Contra todos los prejuicios, tontos o no, Valeria Lynch decidió a esta altura de su carrera sacarse una vieja espina: hacer un disco de rock. La cantante se dio un gran gusto que postergó, según ella misma le contó al Diario Clarín, desde fines de los años sesenta, cuando comenzó en la música, debido a que “era marginal y estaba casi prohibido”.
La presentación oficial de “Extraña Dama Del Rock”, así se llamó finalmente el disco, fue en el Teatro Gran Rex con dos funciones. En la lista no faltó ninguno de los clásicos del rock nacional que conforman la placa como “Seminare”, “En La Ciudad De La Furia”, “Par Mil”, “Fue Amor”, “Seguir Viviendo Sin Tu Amor”, “Himno De Mi Corazón”.
La artista dividió el show en dos partes: primero interpretó las canciones que habitualmente forman parte de su repertorio y luego, procedió a llamar a algunos invitados al escenario. A la hora de reversionar en vivo “En La Ciudad De La Furia”, de Soda Stereo, Valeria Lynch invitó a Claudio Marciello y Mariano Martínez. Ambos músicos aportaron lo suyo y El Tano se lució con el sólo final. Junto al cantante y guitarrista de Attaque 77, grabó en estudio “Arrancacorazones”. En tanto que con el ex Almafuerte grabaron el track que Soda incluyó “Doble Vida”, su cuarto disco, editado en 1988.
“Vos sos la mejor cantante de rock, pero yo no lo puedo decir porque los rockeros me matan” le repetía Pappo a menudo. Por suerte ahora sería distinto, tal vez Norberto Aníbal ya no debería decirle esa frase sotto vocce porque los tiempos cambiaron… para bien. “Los artistas mismos a veces tenemos esos prejuicios de que no se puede cambiar de estilo, pero no es así. Si uno está capacitado puede encarar varios estilos y géneros. No todo el mundo puede hacer bien todo, pero yo me siento capacitada, abrí la cabeza, me dejé aconsejar y me lancé a esta aventura”, relata Lynch en esa misma entrevista sobre el disco que contó con la producción del reconocido Álvaro Villagra.
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