“Argentina pasa caminando”, “Si perdemos se acaba el negocio”, “A nadie le conviene que nos quedemos afuera”, “Con los jugadores que tiene la selección le hacemos cuatro a Costa Rica”, “Esta todo digitado para meterle emoción”. Es sabido que en el último mes la lógica perdió por goleada contra el fútbol, y si bien todo indica que Argentina puede vencer cómodamente a Costa Rica, se necesita un cambio importante en el planteo y en el juego.
El renovado estadio “Mario Alberto Kempes” será testigo, desde las 21.45 horas, de un partido tan decisivo como impensado para la Albiceleste. Para esta cita, Batista mete cuatro cambios: Agüero por Lavezzi; Higuaín por Tévez; Di María por Cambiasso; y Gago por Banega.
Claro está que para esto el Checho deberá transformar el 4-3-3 del último miércoles en Santa Fé, a un 4-2-3-1. Pero más allá de la táctica, el problema de la selección pasa por otro lado.
Desde el equipo tibio y sin profundidad del debut contra Bolivia, hasta el necio, cegado, y desorientado que enfrento a Colombia, Argentina pedía a gritos un cambio. Y un día Batista se dio cuenta. Se enteró que para que Messi pueda marcar diferencia necesitaba la pelota, y no un “socio ideal” como Banega. Fue claro el cambio en la posesión de pelota una vez que Gago piso la cancha frente a “los cafeteros”. Y teniendo en cuenta que hoy el crack del Barcelona será marcado por un jugador amateur, es el momento ideal para darle su instrumento preferido.
Se avivó (como Rock ‘N Ball pedía en una nota anterior) de que la delantera no necesitaba ser un Stand Up, por lo que dejó de lado el unipersonal de grandes jugadores como Lavezzi y Tévez, que parecían sumergidos en la idea de querer hacer el mejor gol de sus vidas. El remate al arco de Higuaín y el intento de un centro rasante apenas ingresado, sumado a la movilidad y las diagonales mostradas por Agüero, resultaron más peligrosas que cualquier intento personal de las figuras del Nápoli y el Manchester City, respectivamente.
La defensa es la misma que recibió a Colombia, y si bien tuvo errores, estos no fueron producto de una mala defensa sino de errores en los pases y de compromisos con la pelota, producto del escaso ingenio de los volantes ¿Cuándo llegará el momento de Pastore? De más estaría hablar de Romero.
Argentina deberá superar a un equipo amateur para alcanzar la próxima fase y recuperar la confianza con la que goleó a Albania días antes de comenzar el camino copero.
Del otro lado estará Ricardo La Volpe, un “viejo lobo” y conocedor del papel de “piedra en el zapato” en cada función que tuvo que actuar frente a nuestra selección.
Todo indicaría que este escollo no será tan difícil como aquel que se definió con un épico zurdazo de Maxi Rodríguez en Alemania 2006. Pero a no confiarse, porque, en estos tiempos, el fútbol ha demostrado ser más que la lógica.
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