Mariana Esposito, o Lali para todo el mundo, es una artista que se hizo desde abajo y nada le vino ‘de arriba’ cómo bien pregona en “Laligera”, canción en la que se presenta y advierte que “todo lo mío es desde cero”.
Por eso es que es tan valorado su presente, y todo lo que vendrá de la mano de esta nueva era del “Disciplina Tour” que la catapultó a lo más alto del Pop Latinoamericano. Lali es equipo, ella está detrás de todo lo que sucede en su show, y eso se nota en cada minuto de las más de 2 horas sobre el escenario. Acompañada por bailarines de altísimo nivel brinda una experiencia de esas que vale la pena vivir.
Estar en uno de sus conciertos es ser testigo de una energía arrolladora que brota desde el público hacia el escenario, y que es devuelta con creces por quienes dejan el alma para darle al público lo mejor de sí.
No es casual que la actualidad la encuentre en lo más alto, y que de la mano de sus nuevas canciones, haya explotado mucho más su veta musical, logrando que, por ejemplo, en el Movistar Arena del pasado 27 de Agosto estuvieran colegas tan diversos como Wos, Mateo Sujatovich de Conociendo Rusia, Lula Bertoldi, Soledad y Cazzu (quién participó junto a la protagonista de “Ladrón”, single que comparten de su último disco Libra).
Lali es respetada, querida, y valorada. Esa última condición es quizás la que le faltaba alcanzar por fuera de su fiel base de seguidores, a la oriunda de Parque Patricios. Y en este 2022 logró mutar su target de público, de nenas a jóvenes arriba de los 20 años, y lo que realmente cambió masividad, la llegada hacia el público LGBT.
Es que Lali Espósito se puso al hombro la causa de una manera que muy pocas personalidades lo han hecho. Alzó su voz sin titubear para reivindicar la libertad y el amor en todas sus formas, y sus canciones de esta nueva era son fiel reflejo de esto, temas y videos como N5 y 2 son 3 llegaron para decir que no importa la manera, lo importante es expresar lo que se siente, sin poner etiquetas, y saliendo de la “norma”.
Luego de una pandemia de introspección, como ella contó en algunas oportunidades, tomó el mando de su música para producir el sonido que realmente la representa. El Triunvirato del Pop formado por Lali, Galán y Mauro De Tomasso es gran artífice de esta evolución. Esta sociedad musical se formó para llevar al pop local al nivel de lo que siempre consumimos “de los de afuera”.
Debido a esto, tanto musicalmente cómo en estética, la artista local dio un giro de 180° respecto a lo que habían sido Brava y Libra, sus previos lanzamientos, que contaban con sonidos más urbanos, más mainstream, pero que a ella no la interpelaban. Y si Lali no se siente ella misma en lo que lleva acabo, no está cómoda, y ese es su principal objetivo: ser fiel a como vive y piensa en cada aspecto de su trabajo.
Lali respira y es Pop. Ella se mueve por ese deseo de hacer la música que siempre le gustó y, que hasta su aparición como solista en el 2014, en el país no existía. Por eso todo su equipo de años, entre los cuales hay familiares, algo que no sorprende, valora lo humano antes que cualquier talento. Desde ese lugar es que Mariana encara todo, y eso es lo que genera tanta empatía y cariño en quienes la siguen, y en quienes solo la conocen por la tele, también.
Lali es querible, y también se pone frente a las causas de quienes necesitan un referente masivo para alzar la voz, y poder así mantener una lucha con algo más de equidad ante las opresiones a las que se ven sometidxs a diario.
Este año, la era Disciplina y Chape Tour, logró que la actriz y cantautora esté en boca de todos a diario. Tanto de sus seguidores, como de quienes aprovechan su popularidad para generar debates en torno a lo que sucede en cada uno de sus shows.
De todas formas, si algo no pierde ella es lo terrenal, tiene en claro que lo que realmente importa es lo que opinen quienes la conocen y disfrutan genuinamente lo que ella genera artísticamente. Haberse puesto la camiseta del colectivo LGBT probablemente le cause rechazo en alguna porción de la sociedad, pero para Lali eso no es importante.
Porque como ya expusimos, Mariana Lali Espósito es guiada únicamente por aquello que la apasiona, y defiende todo eso que siente que vale la pena. Ya sea la libertad de darse besos en el escenario con su equipo de bailarines o invitados, ser bandera del LGBT o producir la música que ella ama y dejar todo en pos de hacerlo de la mejor manera. Porque si algo no es es tibia, y a medias no hace nada.
En esa potencia radica este presente que la tiene como una artista que agota cada show que pone a la venta, (ya agotó un Movistar Arena y también colgó el cartel de “Sold Out” a los shows del próximos 3 y 4 de Diciembre, que realizara en el mismo lugar), y también logra Discos de Oro y reconocimiento a lo largo y ancho del mundo con sus canciones más honestas, que creó sin oír que lo que se escucha hoy en día es lo urbano o latino. Estén atentos, porque la era de Lali llegó, y el pop, está completamente a sus pies.
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