Anteriormente se vio cómo varios de los murales más emblemáticos de nuestro Rock dispersos por la Ciudad de Buenos Aires habían sido alterados por no decir directamente tapados, en el peor de los casos.
Pero no todo está perdido. Algunos murales aun resguardan un poco de sí, o al menos no han sido tan modificados como para volverlos irreconocibles, como ya sucedió. Estos son algunos ejemplos:
Las chicas la sacaron barata. En parte, al menos. En el mural conjunto que contiene a Fabiana Cantilo, Sandra Mihanovich, Claudia Puyó, Hilda Lizarazu, Patricia Sosa y Celeste Carballo, las grandes mujeres de nuestro rock hay un par de dibujos hechos encima pero siguen estables en buena medida. Así también la pintura de la tapa del disco homónimo de Viuda e Hijas de Roque Enroll, banda de mujeres en la que se encontraba, entre otras, María Gabriela Epumer.
Algo similar ocurrió en el caso de Miguel Mateos. El homenaje pintado en Albarellos y Argerich (Villa Pueyrredón) tiene restos de propagandas pegadas encima, pero aún se lo puede distinguir bien. La pared conmemora la que fue la obra cumbre de Mateos, su disco ‘Rockas Vivas’, junto con todo un público efervescente por verlo.
El único que está realmente decente, por ahora, es el de Diego Torres. Ubicado en Tucumán al 1900, enfrente de FLACSO, el mural hecho en homenaje al hijo de Lolita Torres se mantiene bastante bien, aun teniendo en cuenta el constante fluir de la gente por la zona. Esperemos que aunque sea este se mantenga sostenidamente en pie.
Que ciertos murales sigan en pie no quita las maldades que se les han hecho a los demás, claro está. Pero al menos es un paso para empezar a ver las cosas de otra forma; sobre que son mucho más apreciables si se los deja para lo que fueron construidos. Mañana, la tercera parte que cierra con lo hecho a los murales de Pappo, Sandro y un curioso homenaje de la gente al gran Luca Prodan.
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