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Crítica de discos: “El Sacrificio” (Fito Páez)

Por Juan Manuel Villafañe (@jmlostcrowe) especial para Rock And Ball Vuelve Páez de la mano de "El Sacrificio" con viejas e inéditas canciones compuestas entre 1989 y 2013. Las grabaciones de las mismas fueron hechas en ese mismo lapso de tiempo. La preventa de "El Sacrificio" fue de forma digital en el mes de Marzo y, en forma física, solo para quienes compraban la entrada a sus recitales ofrecidos en el Luna Park, donde despedía la gira de "El Amor Después del Amor 20 años". La salida final del álbum para quienes no pudieron comprarlo con los tickets, fue lanzado este mes. Más que canciones, perlas guardadas por un gran referente del Rock Nacional que siempre nos tendrá del otro lado del parlante expectantes a cada uno de sus trabajos. "Es mi álbum negro" dijo Fito anunciando el lanzamiento de "El Sacrifico". Al escucharlo, no quedan dudas que lo es. Sabiendo que estas canciones fueron escritas en un transcurso de veinticuatro años, lo primero que tendemos es intentar descifrar a que época de Páez pertenecerá cada una de ellas. La canción homónima que da comienzo al disco parece llevarnos directamente a "Tercer Mundo", tanto al contenido de aquel álbum, como al tema mismo. Aunque los coros de Ana Alvarez Toledo, nos trae aires de "Abre". "Esto podría haber sido una canción" es una balada lenta con crudos pasajes líricos y una melodía que no subirá nunca y mantendrá la oscuridad de la historia. Esta canción fue grabada por Coki and The Killer Burritos en su disco "Un Millón de Dolares" en el 2001. Una batería electrónica marcará un ritmo militar en "Guerra de Luz", mientras Fito reflexiona "Yo tendría que dejarme de joder y poner todo el barrio a iluminar..." el contenido de la letra nos llevara nuevamente a un Fito joven, confundido, queriendo levantar cabeza. Los teclados que ingresan después de la mitad de la canción, crean una melodía que comienza a transformarse en una atmósfera cinematográfica excelente. "Mouchette" trae algún recuerdo a "Tengo una muñeca que regala besos" grabada en el disco junto a Sabina, con una sutil batería tocada con escobillas. Una canción delicada y armónica que podría haber formado parte de la lista de temas de "Abre". El personaje mas ficticio, la historia de amor mas fuerte y el punto mas alto del disco llega en "El fantasma Canibal", donde no encontramos un estribillo que se repita en la letra, pero si en el motivo musical. La música de esta canción fue compuesta por Coki Debernardi, guitarrista de Fito en estos últimos años y cantante de Coki and The Killer Burritos. Los arreglos orquestales cumplen un rol fundamental en cada una de las secciones. En el track seis, llega "No la Chingues Buey" una canción donde se lo escucha a Fito cantar al borde del rapeo. Tanto la letra, como la música y la interpretación parecen salidos de aquel quíntuple disco de Calamaro. Podría estar junto a canciones como "Mi Funeral N 11" en "El Salmón". La historia que sigue a continuación es "El Mal Vino y La Luz" acompañada con un arpegio de piano y otra vez nos remontamos hacia atrás, pero no tanto. Esta canción encaja por completo al estilo compositivo que se le dedico a "Rodolfo" (2007) aquel disco donde solo se escuchaba a Páez cantar acompañado de su piano. En esta ocasión se le agrego batería, algunos sintes, unos teclados y un discreto bajo tocado por Guillermo Vadala. Llega "Inglaterra" y se hace presente el Funk con típicos fraseos de guitarras, arreglos de teclados y vientos al estilo setentoso. Pero acto seguido nos encontramos con "El Dolor" y la oscuridad del álbum se concentra en la letra de este tema. Con una voz casi susurrada, Fito comienza a referirse a las diversas formas de actuar que tiene el dolor, pasando por las diferentes clases sociales, preguntándose el por que del cáncer de su madre, entre otras cosas, y concluyendo en la lentitud con la que actúa, en la inexistencia de un remedio que lo cure. El final del disco queda en manos de "La Puta Diabla". Acá nos encontramos, no solo con el titulo de la última canción del álbum, sino con el titulo de la primera novela escrita por Paez y lanzada el pasado mes. El personaje principal de esta novela es llamado Felix Ure. Un dato interesante a la hora de escuchar la ultima canción, ya que en los créditos del disco Felix aparece como compositor de la música y letra de “La Puta Diabla”. Quienes hayan leído el libro, sabrán si existe una conexión entre la letra de la canción y la historia del libro, o solo es un homenaje de Fito a su nuevo personaje. Este es el primer álbum de los tres que Fito anuncio que sacaría este año con grabaciones y canciones inéditas. En esta primera entrega nos hemos encontrado con canciones hermosas que no apuntan a ser hits radiales, pero que cuentan historias y abarcan motivos musicales para el recuerdo.

