Discazo. Gran disco. Buen disco. Aceptable disco. Todos los fanáticos de Pearl Jam le encontraran sitio dentro de la ya vasta discografía de la banda, pero lo cierto es que este “Lightning Bolt” que se reveló íntegro al mundo unos 7 días antes de salir de manera “oficial” ya logró algo: Superar a “Backspacer”. Sin duda, eh. Hay más laburo, más búsqueda, más variedad y parece ser un disco elaborado a consciencia donde Pearl Jam, fiel a su estilo, hizo lo que quiso, pero todo dentro de un marco de referencia. Quizás lo que más ruido hace es la versión de “Sleeping By Myself”, tema presente en “Ukelele Songs” y reversionado para este disco, pareciéndose más a un “jingle publicitario” que se vale del country para amigarse con los oídos. Pero ese recién es el tema “10” de un disco que contiene 12.
“Getaway”
Un tema de los que ya conocíamos que viene a confirmar que para este disco Pearl Jam realmente no se anduvo con chiquitas. (lo podés escuchar en la sección ‘audio’ de nuestro reproductor multimedia). Es un tema que no toma muchos riesgos, digamos, Pearl Jam se mueve sobre piso firme, con un Eddie poniendo la voz donde va, un duo bata-bajo que no deja fisuras y las violas adornando un tema cuyo fuerte, quizás, esté en que no hay nada que se destaque por sobre el resto. Son 3:27 de fuerza y energía. Un primer polvo en el disco.
“Mind Your Manners”
El tema que más “vuela la peluca” del disco. El rock-punkito con el que PJ decidió empezar a dar a conocer “LB” no defrauda. Es el tema que más ganas de “romper todo” genera cuando uno lo escucha. Su duración, claro, es la justa y necesaria: 2.39 para advertirle al mundo que es hora de “cuidar los modales”. Ni más ni menos. Aquí, el laburo de la bata y el bajo es muy bueno, allí se apoya la rabia que lanzan Eddie, Mike y Stone en menos de 180 segundos, con un solo que derrite mentes. Uno se imagina lo que puede llegar a ser ese tema en Buenos Aires…y le da por empezar a saltar solo.
“My Father’s Son”
Es el primer tema que no se conocía hasta ahora, y es la primera grata sorpresa del disco. Es un tema que casi que entra a la primera y se instala. Y nos viene avisar dos cosas: Pearl Jam va muy en serio con este disco. Quienes los acusaron de “vagos” por “Backspacer” deberán tragarse sus palabras. Se tomaron su tiempo, pero “LB” amenaza con reconquistar a todos los fanáticos de PJ. El inicio es sobre una base de bajo de Jeff que se mete en el cerebro, mientras Ed canta sobre la bata de Matt y van apareciendo, de a poco, los arreglos de las violas. Un tema con mucho espíritu jammer.
“Sirens”
Viene a confirmar que este disco nos dejará un himno ad eternum y es, precisamente, este tema. Con la sensibilidad de un “Black“, la calidez musical de un “Come Back” y la voz de un Vedder que canta sincero, dolido por momentos, desesperado por otros, porque sabe que eso “no dudará por siempre” y la sensación de que a Ed la muerte no le gusta ni un poquito. Musicalmente,el tema confirma que PJ es una banda que, cuando hace música la descose, pero cuando hace baladas es la mejor del mundo. Sin dudas. En ese disco, hay un par, pero ninguna como Sirens. Tema que amenaza no cansar a nadie jamás y que hace relamer al público sudamericano, para quien parece haber sido agregado ese corito del final. Como si fuera poco, cuenta con una ‘irrupción’ de Mike que le da un “condimento” que termina de redondear el tema. El segundo corte de LB.
“Lightning Bolt“
Es quizás el primer tema donde las violas toman el protagonismo, marcando mientras la bata va preparando el estallido. Bombo, redo, algún plato, violas que marcan, adornan y el estalle, con un típico riff jammer. “She’s a Lightning Bolt”, canta Eddie en una línea pegadiza que viene inmediatamente antes de otro solo bien colocado, no muy pretencioso, justo y necesario. El matiz hace bajar a un tema que volverá a reventar en el estribo. Disfrutable, con una partecita, con eddie cantando sobre las violas y unas muy tenúe bata que uno imagina que desatará una lluvia de palmas, sobre todo por estas latitudes y un coro que termina con la aparición de Boom Gaspar y un arreglo de teclas que hace “surfear” al tema hasta que se va en fade.
