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Deco: entre las patadas de Bernardi y el “no” de Figo

Hace algunos días, el futbolista brasileño nacionalizado portugués, Deco, decidió retirarse del fútbol profesional. Ese quien compartió cancha con Ronaldinho, Messi, Xavi e Iniesta. Ese quien jugó una final de Champions contra el Negro Ibarra y Lucas Bernardi. Ese quien, además, fue resistido por Lucho Figo.

Si uno se pone a pensar en los mejores centrocampistas que el siglo XXI dio hasta aquí, es posible que se detenga, analice, repase y diga Anderson Luis de Souza. Pensándolo bien, no. Es posible, mucho más, que exclame Deco, como se lo conoció, se lo conoce y se lo conocerá a de Souza.

Deco nació el 27 de agosto de 1977 en San Bernardo do Campo, municipio de San Pablo, Brasil, caracterizado por ser un área mayoritariamente industrial.

Cometió sus primeros errores infantiles y comenzó a descubrir la magia de su varita en las inferiores del Bonfim. A los 18 años, ya como jugador del Nacional de San Pablo, debutó en Primera. En aquel club jugó dos años, para luego pasar al Corinthians.

El salto grande lo hizo cuando en 1999 fue fichado por el Porto de Portugal, tras haber plasmado su calidad en el Alverca y el SC Salgueiros de ese mismo país. En el Porto jugó seis temporadas, en las que ganó tres ligas, tres copas nacionales, una copa UEFA (ahora denominada Europa League) y una Champions League, que vino con premio doble porque, además, el mediocampista fue elegido como el mejor jugador de la copa. En la final de esa “orejona” del 2004 contra el Mónaco francés enfrentó, entre otros, a los argentinos Hugo Ibarra- retirado- y Lucas Bernardi- actualmente en Newell´s. Aquel encuentro finalizó 3 -0 con un gol de Deco.

En su paso por el club luso compartió plantel con Paulo Ferreira, Ricardo Carvalho, Nuno Valente, Maniche, Ricardo Costa y José Bosingwa, todos jugadores de la selección de Portugal. Asimismo, quien dirigió a ese equipo fue nada más y nada menos que uno de los mejores entrenadores a nivel mundial: José Mourinho.

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En ese mismo año en el que tocó el cielo de Europa fue contratado por el Barcelona. En la institución española jugó hasta el 2008 e intercambió talento con Ronaldinho, Xavi, Carles Puyol, Samuel Eto´o, Iniesta y, por supuesto, Lionel Messi. Obtuvo dos ligas, dos Supercopas españolas y una Champions. Otra más. Inclusive, en la temporada del debut con los colores blaugranas fue galardonado con el Balón de Plata– premio otorgado al segundo mejor jugador europeo-, por detrás del ucraniano Andriy Shevchenko.

En 2008 el Chelsea pagó por él 10 millones de euros. En el equipo londinense cosechó una Premier League, una Community Shield y una F.A Cup.

En 2010 decidió volver a la tierra que lo parió, defendiendo la camiseta del Fluminense. Allí, el mediocampista volvió a levantar el nivel y a depositar toda su técnica. La diferencia de calidad con respecto a los otros futbolistas brasileños se notó. En el club carioca consiguió un sólo título: el Brasileirao del 2010.

Hace unos días, Deco tomó la decisión de retirarse profesionalmente del fútbol. Él, brasileño, como bien dijimos, nunca jugó un partido para la Verdeamarella. En 2003 prevaleció defender los colores de Portugal antes que los de su propio país. El legendario Luis Figo, en aquel entonces capitán de la selección que hoy se pone al hombro Cristiano Ronaldo, se opuso rotundamente a esa elección. Sin embargo, el entrenador Luiz Felipe Scolari, también brasileño, quien por esos tiempos dirigía al seleccionado portugués, convocó al centrocampista para que haga su debut en un partido amistoso, pese al disgusto de su propio capitán. No se equivocó. Su equipo venció por 2 – 1 y Deco convirtió uno de los goles. Con esa anotación, Portugal, luego de 37 años, volvió a ganarle a aquella selección. ¿Saben a cual? Sí, precisamente a la de Brasil.