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Conociendo a Mourinho

Es el técnico más exitoso y odiado de los últimos años. En Rock 'N Ball analizamos su inicio como ayudante de campo, su vida como entrenador, su forma de trabajo y opiniones de colegas y jugadores.

Nacido en la ciudad de Setúbal, José Mourinho comenzó su carrera como ayudante de campo en el Vitória de Setúbal. El entrenador era su padre, Félix, que había sido jugador del club desempeñándose como arquero. El joven Mourinho se destacaba por hacer los informes de los rivales, que eran de gran utilidad a la hora de preparar el partido.

Trabajó durante un tiempo en la Escuela Secundaria de Bocage, que se encontraba a metros del estadio del Vitória. El llamado de Manuel Fernades, quién fue elegido para ser el entrenador del Estrela de Amadora, fue un quiebre en la vida de José.  “Él era mi ayudante de campo y a veces tenía que agarrarlo porque con 26 años ya era muy impulsivo”, dijo Fernandes. Su capacidad como líder ya deslumbraba al entrenador,  que elogiaba los informes definiéndolos como “distintos al resto, fuera de lo normal”.

En 1992 conoció a Bobby Robson y fue su ayudante en el Sporting, Porto y Barcelona. Luis Enrique, exjugador del Barsa y actual director técnico de la Roma, elogió su forma de trabajar: “envidio su capacidad de para conquistar al jugador, hace juegos mentales con ellos, los mantiene despiertos”. La llegada de Van Gaal no significó la ida del conjunto culé. El holandés, enamorado del trabajo de Mourinho, le dijo a sus jugadores: “José se queda porque él no me dice lo que quiero escuchar, dice lo que piensa”.

Luego de su paso por el Barcelona, decidió comenzar su travesía como entrenador en el Benfica, allá por el año 2000. Llegó a dirigir nueve partidos, donde ganó cinco, empató dos y perdió los restantes. Fue despedido por las nuevas autoridades del club, quienes no decidieron aprobar la extensión del contrato que Mourinho había solicitado a mitad de la temporada. Meses más tarde firmó con el Uñiao de Leiria, equipo que actualmente juega en la primera división del fútbol portugués. Allí estuvo sólo 19 partidos, nueve victorias, siete empates y sólo tres derrotas. El Porto solicitó sus servicios y él ni lo dudó.

En los ‘Dragones azules’ hizo historia. Permaneció en el club tres temporadas y obtuvo un total de siete títulos.A nivel nacional se coronó en dos Ligas, una Supercopa y una Copa de Portugal. A nivel europeo, una Uefa y una Champions League. En 83 partidos sólo perdió seis. Mourinho transmitía a sus jugadores todos los conocimientos que había recopilado mientras fue ayudante de campo de grandes entrenadores. Ricardo Costa, jugador del Porto, dijo: “Nos dimos cuenta que habíamos encontrado a un gran DT capaz de organizar absolutamente todo”.

Chelsea, su amor inglés. Fue allá por el 2004. Días después de ganar la Champions League con el Porto, se presentó como el nuevo entrenador del equipo londinense. “Pienso que soy un tipo especial”, declaración que generó confusión en los periodistas y aficionados que estaban presentes en la sala de prensa del Stamford Bridge. Con su firmeza habitual, pero sin falta de tacto, Mourinho inyectó de confianza a los jugadores del Chelsea que no estaban acostumbrados a ganar nada. Cuatro temporadas y seis títulos, ninguno a nivel continental. Dos Premier League, dos Football League Cup, una Community Shield y una FA Cup. Allí dirigió a Ricardo Carvalho y Paulo Ferreira, campeones con Mou en el Porto. Lampard y Drogbá se consagraron como figuras y, junto con Peter Cech, fueron los pilares de ese equipo multicampeón. Perdió la final de la Uefa Champions League en el 2008, por penales y ante el Manchester United de Cristiano Ronaldo, Tevez y compañía.

Se despidió del Chelsea siendo el técnico más ganador de esa institución para caer en el Inter de Italia. El desenlace  sería el mismo: un equipo que jugaba bien, obtenía los resultados que necesitaba y salía campeón de todo. En dos temporadas se alzó con dos Serie A, una Copa y Supercopa de Italia. La frutillita del postre fue la obtención de una nueva Champions League, venciendo al Barcelona en la recordada semifinal y al Bayern Munich en la final, con dos goles del argentino Diego Milito.

