Voces

Cristóbal Briceño: “Este es el momento ideal para proyectar”

El músico chileno lanzó disco debut con Los Castigos, su grupo made in Argentina. Charla con un tipo lleno de confianza y esperanza por sobre todo.

Cristóbal Briceño
Cristóbal Briceño

Con un largo historial de grupos formados, kilómetros recorridos y escenarios pisados, asoma desde el otro lado de la cordillera un muchacho de barba, siempre con guitarra en mano y algo interesante para decir. Cristóbal Briceño se jacta de haber realizado un buen trabajo con Polvareda, su más reciente lanzamiento junto a su nueva formación oriunda de Santa Fé, más precisamente de la ciudad de Messi y Fontanarrosa. Pero no es solo música lo que tiene fresco en la retina: es un tipo nostálgico, detallista y buen contador de historias. Admite que la cuarentena es una excelente oportunidad para sacar lo mejor de uno: positivo al palo.

Rock And Ball: Rosario siempre estuvo cerca para vos. ¿Qué recordás de tu debut como solista?

Cristobal Briceño: Para ser franco, solo recuerdo una chica. Sé que fue en uno de los encuentros del Otro Río, en un galpón junto al río, y que la tocata estuvo bastante bien. El sonido era óptimo y yo andaba bastante deprimido como para sublimarlo en buena melancolía, pero no tanto como para auto boicotearme. Aunque insisto: lo que más recuerdo de esa noche fue una caminata junto al Paraná con una chica y un paseo en bicicleta la mañana siguiente, guiado por ella.

RNB: Si tuvieras que definir un concepto que distingue a Los Castigos con respecto a tus demás proyectos. ¿Cuál sería?

CB: Un concepto, qué difícil. Quizás la buena facha. No sé, yo trato de dejar el mayor espacio posible para que los integrantes de cada una de las bandas que formo parte las impregnen de su propio olor. Pero sé que soy bien pasoso, como decimos acá, quiero decir, sé que mi presencia se nota quizás demasiado, y quizás haga que las bandas se parezcan entre sí. Me cuesta percibirlo, porque estoy adentro, pero sé que el oyente sutil escuchará el espíritu distintivo de cada agrupación. Aunque la verdad, la diferenciación forzosa me tiene sin cuidado. Por un lado, no me puedo deshacer de mi voz, que es el hilo conductor de todos mis trabajos. Y sé que no es una voz livianita que pase desapercibida, qué le voy a hacer, es la que me tocó. Por otro lado, si sigo formando bandas es porque necesito equipos de trabajo para levantar canciones, si tuviera solo uno, lo reviento en dos meses. Y tengo que reconocer que disfruto ver que mi trabajo se vuelve selvático y confuso. No tengo ningún interés en dejar un cuerpo de trabajo prolijo, señalizado y de fácil acceso. Por último, me encanta conocer otras personas, jugar con ellas y compartir música, y no quiero renunciar a ese placer que me llena de vida.

RNB: En el disco Polvareda flota la idea de liberación, en tiempos de pandemia y cuarentena. ¿Cómo se puede sobrellevar esa dualidad?

CB: Bueno, es justamente en la opresión cuando más sentido tiene el canto de libertad. Si fuera libre, no cantaría sobre ello. Así que creo que es un mensaje bienvenido en este contexto.

RNB: ¿”Un día Menos” sería una forma de tener a la muerte como consejera?

CB: No lo había pensado así, puede ser. La frase salió hace ya varios años en Ciudad de México, cuando fuimos a comer Ases Falsos y Diosque, con quién compartíamos escenario más tarde esa misma noche. Estar en México siempre lo pone a uno de buen humor, hasta brindis hubo, Simón Sánchez bajista de Ases Falsos levantó su copa y dijo “un día más”, a lo que Diosque retrucó “un día menos”. Reímos y bueno, me quedó en la cabeza.

RNB: ¿Quién estuvo a cargo del diseño de tapa?

CB: Germán Bertino, que tocó los teclados e hizo coros en el disco. Trabajó sobre una imagen que le sugerí, y que me ha perseguido 15 años, de unos indios perseguidos por un espíritu maligno. Creo que quedó muy bonito, y hasta desarrolló todo un arte para el interior del disco. Espero que más temprano que tarde se imprima.

RNB: Dentro de la incertidumbre actual, ¿cómo se hace para mantener la compostura como artista y poder proyectar?

CB: Siguiendo la línea de una pregunta anterior, creo que este es uno de los pocos momentos en que verdaderamente he sentido que los artistas, o entretenedores como quisiera considerarme, somos necesarios. Es el momento ideal para, como tú dices, proyectar. Estamos atrapados en la cueva, afuera hay temporal, ¡alguien tiene que contar una historia!.