Se lo veía como un novelista famoso, un escritor de antaño, de esos que ya no se espera que siga deleitando a nadie con sus obras, sino que viva de recuerdos, de aquellas historias que lo hicieron grande. Eso se pensaba de Ariel Ortega, pero no es su caso. Un poeta del fútbol, de los que quedan pocos, volvió a sacar su mejor pluma, el botín derecho, para deleitar una vez más a todos los que queremos y amamos el fútbol.
Lejano queda aquel 14 de diciembre de 1991, cuando el Monumental gozaba de sus primeros quiebres de cintura. Y lejana está esta crónica de algún color o alguna camiseta. Hoy es el día en el que “El Burrito” volvió a pisar una cancha de fútbol, para Defensores de Belgrano y en la B Metropolitana, es cierto, pero es para celebrar que el amor por la pelota, ese que nos hace reír, llorar y putear desde la tribuna, se vea reflejado en uno de los protagonistas.
El barrio de Núñez fue testigo de la vuelta, de un nuevo debut, a los 37 años. Y claramente tuvo cosas de esas tres décadas largas, como también de ese pibe que hacia ilusionar a principios de los ’90 a toda la parcialidad Millonaria y (¿por qué no?) de la Selección Argentina. De lado queda todo lo que puedan o quieran opinar con matices de litigio sobre la vida personal del jujeño.
La idolatría que le profesan a diario los hinchas de River no es poca cosa. Hoy más de uno gritó a los 27 minutos del Segundo Tiempo el gol que, desde los doce pasos, Ortega marcó para el 1 a 1 final.
Es cierto, el tiempo corre y la magia se va agotando, pero mientras queden destellos uno siempre podrá ilusionarse cada vez que la pelota le llegue a él. Como cuando faltando 25 minutos para finalizar el partido junto tres hombres de Morón y metió un pase talle XL para la divisional que cerca estuvo de ser el gol de Gastón Casas (ex Huracan).
Queda mucho por delante, pero por lo pronto lo hinchas de Defensores de Belgrano se suman a los de River, Valencia, Sampdoria, Parma, Fenerbahçe, Newell’s, Independiente Rivadavia y All Boys… y juntos podrán decir: “YO LO VI JUGAR A ORTEGA”.
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