Dancing Mood, la banda orquestal que comanda Hugo Lobo, se presentó este sábado en el Captain Blue XL cordobés, aprovechando para presentar su nuevo disco, Non Stop, y desatar el carnaval de siempre con clásicos como Police Woman y Occupation. Fiesta total.
Fiesta, es la palabra perfecta para describir lo que fue Dancing Mood en Córdoba. Nada importó que la banda salga a la cancha dos horas después de lo pactado o que la birra esté a $30, la gente esperó y tuvo su premio: un show de tres horas y monedas, en la que Hugo Lobo y compañía se excusaron para presentar Non Stop, el nuevo disco. Obvio, también alocaron a todos con sus temas “de antes”.
Con la camiseta de su amado Atlanta y su trompeta, Huguito comandó la orquesta a la perfección. También hubo invitados, por supuesto: el cadillac Fernando Albareda cazó el trombón para acompañar a sus pares. También se homenajeó a Gerardo Rotblat, otro ex Cadillacs, que tocó en Dancing Mood hasta su fallecimiento, hace más de 3 años. Toto fue el tema que Lobo le compuso.
Luego de agradecer, de elogiar a Córdoba y mostrar su satisfacción de “poder tocar el tiempo que uno quiera, tiene otro sabor”, el líder saludó a la segunda invitada. Deborah Dixon le puso la voz a cuatro temas, entre ellos una genial versión de Just don’t wanna be lonely dancing. La costarricense cautivó a todos, llevándose todos los silbidos y halagos.
Entre nuevos trabajos como Non stop!!, Four y Toma 5, Hugo Lobo tuvo tiempo hasta de calentarse y putear: “Un montón de bandas con una estrellita roja en la remera y la concha de sus madres nunca se animaron a tocar un tema que se llame Fidel Castro”, expresó justo antes de tocar los acordes que llevan el nombre del dirigente cubano, compuesto por Skatalites en el año 1964.
Al terminar lo que fue el décimo tema de la noche, siguió: “Y vamos a esperar unos años a ver si Manu Chao y Calle 13, que viven en el primer mundo, le hacen un tema a Fidel Castro. Se limpian el culo con papel higiénico de 15 dólares y después son puro chamuyo”.
La fiesta estuvo acompañada por la gente, como siempre combinando a la perfección la pasión y la buena música. Mientras algunos pelaban los porros al sol, otros se dedicaron al pogo, especialmente en temas explosivos como Police Woman. Al fondo del escenario, una pantalla gigante mostraba lo que parecían bailes (algo bizarros, por cierto) de principio del siglo pasado y motos al estilo Siambretta andando por ahí. Todo un flash.
La banda, genial como siempre. Todos tuvieron tiempo para hacer su solo, uno mejor que el otro. Tampoco faltaron las melodías de cancha por parte de Huguito, mezcladas con las de 9 de julio de Callejeros, por ejemplo, o el famoso Carnavalito. Sin parar de agradecer y luego de tres horas de show, Lobo y sus pares se despidieron por un rato pero invitaron al público a quedarse a tomar algo. Hasta en eso le pusieron onda.
Ojo al piojo: la foto no es del sábado.
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