Muy criticado fue ese Inter campeón de la Champions. El mundo conspiró en contra de Mourinho por cómo enfrentó al Barcelona en el Camp Nou. Luego de la injusta expulsión de Thiago Motta, el estadio y todo el banco de suplentes del conjunto blaugrana estalló de felicidad. Mou se acercó a Guardiola y le dijo: “Pensáis que es fácil, pero no ha terminado”

El Real Madrid lo tenía en la mira desde hacía rato. Llegó en reemplazo de Pellegrini  y su arribo revolucionó al Real Madrid. Sus peleas con Valdano, la aplastante derrota 5 a 0 que sufrió frente al Barcelona de Guardiola, las jóvenes figuras que pidió, pensando en un equipo que en un futuro cercano pueden darles muchas alegrías a los madridistas. Su primera temporada no fue mala, obtuvo la Copa del Rey aunque no pudo con el Barsa en la semifinal de la Uefa Champions League ni en la Liga BBVA, donde terminó segundo. Todos saben que los ‘verdaderos’ resultados de Mou, llegan en la segunda temporada. Ocurrió en el Porto, en el Chelsea y en el Inter. En los tres equipos, llegó a disputar finales de Champions, y sólo perdió cuando dirigía al conjunto inglés.

En las dos finales de la Supercopa de España, el Real Madrid fue más que el Barcelona. Quedó expuesto ante el mundo que las diferencias se acortaron y que, si no fuera por Messi, seguramente Mou tendría una copa más en su historial. Con el inicio de la nueva temporada en el fútbol español en stand by, ‘The Special One’ solo piensa en destronar al culé.

Trabajo de campo

Para Mourinho, la pretemporada no sirve para poner a los jugadores en forma. El fin es preparar el equipo en función del modelo de juego que él desea plantear. Se puede probar y experimentar ideas nuevas ya que no hay partidos oficiales de por medio.

Para Mourinho, no hace falta entrenar más de una hora y media, siempre y cuando se haga en altos niveles de concentración. ¿Qué ejercicios utiliza para que sus jugadores estén siempre alertas? Juegos en el que el espacio, el tiempo, el número de jugadores y las reglas sean la principal protagonista.

Para Mourinho, las pretemporadas físicas –sí, esas mismas que en nuestro país son moneda corriente- son “hijas de una metodología arcaica”. Su trabajo se basa en el modelo de juego y los distintos sistemas tácticos que desea aplicar.

Para Mourinho, es fundamental poseer la pelota. Tenerla y saber cómo recuperarla cuando un jugador la pierde, es su ley primera.

Para Mourinho, sobreexigir a los jugadores en una pretemporada física es, a futuro, no obtener grandes resultados en el aspecto táctico. Trabajar con la pelota es una manera de mejorar en concentración y en físico.

Si querés conocer más, leé “Mourinho, ¿por qué tantas victorias?”

“Cuando perdemos, la culpa fuera del vestuario es mía. Pero dentro del vestuario te diré que perdimos por tú culpa, allí perdemos todos. Soy muy acusador y directo”

José Mourinho

 

Es el técnico más exitoso y odiado de los últimos años. En Rock ‘N Ball analizamos su inicio como ayudante de campo, su vida como entrenador, su forma de trabajo y opiniones de colegas y jugadores.

Nacido en la ciudad de Setúbal, José Mourinho comenzó su carrera como ayudante de campo en el Vitória de Setúbal. El entrenador era su padre, Félix, que había sido jugador del club desempeñándose como arquero. El joven Mourinho se destacaba por hacer los informes de los rivales, que eran de gran utilidad a la hora de preparar el partido.

Trabajó durante un tiempo en la Escuela Secundaria de Bocage, que se encontraba a metros del estadio del Vitória. El llamado de Manuel Fernades, quién fue elegido para ser el entrenador del Estrela de Amadora, fue un quiebre en la vida de José.  “Él era mi ayudante de campo y a veces tenía que agarrarlo porque con 26 años ya era muy impulsivo”, dijo Fernandes. Su capacidad como líder ya deslumbraba al entrenador,  que elogiaba los informes definiéndolos como “distintos al resto, fuera de lo normal”.

En 1992 conoció a Bobby Robson y fue su ayudante en el Sporting, Porto y Barcelona. Luis Enrique, exjugador del Barsa y actual director técnico de la Roma, elogió su forma de trabajar: “envidio su capacidad de para conquistar al jugador, hace juegos mentales con ellos, los mantiene despiertos”. La llegada de Van Gaal no significó la ida del conjunto culé. El holandés, enamorado del trabajo de Mourinho, le dijo a sus jugadores: “José se queda porque él no me dice lo que quiero escuchar, dice lo que piensa”.

Luego de su paso por el Barcelona, decidió comenzar su travesía como entrenador en el Benfica, allá por el año 2000. Llegó a dirigir nueve partidos, donde ganó cinco, empató dos y perdió los restantes. Fue despedido por las nuevas autoridades del club, quienes no decidieron aprobar la extensión del contrato que Mourinho había solicitado a mitad de la temporada. Meses más tarde firmó con el Uñiao de Leiria, equipo que actualmente juega en la primera división del fútbol portugués. Allí estuvo sólo 19 partidos, nueve victorias, siete empates y sólo tres derrotas. El Porto solicitó sus servicios y él ni lo dudó.

