Se terminó la tercera fecha del Torneo Inicial y Boca sumó seis puntos sobre los nueve posibles. Pese a estar entre los primeros de la tabla, el nivel mostrado por el conjunto de Carlos Bianchi ha dejado muchas más dudas que certezas, y por sobre todo en el tan mencionado plano defensivo.
El gran problema de Boca continúa siendo los inconvenientes defensivos y los errores a la hora del retroceso. En los primeros tres partidos, sufrió mucho en ambos laterales y eso ya no es noticia. Con Pablo Ledesma y Juan Sánchez Miño como volantes externos, pero con la tendencia de cerrarse para formar una especie de doble cinco con Ribair Rodríguez, los que más se perjudican son Leandro Marín y Emiliano Insúa. ¿Por qué los perjudican? Porque los deja expuestos y en situaciones constantes de mano a mano contra el delantero de turno. Lo más fácil es caerles a los laterales, pero el trabajo de Ledesma como 8 no ayuda al desempeño de Marín.
Por otro lado, lo que por perjudica, a su vez los ayuda. Con los volantes externos cerrados, tanto Marín como Insúa cuentan con terreno como para proyectarse y poder ser alternativas de pase sobre las bandas. Así Marín pudo rematar en tres oportunidades desde afuera del área, e Insúa logró finalizar una gran jugada colectiva con un potente zurdazo que le dio la victoria al Xeneize.
Otro problema que hace sufrir a la defensa, es la libertad que tienen los lanzadores rivales desde la mitad de la cancha para aprovechar las espaldas de los laterales con pelotazos. Tal es el caso de Lucas Bernardi con Newell´s, que en la Bombonera se cansó de buscar a Victor Figueroa a la espalda de Marín y esa fue el arma principal del conjunto rosarino. Ahí es importante el nombre de Ribair, con cualidades para el quite y la marca, pero con pocas capacidades para hacerse eje del juego en la mitad y salir con pelota dominada. Entonces Boca tiene poco la pelota en el medio y el bajo nivel de Ledesma se suele notar. Todo cambia cuando éste último pasa a ser volante central, ya que tiene otras características y obliga a Boca a salir jugando pelota al piso. Con la pelota en su favor, el rival tiene menos la posesión y en consecuencia, la defensa sufre menos los constantes golpes.
La mejor noticia para el Virrey, es la reaparición de Cristian Erbes, quien se vislumbra como el socio ideal de un indiscutido Fernando Gago. En el segundo tiempo contra Atlético Rafaela, Boca mejoró notablemente con el ingreso del Pichi como volante por derecha. Le dio otra dinámica al mediocampo y genero mucho más peligro que Ledesma por ese sector. Erbes tiene todo para convertirse en aquel Battaglia del multicampeón 05/06 y combinar sus cualidades para quitar y emprolijar, y así darle vuelo a Gago como volante central.
El ingreso del ex Valencia, Roma y Real Madrid, sin dudas solucionará, muchos inconvenientes de Boca, tantos defensivos como en la generación de juego. Gago te obliga a darle la pelota, y eso asegura tenencia y salida prolija desde el fondo. Además será el socio futbolístico perfecto para Juan Román Riquelme, y hará que el diez no se retrase tanto para buscar la pelota y pueda influir mucho más en la terminación de la jugada.
Precisamente Román, de gran pretemporada en el aspecto físico, se mostro en gran nivel en los primero tres partidos. Logró convertir en dos oportunidades, y corrió durante los 90 minutos sin sufrir demasiado el cansancio. Eso ayuda a Juan Manuel Martínez, que ya no se retrasa tanto para buscar la pelota, y puede desequilibrar con su velocidad en los últimos metros y así, de a poco, ir pareciéndose al jugador que supo brillar en Vélez Sarsfield.
Carlos Bianchi tendrá la obligación de ajustar las piezas sobre el correr del certamen, para no continuar sufriendo. Cuenta con un plantel con varios nombres importantes. Dependerá de él, hacer de esos nombres, un equipo campeón.
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