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Blanco y Negro VII: El “Santo” descenso del Ciclón

El fútbol argentino atraviesa una fecha que marcó un antes y un después para todos los hinchas de San Lorenzo. El descenso “Cuervo” cumple 30 años y si bien no es motivo de celebración, si lo es de orgullo para todos aquellos que tienen sangre azulgrana.

 

[caption id="attachment_28985" align="aligncenter" width="480" caption="San Lorenzo sale al Monumental: 74 mil personas lo recibieron. Histórico."][/caption] A medida que pasa el tiempo, aquellos años oscuros para San Lorenzo van tomando color. El escenario negro de un “Viejo Gasómetro” arrebatado y problemas económicos sin fin se potenciaba con el descenso de categoría. Sin embargo no hay hincha Santo que no sienta orgullo y emoción por lo realizado, tanto por su equipo como por su hinchada, en el Torneo de la segunda división de 1982.

La cancha de Ferrocarril Oeste era testigo del partido en el que El Ciclón, dirigido por Juan Carlos Lorenzo, enfrentaba a Argentinos Juniors y donde sólo necesitaba un empate para no bajar por primera vez en su historia a la “B”. Los hinchas colmaron las tribunas de madera convencidos que se trataba de un drama con final feliz.

La ilusión se desvaneció cuando Carlos Salinas, jugador del Bicho, le daba la victoria a los de La Paternal y condenaba a San Lorenzo al descenso. Miles de hinchas azulgranas veían como el club de sus amores, luego de 74 años de existencia, besaba la lona. Era la peor noticia. Pero detrás de tal acontecimiento se escondía una historia de orgullo, records  y amor incondicional.

El 7 de febrero de 1982 una caravana azulgrana vistió las calles desde Boedo hasta Caballito para ver el primer partido del Ciclón en la “B”. El escenario de la caída volvía a ser testigo. Con el “Toto” Lorenzo firme en el banco de suplentes, San Lorenzo  comenzaba su participación venciendo a Gimnasia de La Plata por 2 a 1. Esta victoria sería la primera de cinco consecutivas, las que depositarían a los de Boedo en la punta de principio a fin.

Llegada la sexta fecha del torneo y tras un arrollador arranque, San Lorenzo visitaba a Tigre en el Estadio Monumental. Fue 1 a 1 y cortó la racha de victorias “Cuervas”. Pero lo anecdótico de este encuentro fueron las 74 mil almas que recibieron y alentaron al equipo. Pagaron la entrada 70.948 personas, recaudando $1.834.570 (de la época) y colocando a la concurrencia en tercer lugar en la historia del Estadio, detrás de Argentina - Holanda (1978) y River - América de Cali (1996). Aquel 13 de marzo de 1982 se vio acrecentado una semana después, cuando en el mismo escenario, el superclásico entre River y Boca tuvo una concurrencia menor.

El amor incondicional de la hinchada fue un estandarte que acompaño al equipo durante todo el torneo. A tal punto que la recaudación de todo el certamen superó a la del campeón de primera división, Estudiantes de La Plata.

El estadio José Amalfintani viviría una jornada histórica el 6 de noviembre de 1982. Ya sin Lorenzo (se fue a dirigir a Vélez), los dirigidos por José Yudica vencieron a El Porvenir 1 – 0 con gol de Rubén Darío Insúa y se treparon nuevamente, y con 8 puntos de ventaja sobre el segundo, a la primera división. 57 mil almas disfrutaron de la vuelta en Liniers.

El equipo fue apoyado del mismo modo y quedó primero en la tabla de recaudaciones en el Metropolitano de 1983. Donde, de la mano de Héctor Veira, consiguió el segundo puesto, detrás del poderoso Independiente de Pastoriza, posterior campeón de América e Intercontinental.

Al mal tiempo, los fanáticos cuervos le supieron poner buena cara, y 30 años después el reconocimiento se ve reflejado en todo el ambiente del fútbol.

 

El fútbol argentino atraviesa una fecha que marcó un antes y un después para todos los hinchas de San Lorenzo. El descenso “Cuervo” cumple 30 años y si bien no es motivo de celebración, si lo es de orgullo para todos aquellos que tienen sangre azulgrana.

 

San Lorenzo sale al Monumental: 74 mil personas lo recibieron. Histórico.

A medida que pasa el tiempo, aquellos años oscuros para San Lorenzo van tomando color. El escenario negro de un “Viejo Gasómetro” arrebatado y problemas económicos sin fin se potenciaba con el descenso de categoría. Sin embargo no hay hincha Santo que no sienta orgullo y emoción por lo realizado, tanto por su equipo como por su hinchada, en el Torneo de la segunda división de 1982.

La cancha de Ferrocarril Oeste era testigo del partido en el que El Ciclón, dirigido por Juan Carlos Lorenzo, enfrentaba a Argentinos Juniors y donde sólo necesitaba un empate para no bajar por primera vez en su historia a la “B”. Los hinchas colmaron las tribunas de madera convencidos que se trataba de un drama con final feliz.

La ilusión se desvaneció cuando Carlos Salinas, jugador del Bicho, le daba la victoria a los de La Paternal y condenaba a San Lorenzo al descenso. Miles de hinchas azulgranas veían como el club de sus amores, luego de 74 años de existencia, besaba la lona. Era la peor noticia. Pero detrás de tal acontecimiento se escondía una historia de orgullo, records  y amor incondicional.

El 7 de febrero de 1982 una caravana azulgrana vistió las calles desde Boedo hasta Caballito para ver el primer partido del Ciclón en la “B”. El escenario de la caída volvía a ser testigo. Con el “Toto” Lorenzo firme en el banco de suplentes, San Lorenzo  comenzaba su participación venciendo a Gimnasia de La Plata por 2 a 1. Esta victoria sería la primera de cinco consecutivas, las que depositarían a los de Boedo en la punta de principio a fin.

Llegada la sexta fecha del torneo y tras un arrollador arranque, San Lorenzo visitaba a Tigre en el Estadio Monumental. Fue 1 a 1 y cortó la racha de victorias “Cuervas”. Pero lo anecdótico de este encuentro fueron las 74 mil almas que recibieron y alentaron al equipo. Pagaron la entrada 70.948 personas, recaudando $1.834.570 (de la época) y colocando a la concurrencia en tercer lugar en la historia del Estadio, detrás de Argentina – Holanda (1978) y River – América de Cali (1996). Aquel 13 de marzo de 1982 se vio acrecentado una semana después, cuando en el mismo escenario, el superclásico entre River y Boca tuvo una concurrencia menor.

El amor incondicional de la hinchada fue un estandarte que acompaño al equipo durante todo el torneo. A tal punto que la recaudación de todo el certamen superó a la del campeón de primera división, Estudiantes de La Plata.

El estadio José Amalfintani viviría una jornada histórica el 6 de noviembre de 1982. Ya sin Lorenzo (se fue a dirigir a Vélez), los dirigidos por José Yudica vencieron a El Porvenir 1 – 0 con gol de Rubén Darío Insúa y se treparon nuevamente, y con 8 puntos de ventaja sobre el segundo, a la primera división. 57 mil almas disfrutaron de la vuelta en Liniers.

El equipo fue apoyado del mismo modo y quedó primero en la tabla de recaudaciones en el Metropolitano de 1983. Donde, de la mano de Héctor Veira, consiguió el segundo puesto, detrás del poderoso Independiente de Pastoriza, posterior campeón de América e Intercontinental.

Al mal tiempo, los fanáticos cuervos le supieron poner buena cara, y 30 años después el reconocimiento se ve reflejado en todo el ambiente del fútbol.