Protagonistas sin dudas del fin de semana, los tiros desde los doce pasos tuvieron incidencia en tres de los cuatro enfrentamientos de cuartos de final de esta Copa América: Argentina – Uruguay, Brasil – Paraguay, y (quizás en menor medida) Colombia – Perú.
Más allá de la camiseta que nos representa y el sentimiento de dolor/bronca que produjo la eliminación del seleccionado de Batista, hay que hacer hincapié en los ¡¡CUATRO!! penales errados por Brasil. Algo que nunca en la historia le había sucedido al pentacampeón del mundo.
Dudar de la capacidad de los jugadores brasileros para definir, o de la habilidad de Justo Villar para atajar sería no entender de que estamos hablando. Si bien son humanos y como tales tienen virtudes y defectos, las condiciones del campo de juego del estadio Ciudad de La Plata jugaron su partido.
Desde su inauguración en 2003, el estadio fue mutando hasta convertirse en el hermoso escenario que es hoy. Pero después de haber invertido tanto dinero es impresentable que el campo de juego no resista cuatro partidos y que al pisar un pan de pasto haga un efecto de “sube y baja”.
Al ver el primer penal que patea Elano y mira el césped, uno cree que no se hace cargo de su error (como muchas veces sucede). Pero al ver que algo se repite cuatro veces, deja de ser azar o casualidad. En una de las repeticiones del tercer penal brasilero que patea André Santos, se ve que al apoyar el pie derecho para sacar el zurdazo, se levanta el pasto y una cantidad de arena impresionante. Más elocuente es la imagen en el remate decisivo, cuando Fred saca el derechazo y al pisar con el pie de apoyo se corre la pelota.
En el minuto 5’40” está la pelota saltarina
Esta claro que si el campo de juego esta malo es para los dos, Por lo que también se puede observar que cuando Barreto falla el primer penal paraguayo, acusa con la mirada al césped.
Durante el partido Brasil hizo todo para acceder a las semifinales, y se encontró con un Villar inspirado y la fortuna paraguaya. A la hora de los penales no fue cuestión de fortuna, tampoco le “embarraron” la cancha, digamos que se la “levantaron”.
Comentarios