Archivo

Belgrano y su feliz desembarco en Primera División

La tarde es fría en la capital de la República Argentina, más precisamente en el Barrio de Núñez, pero alrededor de 3000 personas festejan, solos, en la oscuridad de un estadio Monumental totalmente vacío. El viento gélido que atraviesa la tribuna Centenario, lleva en su andar un eco que repite: “Belgrano es de Primera”.

 

[caption id="attachment_25133" align="aligncenter" width="450" caption="Los 3000 piratas festejaron el ascenso"][/caption]

Los acordes de trompetas, clarinetes y bombos hacen delirar a estas personas con tonada única. El encuentro terminó hace más de 2 horas, cuando todavía el febo resplandecía en el cielo celeste. Ese cielo celeste, que como dijo una vez un hincha pirata, es la bandera de Belgrano que Dios no quiere soltar. La hinchada no para de festejar, los cánticos son de algarabía, de felicidad, de sentirse satisfechos de haber conseguido el objetivo. La felicidad también infunde respeto ante el rival abatido, para cargadas están los otros. Belgrano es solo felicidad propia.

Toda la aventura comenzó bien temprano, en la madrugada del Domingo 26 de Junio. Miles de almas piratas se embarcaban hacía la travesía más difícil de sus vidas. Entre cuarteto y Fernet con Coca recorrieron estos casi 700 Km. hasta la hostil Ciudad de Buenos Aires. Allí piedras y palos los recibieron. Ellos, como cuando un pirata surca los mares grises, atravesaron con la cabeza en alto las adversidades que se les anteponían.

El Monumental ya estaba a la vista, los piratas lo habían divisado. Iban por su conquista.

 

[caption id="attachment_25135" align="aligncenter" width="450" caption="El heroico Olave ya contuvo el tesoro más preciado, la pelota"][/caption]

La cita era a las 15hs, pero a las 13hs el cuarto de tribuna que se le había asignado, ya estaba abarrotada de almas celestes. Quedaban dos horas para atestiguar la felicidad, la hora más gloriosa de un club.

Para el pitazo inicial del partido, 50 mil personas parecían tenerlos entre ceja y ceja, con sed de revancha de lo acontecido tan solo 4 días atrás. Pero estos 3000 piratas, alentaban sin achicarse. Los 11 guerreros elegidos por su comandante Ruso ya estaban dispuestos a pelear.

El combate no empezó como esta previsto, gol anulado a favor y gol en contra de su propia valla. Todo dejaba de ser celeste, para volverse un gris oscuro. Pero si de oscuro vamos a hablar, un moreno levanto la mirada al cielo y vio que el cielo seguía siendo celeste. Ese moreno se calzó el primer traje de héroe de la tarde. Ribair Rodríguez es su nombre. Empezó a batallar, a raspar, a sacar el pecho ante la adversidad. Uno a uno fue contagiando a sus compañeros. La batalla ya era más pareja. A pesar de la diferencia numérica, las más de 3000 personas se hacían sentir ante las 50 mil.

El empate llegó, por un gran error de los rivales que estaban desorientados. Los piratas encontraban la brújula que los llevaba a descubrir el tesoro por el cual habían luchado durante meses. Pero las historias de estos piratas siempre tienen un gran héroe. Hace años fue un tal Luis “Chiche” Sosa, en otra aventura un desconocido Julio Mugnaini se calzó el traje. Este 27 de Junio de 2011, la historia le hizo un guiño a uno que fue castigado. Juan Carlos Olave, el primo del Potro, convirtió sus manos en gigantes garras que atenazaron el balón en el penal disparado por Mariano Pavone. La aventura ya encauzaba su final. Estos piratas una vez más se levantaban ante la adversidad para dialogar cara a cara con la felicidad.

 

[caption id="attachment_25137" align="aligncenter" width="450" caption="Los guerreros festejan en la cancha y sus seguidores en las gradas teñidas de celeste"][/caption]

Belgrano de Córdoba escribía la página más importante de su historia. Sin títulos en su haber tras 106 años de historia, sin logros resonantes en el mundo del fútbol nacional, hacía tambalear a uno de los dos equipos más grandes del fútbol argentino.

El libro dorado del balompié argento contará que 11 guerreros vestidos de celestes sumados a los más de 3000 que los apoyaban en un cuarto de tribuna popular, enmudecieron a más de 50 mil millonarios. La historia dirá que Belgrano de Córdoba derrumbó el imperio de la banda roja.

