Pelé, Di Stefano, Maradona, Riquelme, Messi. Apellidos que surgieron a lo largo de una enriquecedora charla con Roberto Marcos Saporiti. Un futbolero, de 77 años, quien fue campeón del mundo en 1978, y hoy en día continúa intensamente vinculado a la pelota, siendo el DT de la UAI Urquiza (B Metro). Siempre con respeto, Sapo brindó sus conceptos, su experiencia.
Rock ‘N Ball: ¿Qué es el fútbol para usted?
Roberto Saporiti: “A mi criterio, con la pelota, es más precisión que velocidad. Luego sí, con espacio por delante, es velocidad, explosión”.
RNB: ¿Cuál es el primer recuerdo que tiene con una pelota?
RS: “Jugábamos en calles empedradas, todas desniveladas, con el árbol y la pared como arcos, y la pelota pulpito que picaba y se iba al cielo porque era de goma. Pero nunca tuve la ambición de ser profesional. Yo era fuerte, disciplinado pero un tronco remachado. El futbolista era mi hermano, quien me llevaba a jugar torneos a Villa Lugano. Yo iba al secundario a la noche, y de día trabajaba en una fábrica de calzados. Un día, un compañero me llevó a Independiente a probarme y quedé en Sexta. Al año, Adolfo Pedernera me hizo debutar en Primera. Tuve mucha suerte y perseverancia”.
Como futbolista, Saporiti pasó por 10 equipos del continente americano. Asimismo, jugó en Bélgica, Francia y Portugal. Mientras vivió allí, hizo el curso de entrenador y fue a los entrenamientos de los míticos Ajax de Johan Cruyff y Bayern Múnich de Franz Beckenbauer. Luego aplicó lo que aprendió siendo ayudante de César Menotti en la Argentina de 1978, y posteriormente DT en Talleres, Argentinos Juniors y tantos equipos.
RNB: ¿Qué conceptos del juego vio en Europa? ¿Pudieron aplicarlos en la Selección campeona?
RS: “A mayor rigor físico, se precisa más técnica y trabajar más en espacios reducidos. Trasladar ese juego al ancho y largo del campo para abrir al rival, pero al hacerlo que el equipo no se alargue, que sea corto entre líneas. El fútbol fue para esa corriente. Esto que ahora todo el mundo sabe, no se conocía en Argentina, cuando asumimos allá por 1974. Eso intentamos hacer y, con César, fuimos campeones del mundo con apenas 36 años”.
Fue uno de los hitos de su carrera futbolística, y del cual Saporiti afirma no haber cobrado un peso: “Nunca tuve contrato con AFA. Lo mío fue una amistad con Menotti. Me pagaban los clubes donde era DT: Talleres, Central o Loma Negra”. Ese vínculo, rodeado con gente de experiencia como el sabio captador de talentos, Ernesto Duchini, fue coronado con el Mundial.
RNB: Trabajó con Menotti y es su amigo, pero fue compañero de Bilardo en Deportivo Español. ¿Todavía existe la disputa entre ellos, que luego se trasladó a la sociedad?
RS: “Es una lucha política de muchos años atrás. La única vez que se juntaron Bilardo y Menotti fue en mi casa. Fue un debate interesante, hasta altas horas de la madrugada. Nuestras mujeres se dormían en la cocina”.
RNB: ¿Hay solo diferencias, o también similitudes, entre estas dos escuelas ganadoras?
RS: “Cuando me dicen Menotti o Bilardo, pienso en ideas. Menotti quería más posesión, movilidad, presionar y buscar el juego, a partir del orden. Es como en la vida: libertad sin orden es una anarquía total. Para ello, se necesitan muchos ensayos, no es casualidad. En cambio, Bilardo hablaba de marca personal, 80% del trabajo era pelota parada, pero su equipo campeón del ’86 hizo casi todos sus goles con pelota en movimiento y recibió muchos de pelota parada. Yendo atrás, los equipos de Zubeldía estaban basado en la técnica: Poletti, Manera, Madero, Bocha Flores, Verón y demás. El Estudiantes de Manera, el Ferro de Griguol también estaban basados en la técnica. Parecieran estar en las antípodas, pero estuvieron más cerca de nosotros de lo que pensaban, después el periodismo nos separó”.
