Videla tomó la palabra y generó un blooper tremendo del presidente: “hay que llamar a los mas capacitados para ayudar, hay que empezar una refundación“, pidió y dejó se renuncia sobre la mesa: “Presento mi renuncia”. Claro, Passarella quiso calmarlo: “Tranquilo Pablito”. Estallaron las carcajadas. Poblet Videla es Santiago, no Pablo. ¡Ay Kaiser!
Por otro lado, Fernández Nappe se abrió del bloque oficialista. Mientras que los otros 5 vocales por la minoría pusieron a disposición la renuncia si renunciaban todos. Como no se votó ni aprobó nada, no hubo renuncias. Sí, la joda no se acabó.
Luego de Poblet Videla, habló Daniel Bravo, vinculado con el escándalo del apriete a Sergio Pezzota: “nos eligieron para gobernar, y vamos a seguir haciéndolo”, afirmó. Quintás, otra vez, se cruzó feo: “Sometamos a consideración la renuncia de la CD. Votémoslo Daniel“, le pidió al Kaiser. Bravo dije que no y que quería proponer otra cosa.
En ese momento Manolo Lanas, miembro del consejo de fútbol, tomó la palabra: “renuncie al Consejo de Futbol para que se queden tranquilos todos. Quizá nos equivocamos, pero debatamos”, pide y desata el “que se vayan todos”, de los más de 300 socios presentes en el recinto.
Por fin habla Daniel Passarella: “Acá el único responsable y que se ha equivocado soy yo“, aseguró. Fiel a su estilo personalista y egocéntrico, Passarella se hace cargo de todo y eleva la apuesta: “los que me conocen saben que no voy a renunciar. Tenemos 2 años y medio para trabajar”, aseguró.
“Esto es una pesadilla. No quiero echar la culpa a nadie. No importan los porcentajes ni la gestión anterior”, indicó el Kaiser, desligando a la gestión anterior. Es lo último que dice. Los gritos y el repudio son insostenibles. Los dirigentes huyen. Los despide el grito de “como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar“. Fin de la reunión. Pero no de la calentura. ¿Será esta reunión el punto de partida? ¿Será el descontento abierto e hiriente lo que necesitaban los directivos para reaccionar? ¿O Todo Passa Daniel?
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