26 de Junio de 2011, el pirata zarpó en Primera División matando al gigante y haciendo mucho ruido. La historia ya esta escrita y se escribió con tinta celeste

 

La tarde es fría en la capital de la República Argentina, más precisamente en el Barrio de Núñez, pero alrededor de 3000 personas festejan, solos, en la oscuridad de un estadio Monumental totalmente vacío. El viento gélido que atraviesa la tribuna Centenario, lleva en su andar un eco que repite: “Belgrano es de Primera”.

 

Los 3000 piratas festejaron el ascenso

Los acordes de trompetas, clarinetes y bombos hacen delirar a estas personas con tonada única. El encuentro terminó hace más de 2 horas, cuando todavía el febo resplandecía en el cielo celeste. Ese cielo celeste, que como dijo una vez un hincha pirata, es la bandera de Belgrano que Dios no quiere soltar. La hinchada no para de festejar, los cánticos son de algarabía, de felicidad, de sentirse satisfechos de haber conseguido el objetivo. La felicidad también infunde respeto ante el rival abatido, para cargadas están los otros. Belgrano es solo felicidad propia.

Toda la aventura comenzó bien temprano, en la madrugada del Domingo 26 de Junio. Miles de almas piratas se embarcaban hacía la travesía más difícil de sus vidas. Entre cuarteto y Fernet con Coca recorrieron estos casi 700 Km. hasta la hostil Ciudad de Buenos Aires. Allí piedras y palos los recibieron. Ellos, como cuando un pirata surca los mares grises, atravesaron con la cabeza en alto las adversidades que se les anteponían.

El Monumental ya estaba a la vista, los piratas lo habían divisado. Iban por su conquista.

 

El heroico Olave ya contuvo el tesoro más preciado, la pelota

La cita era a las 15hs, pero a las 13hs el cuarto de tribuna que se le había asignado, ya estaba abarrotada de almas celestes. Quedaban dos horas para atestiguar la felicidad, la hora más gloriosa de un club.

Para el pitazo inicial del partido, 50 mil personas parecían tenerlos entre ceja y ceja, con sed de revancha de lo acontecido tan solo 4 días atrás. Pero estos 3000 piratas, alentaban sin achicarse. Los 11 guerreros elegidos por su comandante Ruso ya estaban dispuestos a pelear.

El combate no empezó como esta previsto, gol anulado a favor y gol en contra de su propia valla. Todo dejaba de ser celeste, para volverse un gris oscuro. Pero si de oscuro vamos a hablar, un moreno levanto la mirada al cielo y vio que el cielo seguía siendo celeste. Ese moreno se calzó el primer traje de héroe de la tarde. Ribair Rodríguez es su nombre. Empezó a batallar, a raspar, a sacar el pecho ante la adversidad. Uno a uno fue contagiando a sus compañeros. La batalla ya era más pareja. A pesar de la diferencia numérica, las más de 3000 personas se hacían sentir ante las 50 mil.

El empate llegó, por un gran error de los rivales que estaban desorientados. Los piratas encontraban la brújula que los llevaba a descubrir el tesoro por el cual habían luchado durante meses. Pero las historias de estos piratas siempre tienen un gran héroe. Hace años fue un tal Luis “Chiche” Sosa, en otra aventura un desconocido Julio Mugnaini se calzó el traje. Este 27 de Junio de 2011, la historia le hizo un guiño a uno que fue castigado. Juan Carlos Olave, el primo del Potro, convirtió sus manos en gigantes garras que atenazaron el balón en el penal disparado por Mariano Pavone. La aventura ya encauzaba su final. Estos piratas una vez más se levantaban ante la adversidad para dialogar cara a cara con la felicidad.

 

Los guerreros festejan en la cancha y sus seguidores en las gradas teñidas de celeste

Belgrano de Córdoba escribía la página más importante de su historia. Sin títulos en su haber tras 106 años de historia, sin logros resonantes en el mundo del fútbol nacional, hacía tambalear a uno de los dos equipos más grandes del fútbol argentino.

El libro dorado del balompié argento contará que 11 guerreros vestidos de celestes sumados a los más de 3000 que los apoyaban en un cuarto de tribuna popular, enmudecieron a más de 50 mil millonarios. La historia dirá que Belgrano de Córdoba derrumbó el imperio de la banda roja.

26 de Junio de 2011, el pirata zarpó en Primera División matando al gigante y haciendo mucho ruido. La historia ya esta escrita y se escribió con tinta celeste