El delantero Edinson Cavani nació el 14 de febrero de 1987 en la ciudad de Salto, ubicada en el noroeste de Uruguay, en la cual hoy habitan más de cien mil personas. (El escritor Horacio Quiroga y el atacante del Liverpool Luis Suárez también recibieron al mundo en esta región).
A los cuatro años el goleador charrúa ya se destacaba en el baby fútbol. En la heladería que residía a pocos metros de la canchita en la que Cavani festejaba sus goles, firmó su primer contrato: un helado de dulce de leche y vainilla. Cada vez que el delantero marcaba era recompensado con un helado. Esta tradición no supo nunca de pausas ni de feriados: es el día de hoy que Cavani cuando anota un tanto -ya no en canchitas de cemento sino en estadios colosales- reclama su cucurucho.
En plena pubertad, con quince años, “El Matador”, como lo llaman en Nápoles, se mudó a Montevideo para luego jugar en las inferiores del Danubio, club con el que hizo su debut en 2006 y se consagró campeón del Torneo Apertura.
Un año más tarde tuvo una sublime actuación con el seleccionado Sub 20 de su país. Desempeño que dio sus frutos: al poco tiempo Cavani firmaba sus goles en tierras lejanas y vestido de rosa, defendiendo los colores del Palermo de Italia.
En el club siciliano estuvo cuatro temporadas. La adaptación al nuevo mundo resultó costosa para el jugador, que tuvo un nivel bastante oscilante durante todo el período en que formo parte del club italiano. En 116 partidos anotó 37 goles.
En el 2010 el uruguayo pisó tierra sagrada, tierra maradoniana, cuando fue contratado por el Nápoli. Sus dos goles, semanas posteriores al fichaje, que clasificaron al conjunto celeste a la Champions League de ese año, fueron un presagio de lo que la palabra Cavani iba a significar en el diccionario napolitano del fútbol.
Su examen con la camiseta del Nápoli fue aprobado. Con una labor excepcional llegó a la nota más alta en su carrera: en el 2012 formó parte del 11 ideal de la Serie A y fue nombrado segundo mejor jugador del torneo, por detrás del sueco Zlatan Ibrahimovic. Además, en 2011 ya se había consagrado como el máximo goleador en competencias internacionales de la historia del Azzurri.
Curiosidad: el 20 de enero de 2013 llegó a su gol número 100 en el Calcio, en un partido contra la Fiorentina. La primera anotación de Cavani en aquella liga, seis años antes, también la había sufrido el equipo de Florencia.
Curiosidad bis: es tanto el aprecio y el fanatismo que alberga el delantero en las calles de Nápoles que una pizza lleva el nombre “Cavani Matador” en homenaje y agradecimiento al jugador charrúa, quien se deja el pelo largo al igual que lo hacía su ídolo Gabriel Batistuta, uno de los mejores centrodelanteros argentinos de la historia. “Es el reconocimiento a un gran campeón que nos regaló no sólo una victoria sino que nos permite soñar con clasificar a la Champions”, explicó un pizzero de Consalvo, Italia, luego de los dos goles anotados por Cavani en un triunfo contra el Parma.
Su rendimiento en la selección uruguaya fue y es óptimo: En 54 partidos lleva marcados 17 goles. En su debut anotó uno, en un amistoso contra Colombia que finalizó 2 a 2 en el estadio Centenario de Montevideo.
En la actualidad, Manchester City, Chelsea y Paris Saint-Germain (PSG) luchan por contratar al jugador de 26 años. Hoy pareciera que el horizonte más factible de aterrizar para el delantero sea el club francés, con quien su representante ya ha entablado conversaciones acerca del traspaso. Estaría todo acordado. Se estima que el Napoli recibiría 63 millones de euros.
En las inmediaciones del estadio Parque de los Príncipes del PSG ya están colocadas las heladerías. Los cucuruchos de vainilla y dulce de leche están listos para ser saboreados. Ahora faltan los goles.
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