Cuando se tiene a un personaje profundo, con varias capas de conocimiento sobre sí, y sobre todo con mucha historia, siempre se puede extraer algo más de su vida, lo que sea que haya durado. Esa es de algún modo la propuesta que otorga el nuevo libro de Oscar Jalil, “Luca Prodan. Libertad divino tesoro” (editorial Planeta), que fue presentado ayer en el Museo del Libro y la Palabra (Av. Las Heras 2555) junto con invitados especiales.
Además del autor, completaban la mesa Bruno Larocca (editor de la revista amiga MaviRock y moderador), Alfredo Rosso y Andrea Prodan, hermano de Luca y cantante de la banda Romapagana. Ellos, de la mano con el auditorio, se encargaron de recordar y rescatar aspectos de la vida del antaño cantante de Sumo, protagonista excepcional del libro.
“El libro fue una herramienta muy importante, porque es todo lo que yo siempre había querido saber”, acotó Andrea al respecto. Agregó, además, que en Italia –país natal de los Prodan – se está haciendo una película sobre Luca, pero que no recala en su participación en la banda, sino como personaje a rescatar para un país que, según su punto de vista, es cada vez más decadente. “Luca se burlaba de ingleses, italianos, era un hijo de puta…” siguió el otro Prodan previo a las risas generales desatadas en la sala. La personalidad de su hermano mayor fue el eje central de la charla –que prácticamente se robó – en poco más de una hora.
En otras palabras, Jalil reconoció que la idea fue sugerida por el CEO de su editorial y editor en Los Inrockuptibles, Mariano Valerio, en base a otra sugerencia, esta vez de Nicolás Miguelez. El trabajo le deparó cuatro años de investigación que le sirvieron, por ejemplo, para echar por tierra mitos como su enemistad con Virus, o su supuesta “misoginia”. De hecho, agregó que lo que más le sorprendió fue “su mirada sobre las mujeres”. Y cómo desde el punto de vista de ellas, su vida era aun más esclarecida.
Para cerrar la exclusiva velada, pasó a escena Ismael Soko (hijo de Alejandro) que, junto con Andrea, interpretaron canciones de las más diversas: White Trash y Breaking Away en tanto autoría de Prodan hasta Ringing Bells, de Bob Dylan y una canzonetta tradicional italiana –todo en formato acústico a dos guitarras. No demasiado arreglado pero sí con un buen sonido y una mejor actitud. Bien gutural, auténtica y genuina. Tal como a Luca le hubiera gustado.
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