Por Juan Manuel Villafañe (@jmlostcrowe) especial para Rock And Ball

Vuelve Páez de la mano de “El Sacrificio” con viejas e inéditas canciones compuestas entre 1989 y 2013. Las grabaciones de las mismas fueron hechas en ese mismo lapso de tiempo. La preventa de “El Sacrificio” fue de forma digital en el mes de Marzo y, en forma física, solo para quienes compraban la entrada a sus recitales ofrecidos en el Luna Park, donde despedía la gira de “El Amor Después del Amor 20 años”. La salida final del álbum para quienes no pudieron comprarlo con los tickets, fue lanzado este mes. Más que canciones, perlas guardadas por un gran referente del Rock Nacional que siempre nos tendrá del otro lado del parlante expectantes a cada uno de sus trabajos.

“Es mi álbum negro” dijo Fito anunciando el lanzamiento de “El Sacrifico”. Al escucharlo, no quedan dudas que lo es. Sabiendo que estas canciones fueron escritas en un transcurso de veinticuatro años, lo primero que tendemos es intentar descifrar a que época de Páez pertenecerá cada una de ellas. La canción homónima que da comienzo al disco parece llevarnos directamente a “Tercer Mundo”, tanto al contenido de aquel álbum, como al tema mismo. Aunque los coros de Ana Alvarez Toledo, nos trae aires de “Abre”. “Esto podría haber sido una canción” es una balada lenta con crudos pasajes líricos y una melodía que no subirá nunca y mantendrá la oscuridad de la historia. Esta canción fue grabada por Coki and The Killer Burritos en su disco “Un Millón de Dolares” en el 2001. Una batería electrónica marcará un ritmo militar en “Guerra de Luz”, mientras Fito reflexiona “Yo tendría que dejarme de joder y poner todo el barrio a iluminar…” el contenido de la letra nos llevara nuevamente a un Fito joven, confundido, queriendo levantar cabeza. Los teclados que ingresan después de la mitad de la canción, crean una melodía que comienza a transformarse en una atmósfera cinematográfica excelente. “Mouchette” trae algún recuerdo a “Tengo una muñeca que regala besos” grabada en el disco junto a Sabina, con una sutil batería tocada con escobillas. Una canción delicada y armónica que podría haber formado parte de la lista de temas de “Abre”. El personaje mas ficticio, la historia de amor mas fuerte y el punto mas alto del disco llega en “El fantasma Canibal”, donde no encontramos un estribillo que se repita en la letra, pero si en el motivo musical. La música de esta canción fue compuesta por Coki Debernardi, guitarrista de Fito en estos últimos años y cantante de Coki and The Killer Burritos. Los arreglos orquestales cumplen un rol fundamental en cada una de las secciones. En el track seis, llega “No la Chingues Buey” una canción donde se lo escucha a Fito cantar al borde del rapeo. Tanto la letra, como la música y la interpretación parecen salidos de aquel quíntuple disco de Calamaro. Podría estar junto a canciones como “Mi Funeral N 11” en “El Salmón”.

La historia que sigue a continuación es “El Mal Vino y La Luz” acompañada con un arpegio de piano y otra vez nos remontamos hacia atrás, pero no tanto. Esta canción encaja por completo al estilo compositivo que se le dedico a “Rodolfo” (2007) aquel disco donde solo se escuchaba a Páez cantar acompañado de su piano. En esta ocasión se le agrego batería, algunos sintes, unos teclados y un discreto bajo tocado por Guillermo Vadala. Llega “Inglaterra” y se hace presente el Funk con típicos fraseos de guitarras, arreglos de teclados y vientos al estilo setentoso. Pero acto seguido nos encontramos con “El Dolor” y la oscuridad del álbum se concentra en la letra de este tema. Con una voz casi susurrada, Fito comienza a referirse a las diversas formas de actuar que tiene el dolor, pasando por las diferentes clases sociales, preguntándose el por que del cáncer de su madre, entre otras cosas, y concluyendo en la lentitud con la que actúa, en la inexistencia de un remedio que lo cure. El final del disco queda en manos de “La Puta Diabla”. Acá nos encontramos, no solo con el titulo de la última canción del álbum, sino con el titulo de la primera novela escrita por Paez y lanzada el pasado mes. El personaje principal de esta novela es llamado Felix Ure. Un dato interesante a la hora de escuchar la ultima canción, ya que en los créditos del disco Felix aparece como compositor de la música y letra de “La Puta Diabla”. Quienes hayan leído el libro, sabrán si existe una conexión entre la letra de la canción y la historia del libro, o solo es un homenaje de Fito a su nuevo personaje.

Este es el primer álbum de los tres que Fito anuncio que sacaría este año con grabaciones y canciones inéditas. En esta primera entrega nos hemos encontrado con canciones hermosas que no apuntan a ser hits radiales, pero que cuentan historias y abarcan motivos musicales para el recuerdo.