En los ‘Dragones azules’ hizo historia. Permaneció en el club tres temporadas y obtuvo un total de siete títulos.A nivel nacional se coronó en dos Ligas, una Supercopa y una Copa de Portugal. A nivel europeo, una Uefa y una Champions League. En 83 partidos sólo perdió seis. Mourinho transmitía a sus jugadores todos los conocimientos que había recopilado mientras fue ayudante de campo de grandes entrenadores. Ricardo Costa, jugador del Porto, dijo: “Nos dimos cuenta que habíamos encontrado a un gran DT capaz de organizar absolutamente todo”.

Chelsea, su amor inglés. Fue allá por el 2004. Días después de ganar la Champions League con el Porto, se presentó como el nuevo entrenador del equipo londinense. “Pienso que soy un tipo especial”, declaración que generó confusión en los periodistas y aficionados que estaban presentes en la sala de prensa del Stamford Bridge. Con su firmeza habitual, pero sin falta de tacto, Mourinho inyectó de confianza a los jugadores del Chelsea que no estaban acostumbrados a ganar nada. Cuatro temporadas y seis títulos, ninguno a nivel continental. Dos Premier League, dos Football League Cup, una Community Shield y una FA Cup. Allí dirigió a Ricardo Carvalho y Paulo Ferreira, campeones con Mou en el Porto. Lampard y Drogbá se consagraron como figuras y, junto con Peter Cech, fueron los pilares de ese equipo multicampeón. Perdió la final de la Uefa Champions League en el 2008, por penales y ante el Manchester United de Cristiano Ronaldo, Tevez y compañía.

Se despidió del Chelsea siendo el técnico más ganador de esa institución para caer en el Inter de Italia. El desenlace  sería el mismo: un equipo que jugaba bien, obtenía los resultados que necesitaba y salía campeón de todo. En dos temporadas se alzó con dos Serie A, una Copa y Supercopa de Italia. La frutillita del postre fue la obtención de una nueva Champions League, venciendo al Barcelona en la recordada semifinal y al Bayern Munich en la final, con dos goles del argentino Diego Milito.

Muy criticado fue ese Inter campeón de la Champions. El mundo conspiró en contra de Mourinho por cómo enfrentó al Barcelona en el Camp Nou. Luego de la injusta expulsión de Thiago Motta, el estadio y todo el banco de suplentes del conjunto blaugrana estalló de felicidad. Mou se acercó a Guardiola y le dijo: “Pensáis que es fácil, pero no ha terminado”

El Real Madrid lo tenía en la mira desde hacía rato. Llegó en reemplazo de Pellegrini  y su arribo revolucionó al Real Madrid. Sus peleas con Valdano, la aplastante derrota 5 a 0 que sufrió frente al Barcelona de Guardiola, las jóvenes figuras que pidió, pensando en un equipo que en un futuro cercano pueden darles muchas alegrías a los madridistas. Su primera temporada no fue mala, obtuvo la Copa del Rey aunque no pudo con el Barsa en la semifinal de la Uefa Champions League ni en la Liga BBVA, donde terminó segundo. Todos saben que los ‘verdaderos’ resultados de Mou, llegan en la segunda temporada. Ocurrió en el Porto, en el Chelsea y en el Inter. En los tres equipos, llegó a disputar finales de Champions, y sólo perdió cuando dirigía al conjunto inglés.

En las dos finales de la Supercopa de España, el Real Madrid fue más que el Barcelona. Quedó expuesto ante el mundo que las diferencias se acortaron y que, si no fuera por Messi, seguramente Mou tendría una copa más en su historial. Con el inicio de la nueva temporada en el fútbol español en stand by, ‘The Special One’ solo piensa en destronar al culé.

Trabajo de campo

Para Mourinho, la pretemporada no sirve para poner a los jugadores en forma. El fin es preparar el equipo en función del modelo de juego que él desea plantear. Se puede probar y experimentar ideas nuevas ya que no hay partidos oficiales de por medio.

Para Mourinho, no hace falta entrenar más de una hora y media, siempre y cuando se haga en altos niveles de concentración. ¿Qué ejercicios utiliza para que sus jugadores estén siempre alertas? Juegos en el que el espacio, el tiempo, el número de jugadores y las reglas sean la principal protagonista.

Para Mourinho, las pretemporadas físicas –sí, esas mismas que en nuestro país son moneda corriente- son “hijas de una metodología arcaica”. Su trabajo se basa en el modelo de juego y los distintos sistemas tácticos que desea aplicar.

Para Mourinho, es fundamental poseer la pelota. Tenerla y saber cómo recuperarla cuando un jugador la pierde, es su ley primera.

Para Mourinho, sobreexigir a los jugadores en una pretemporada física es, a futuro, no obtener grandes resultados en el aspecto táctico. Trabajar con la pelota es una manera de mejorar en concentración y en físico.

Si querés conocer más, leé “Mourinho, ¿por qué tantas victorias?”

“Cuando perdemos, la culpa fuera del vestuario es mía. Pero dentro del vestuario te diré que perdimos por tú culpa, allí perdemos todos. Soy muy acusador y directo”

José Mourinho