RNB: ¿Está de acuerdo con la filosofía de que el segundo es el primero de los perdedores?
RS: “A través de los éxitos de Bilardo, siendo campeón y subcampeón del mundo, él y un grupo de periodistas lo crearon. Ese mensaje ha sido muy malo, sobre todo para la juventud. Un chico tiene 8,50 de nota en el colegio, un compañero sacó 9 y cree que es un fracaso. Repite lo que escucha, este mensaje nefasto de que el segundo no sirve. No tenga nada personal contra el Narigón. Cuando quiera debatimos ideas, mientras seguiré analizando y criticando”.
RNB: Simeone también lo dijo, tras perder la final de la Champions 2015/2016 en Milán…
RS: “Ahora se agregó, diciendo que es un fracaso haber perdido dos finales de Champions. El Cholo está cayendo en una trampa: lleva cinco años de un éxito extraordinario, porque condujo al Atlético Madrid del descenso a la elite, compitiendo con Barcelona y Real Madrid, y perdiendo dos finales por un aliento”.
El fútbol ha cambiado. La tecnología, la globalización, la posmodernidad y demás cuestiones lo han atravesado. Saporiti vivió en carne propia las transformaciones: desde el renacimiento deportivo de Alemania como potencia en todo sentido posible, el crecimiento de los barras a los que “el monstruo de mil cabezas”, y hasta la desaparición de los potreros en Argentina. A su vez,
RNB: Barcelona ha sido el último equipo en romper los paradigmas. ¿Puede replicarse en otras partes?
RS: “No cualquiera juega como el Barcelona de Guardiola, y menos en Argentina. Los campos son diferentes, se puede entrenar pero necesitas intérpretes correctos. Hay que hacer muchos trabajos con pelota: recibo, entrego, a un toque; y me muevo hacia atrás o adelante para darle opciones al compañero. La técnica es la principal virtud, todo lo demás se adquiere, pero acá no tenemos la paciencia. Vivimos apresuradamente como sociedad, y los jugadores, el técnico, todos somos parte de esa sociedad”.
RNB: ¿Por qué Argentina no pudo ser campeón en las últimas finales?
RS: “Hicieron buenos torneos. Con Alemania, fue una gran final. Y las otras fueron derrotas por penales. Evidentemente, hay una carga psicológica, Messi y Mascherano son seres humanos”.
RNB: A Bauza lo tuvo en Rosario Central y Junior de Colombia en la década del ’80. Ahora le toca dirigir la Selección. ¿Qué le parece?
RS: “Tenemos que apoyarlo. Se verá el ADN de Bauza, se lo va a descubrir cuando tenga el material. La lista es casi la misma que venía siendo y es adecuado. El Patón dijo la palabra ‘equilibrio’ y se ha hecho un símbolo de eso. Estoy convencido que va a trabajar 30% en el equilibrio y el desorden en la pérdida de pelota, y el 70% en variaciones de ataques, abrir el ancho del campo”.
RNB: ¿Qué cosas debiesen cambiar en el fútbol y el deporte para tener cierta normalidad?
RS: “Ya no va más el dirigente de café de antes. Hoy tiene que haber ideas renovadoras, la cabeza abierta al mundo, un CEO profesional, pago, que desarrolle las ideas y los presidentes lo controlen. También, propuse hace tiempo pasar de Secretaría a Ministerio de Deporte, que tenga entidad propia, no dependa de otros y haya más deporte con presupuesto propio”.
Roberto Saporiti se levanta a las 7 de la mañana para ir al entrenamiento del viejo Ferrocarril Urquiza, hoy fusionado con la Universidad Abierta Interamericana, y no regresa hasta las 15. Le hace bien, ese “ida y vuelta” con sus jugadores lo mantiene activo, y trabaja junto a un cuerpo técnico con gente de todas las edades. A los 77 años, siendo abuelo, el fútbol lo sigue motivando: “Consumo fútbol permanentemente, hasta Divisiones Inferiores. Voy a las canchas, sino veo desde casa o grabo. Lo vivo con la misma pasión que cuando empecé. Si pudiera elegir, quisiera que la muerte me llegue trabajando, en la cancha. El fútbol es una manera de vivir”.
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