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A 65 años de pitos ingleses

Un día como hoy pero de 1948, la Asociación del Fútbol Argentino toma una decisión con respecto a los árbitros locales debido a que tenían ciertos cuestionamientos por algunos arbitrajes, es por eso que no podían dirigir por un buen tiempo. Ante esta situación, se opta por contratar jueces ingleses para que lleven adelante cada partido. En total serían 8 los que viajarían a nuestro país para arbitrar varios encuentros, ellos eran: Dean, Gibbs, Hartles, Provan, Gregory, White, Corx y Brown. Todos estos nombres figuran en el libro "Historia del Profesionalismo" y registra que nuestros árbitros fueron suspendidos por un buen tiempo. Durante 10 años, los ingleses manejaron el destino de cada club con un pito en la boca marcando algunas diferencias importantes con respecto a los argentinos. Por supuesto que también fueron discutidos y rechazados por el público local, por ejemplo Lanús que fue perjudicado peleando el descenso en algunos partidos disputas ante Huracán, Boca zafó en las últimas fechas pero sufrió bastante. Maddison, Mackena, Berry, Cross Crawford y Wilbraham se sumaron a los ocho primeros y colaboraron desde 1956 con todo el fútbol argentino. La idea era mejorar, superar ciertos errores que condenaban a varias instituciones, superarse día a día, por momentos se logró, pero definitivamente no funcionó. Iniciado este proceso con Oscar L. M. Nicolini como presidente de la AFA en ese momento y extendido hasta el mandato de Raúl H. Colombo. Una década paso para que todo volviera a la normalidad. Actualmente, como están los árbitros locales, seguramente muchos pensarían en repetir algo similar a lo ocurrido en 1948. Los pitos ingleses y la idea de marcar diferencias con los nuestros, todo con el fin de que el fútbol argentino no sea manchado en esa época.

Twitter: @javierbraum

 

Un día como hoy pero de 1948, la Asociación del Fútbol Argentino toma una decisión con respecto a los árbitros locales debido a que tenían ciertos cuestionamientos por algunos arbitrajes, es por eso que no podían dirigir por un buen tiempo. Ante esta situación, se opta por contratar jueces ingleses para que lleven adelante cada partido.

En total serían 8 los que viajarían a nuestro país para arbitrar varios encuentros, ellos eran: Dean, Gibbs, Hartles, Provan, Gregory, White, Corx y Brown. Todos estos nombres figuran en el libro “Historia del Profesionalismo” y registra que nuestros árbitros fueron suspendidos por un buen tiempo.

Durante 10 años, los ingleses manejaron el destino de cada club con un pito en la boca marcando algunas diferencias importantes con respecto a los argentinos. Por supuesto que también fueron discutidos y rechazados por el público local, por ejemplo Lanús que fue perjudicado peleando el descenso en algunos partidos disputas ante Huracán, Boca zafó en las últimas fechas pero sufrió bastante.

Maddison, Mackena, Berry, Cross Crawford y Wilbraham se sumaron a los ocho primeros y colaboraron desde 1956 con todo el fútbol argentino. La idea era mejorar, superar ciertos errores que condenaban a varias instituciones, superarse día a día, por momentos se logró, pero definitivamente no funcionó.

Iniciado este proceso con Oscar L. M. Nicolini como presidente de la AFA en ese momento y extendido hasta el mandato de Raúl H. Colombo. Una década paso para que todo volviera a la normalidad. Actualmente, como están los árbitros locales, seguramente muchos pensarían en repetir algo similar a lo ocurrido en 1948. Los pitos ingleses y la idea de marcar diferencias con los nuestros, todo con el fin de que el fútbol argentino no sea manchado en esa época.

Twitter: @javierbraum