“Get back, get back. Back to where you once belonged ” (Regresa, regresa a donde perteneces). Más allá de lo que haya de significar la letra de “Get back” realmente, un 30 de enero de 1969 The Beatles se preparaba para protagonizar uno de los últimos hitos de su legendaria carrera, volviendo a emanar esa imagen de juventud y esa rebeldía inocente y pacífica que los afamó a principios de la década.
Se trataba de presentar “Let It Be”, el decimotercer y último trabajo discográfico de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr.
En medio de la preparación de un disco que sería el último en zarpar a todos los oídos del mundo, pero que fue grabado previo a “Abbey Road”. Los cuatro de Liverpool no eran los mismos: el fallecimiento de Brian Epstein, la llegada de Yoko Ono, las disputas personales y el choque constante de egos musicales gigantes, como pasó, por ejemplo, en Pink Floyd, habían ido desgastando la relación entre los cuatro. Incluso, como se sabe, casi habían dejado de presentarse en vivo desde 1966.
Fue por todo ese barullo que la presentación de The Beatles en la azotea de Apple Corps, empresa de la cual eran propietarios los cuatro de Liverpool, y que incluía por supuesto el estudio de grabación en el que se estaba gestando Let it be (que iba a llamarse como su último track, Get back), fue tan llamativa en su momento. La -para varios- mejor banda de la historia del rock quiso hacer algo a lo grande, y a la vez, a lo sencillo, para dar una especie de despedida global: sería su última presentación pública en vivo, juntos.
Imagínese usted, siendo un señor, una niña londinense caminando por la Savile Row y de repente escuchar “Get Back” en vivo, gratis y sonando desde una terraza. El hecho, por supuesto, fue marcado como un hito de la música y es recordado incluso como el Concierto de la azotea, que duró más de 20 minutos de algarabía. Y hay algo que, al menos hoy, nos parece inentendible. ¿¡Quién carajo fue el que se quejó?! Sí, porque hubo quejas, y la Scotland Yard, la policía londinense, tuvo que interrumpir el histórico concierto.
La lista de temas, que incluyó dos versiones de “Get Back” abriendo y cerrando el interrumpido show, se completó con la aparición de “Don’t Let Me Down”, “I’ve Got a Feeling”, “One After 909” y “Dig a Pony”. Así, la banda que le voló el mate a millones y que hoy lo hace con sus hijos, nietos y bisnietos, decidió disolver finalmente su imagen de una manera mítica.
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