Una vez que se dio a conocer el fallecimiento de Chris Cornell, los homenajes de sus colegas y amigos no tardaron en aparecer en las redes sociales. A medida que la noticia fue llegando a todos los rincones del mundo, varios artistas que se encontraban en medio de sus giras decidieron homenajear al cantante de Soundgarden durante sus recitales realizando un cover de, tal vez, su canción más reconocida a nivel mundial.
Black Hole Sun fue el tercer single de Superunknown, cuarto disco de Soundgarden que fue editado en el año 1994, y llegó a estar durante siete semanas consecutivas en la cima del Mainstream Rock Tracks de Billboard. Chris Cornell escribió la lírica y la música de la canción, con el pensamiento de que la banda tal vez no iba a aprobarla, siendo esto una paradoja total ya que finalmente terminaría siendo la más grande canción – en el sentido comercial, claro está- que los oriundos de Seattle tuvieron durante su carrera.
La melodía de “Black Hole Sun” es tan pegadiza e intensa como su letra, con el punteo suave y la batería como el mejor de los apoyos para la voz de Cornell, que poco a poco comienza a elevarse del suelo y genera una atmósfera extraña e incómoda. Desesperanzada, oscura, pero con una puerta entornada por donde ingresa un halo de luz, es una canción ideal para entenderlo como músico y como individuo, así como también una manera muy adecuada para llorar su muerte.
Norah Jones eligió reversionar la canción durante su recital de la semana pasada en el Fox Theatre de Detroit, precisamente el lugar donde Cornell realizó su última presentación antes de quitarse la vida. La solista se lució por completo, entregándole a los espectadores una hermosa versión en el piano, casi susurrada, que eriza la piel cada vez que se la escucha y que desató varias ovaciones durante sus siete minutos de duración.
Metallica en cambio prefirió otro camino: durante el tradicional solo de bajo con pedal que realiza Robert Trujillo en el medio de cada recital se pudieron escuchar los acordes de la legendaria canción de Soundgarden. El homenaje en este caso fue doble, ya que la banda aprovechó el momento para también recordar a Cliff Burton, cerrando un momento interesante que se alejó del esquema clásico elegido por casi todos sus colegas.
Los Guns N’ Roses fueron derecho por la ruta esperada, con una magistral introducción en el piano por parte de Dizzy Reed y una interpretación sensacional por parte de Axl Rose que demostró que no hay ningún problema con su voz. Manejando toda la paleta de tonos, surcando las olas acompañado por el punteo de Slash y la línea de bajo precisa de Duff McKagan, los salvajes de Los Ángeles dejaron sentado su respeto y admiración hacia Chris Cornell y de paso mostraron que lejos están de finalizar la aventura en la que se embarcaron una vez más hace apenas un año atrás.
Incubus cerró el círculo con un cover apegado a la versión original, idéntico desde lo instrumental y con Brandon Boyd intentando imprimirle su estilo desde las vocales mientras las imágenes de un joven Cornell pasaban por la pantalla gigante situada detrás de la banda.
Algunos días antes, Megadeth y Stone Sour – proyecto paralelo a Slipknot de Corey Taylor– habían sido los primeros en rendirle tributo, pero la elección en este caso fue por el lado de la faceta más heavy metal de Soundgarden, ejecutando excelentes versiones de Outshined, canción emblema del álbum Badmotorfinger (1991). El denominador común que tuvieron estas dos interpretaciones fue la emoción y la genuina tristeza – imposible de disimular y contener- que exhibieron Dave Mustaine y Corey Taylor, quienes además de admirar al homenajeado eran grandes amigos suyos.
Como se viene diciendo desde el día de su trágica muerte, de Chris Cornell quedarán las canciones, su ilimitado talento y el peso específico que tuvo en la historia de la música moderna para delinear un género que supo conquistar el mundo en muy poco tiempo y que lo consagró como una de las más grandes voces del rock and roll.
Por Rodrigo López Vázquez
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