“Infallible“
Un tema que cuando arranca, parece haber sido sacado de aquel Slim Shady que era “Eminem“, pero después se va acomodando hasta lucir como Pearl Jam y termina de convertirse en un temazo cuando llega al estribillo, que si esto fuera fútbol, sería un cambio de frente perfecto de lado a lado, porque cambia toda la onda inicial del tema, a la que se vuelve apenas termina el estribo. Lo más destacable es el solo que se manda Stone Gossard, impecable.
“Pendullum”
Arranca como eso, un péndulo, entre la voz de Eddie y un tecla que le sirve de base. Después, empieza el bombo de Matt hasta que, de a poco, el bajo de Jeff también dice presente, en un tema que parece un “trance“. Es más, cuando Mike aseguró que PJ iba a fijarse en “Pink Floyd” para este disco, sin dudas se estaban refiriendo a este tema, el más “experimental” por lejos. El tema en que quizás, Pearl Jam tomó más riesgos en todo el disco. Una onda entre oriental y psicodélica se apodera del tema desde que empieza hasta que termina. Parece difícil para un vivo.
“Swallowed Whole”
Después de la parte más “experimental” del disco, PJ vuelve a tierras seguras. Un tema que hace ver a todos los miembros de la banda, casi sin distinción. Un buen tándem bata-bajo, un gran sólo para coronar el tema, un Eddie que no le cuesta cantar este tema y que suene lindo. En definitiva, un tema bien de Pearl Jam. Indudable que uno lo escuché y dude de que banda se trata.
“Let’s the records play”
Bueno, si Elvis hubiese cantado en Pearl Jam, este sería el tema. Mucho aroma a “Rock in The Jail” 50’s, 60’s, en un track que dura 3:47 de liso y llano rockanroll. Sí alguna vez Pearl Jam iba a tocar RNR, este fue el momento. Un tema sumamente bailable y alegre. Un tema para poner en la rocola y bailar, con las chicas pin up y los chicos con camperas de cuero, mientras alguno reparte milkshakes. Claro que como esto es PJ, el solo de viola siempre dice presente.
“Sleeping By Myself”
Lo escuchas y decís, “¿En qué momento empieza la propaganda?” e imaginas a Eddie manejando un Renault deportivo por entre las rutas de Estados Unidos. Se le agregó toda la banda, una onda más country, algunos arreglos y demás a la versión ya conocida que Vedder grabó para “Ukelele Songs”. Un tema que está llamado a aparecer en los shows, como lo hacen “Last Kiss”. No más. Mejor que la versión solista, al menos a mi gusto. Pero un tema que, tal vez, en este disco poco tenía que ver.
“Yellow Moon”
El anteúltimo tema ya va bajando los decibles del disco. También se engloba dentro de los cánones de una “baladita”, pero no llega a ser “Sirens”, ni “Future Days”. Pero si es un tema para cerrar los ojos y dejarse llevar. Gran solo luego de la primera estrofa y el estribo, todo sazonado por una base de bajo sólida, compañera y la aparición de un Boom Gaspar que también sabe lo que tiene que hacer para generar la atmósfera de tema que la voz de Ed y la letra piden a gritos.
“Future Days”
A diferencia del demo, esta versión final de disco, suma muchos arreglos. Y melancolía. No podía ser de otra manera con ese piano sensible que Boom utiliza como intro a un tema que vale la voz de Vedder y la viola acústica que lo acompaña. Otra balada, la segunda pura del disco. El tema donde más se ve porque PJ necesita de Boom, aún cuando parezca que la banda puede seguir adelante sin él. El 80% del clima del tema le recae a Boom. El 20% quizás sean los violines que, acompasados, “bailan” con el resto de la melodía. Bello tema para cerrar un bello disco.
Conclusión:
A lo largo de 12 temas, Pearl Jam te hace sentir en una especie de “fiesta”. Uno empieza al palo, bailando, tomando, celebrando (“Getaway”, “Mind Your Manners”, “My Father’s Son”), luego llegan los Lentos (“Sirens”) y en el medio de la fiesta uno nunca sabe a donde irá a parar y comienza a ver qué onda (“Lightning Bolt”, “Infallible”, “Pendullum”), para luego retomar la onda festiva, ya más cansado -y borracho-, tanto que hasta se puede bailar un poco (“Swallowed Whole”, “Let’s The Records Play”) y después, inevitablemente, ya sobre fin de fiesta, a uno le pinta el sueño (“Sleeping by myself”), la mente y el bajón a veces ganan terreno y si uno tomó bastante, varias veces pinta la melancolía (“Yellow Moon”, “Future Days”). Lo bueno, en definitiva, es que Pearl Jam siga con ganas de hacer fiestas. Y que uno, siempre, se va con la sensación de haberla pasado bien, ¿no?
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