Lo que nos dejó la visita de los Rolling Stones

Ya pasó, se fue, en horas tocan en Montevideo, y los seguimos teniendo cerca, pero la realidad, a la que algunos les cuesta caer más que a otros. Es que la cuarta visita a la Argentina de Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts ya es historia. Atrás quedaron tres shows que hicieron vibrar a 150 mil personas en La Plata y que permitieron una recaudación de más de 100 millones de pesos en bebidas y comidas (Y, claro, con esos precios). Pero más allá de los fríos números, ¿qué más nos deja la cuarta visita de Sus Majestades Satánicas a este suelo?

Desde el momento 0, cuando Keith Richards se asomó y saludó, sombrero en mano, se reavivó el fuego de una historia de amor que no tiene final: la de los rollingas argentos con los Rolling Stones. Es un amor puro, visceral, sincero e incondicional. Cada vez que ellos vienen a la Argentina hay gente que, literalmente, deja de vivir su vida para seguir los pasos de ellos 4 y ver si se los pueden cruzar en algún recoveco de mi Buenos Aires Querido, como cantaba Gardel, único argentino ilustre, casi, que le faltó recordar a Mick Jagger, que homenajeó a Charly García, habló del “Papa Franciscou” viéndolo por internet y hasta le agradeció a Ciro.

Varias bandas lo reventaron, pero tenían que venir los Stones para que el estadio Único sienta en carne propia lo que es estar hasta las pelotas. Con entradas que arrancaron en 1250 y que terminaron varios miles más arribas gracias a la reventa, los Stones y la gente armaron tres shows de más de dos horas de duración, de 19 temas de largo (salvo la última, que tocaron 18) y en el que lo primero que dejaron claro es su vigencia: Mick sigue moviéndose como en sus años mozos, Keith sigue siendo ese hechicero de las seis cuerdas que nos embelesa, Ron exhibe su versatilidad y Charlie, bueno, Charlie jamás perderá el tempo. No habrá manera. Pero tuvieron que venir ellos para que, en palabras del propio Jagger, se desatará “El pogo más grande del Mundo”. En versión angloparlante, claro. El tema es que fue tal la euforia que algunos tarados, incluso, se sintieron habilitados a encender las letales bengalas. Unos boludos, lisa y llanamente. Y sin memoria.

Jet Set, yo quiero ser del Jet Set

En sus días en Buenos Aires, los Stones comieron carne, bailaron tango y, seguramente, habrán recibido alguna visita amistosa del género femenino. Pero, además, Jagger está vez innovó y decidió recorrer algunos lugares neurálgicos de la Capital y subirlo a sus redes sociales, como el Monumento a los Españoles, en Libertador y Sarmiento y el Cementerio de Recoleta. En su visita a la Argentina, también se hicieron tiempo para cenar asado con parte del Jet Set de la Argentina en la casa de Marcela Tinayre y, como en épocas de Carlos Saúl, fueron recibidos por el presidente de La Nación. Mauricio Macri los invitó a su quinta privada y se retrató para la posteridad, con la bellísima Juliana Awada ubicada entre Mick y Mauricio. Richards, como un abuelo, sosteniendo la mano de la pequeña Antonia que, seguramente, todavía no sabe que le sostuvo la manita, con toda la cadencia paternal de la que es capaz, una verdadera leyenda de la música.

El Stand up de Jagger

Pero no fue lo único que los Stones dejaron para recordar. Jagger estuvo particularmente verborrágico y chistoso. Y aunque dicen que el humor inglés no es de los mejores, el líder de los Stones arrancó carcajadas cuando aseguró que “Charlie se comió un choripán en la Costanera, con Chimichurri” y, la última noche, también aseguró que él mismo se había comprado “un dos ambientes en Chacarita”.

La Perlita

Quizás el regalo más grande que los Stones le hicieron a la Argentina, fue que el domingo 7 de febrero, en su primer show, tocaron “Anybody Seen My Baby?”, ese hit alojado en el disco “Bridges to Babylon“. ¿La particularidad? era un tema que no tocaban en vivo desde 1998, y el hecho que volvieran a tocarlo alcanzó repercusión mundial en el Planeta Stone. La versión salió bien, pero Jagger necesitó más que nunca el apoyo de los excelentes coristas que los acompañan, la sensual Sasha Allen (La descosió en “Gimme Shelter”, las tres noches) y del carismático Bernard Fowler, que brindó su propio show en el Roxy, aplastando cabezas. El tema, en cuyo video aparece una joven Angelina Jolie, fue recibido de manera excelente por el público argentino.

El Fútbol también estuvo presente

Esta vez, el lugar del show no está identificado con ningún equipo en particular. Es por eso que los Stones no recibieron camisetas en esta oportunidad. Bueno, sí, Ron Wood recibió la “23” de Leonardo Ponzio, el jugador de River. Y la usó como fondo en un pequeño video que hizo en su propio Facebook donde aseguraba “amar” a los argentinos. Richards también tuvo su dosis cuando se asomó al balcón y vio el telón con la lengua con los colores de Racing, propiedad de los “Racing Stones”. Pero, además, la visita de sus Majestades, contó con la presencia de varios futbolistas. Carlos Arano, Sebastián Domínguez, Ezequiel Videla (que vio el show en compañía de Santi Aysine, líder de Salta La Banca), Leonardo Pisculichi y Daniel Osvaldo, entre otros, dijeron presentes en alguna de las tres noches en que los Stones pusieron de rodillas a La Plata.

@ronniewood es del más grande!!! ⚪?⚪ Cc @tatolanusse

Una foto publicada por Leonardo Ponzio (@leoponzio_ok) el 13 de Feb de 2016 a la(s) 12:16 PST

Multimedia, videos y regalos

Como han pasado 10 años de la última vez que vinieron a la Argentina, mucho ha cambiado. Lo que más se nota es en el tecnología, esta vez, la banda pudo jugar con sus “seguidores”. Así apareció el “#ByRequest“, que permitió a los fans elegir una canción por noche. En la primera noche sonó “Street Fightning Man”, en la segunda “Angie”, y, en la tercera, “You Got Me Rocking”. De algunos de esos temas, editaron vídeos cortos que subieron a sus propias redes sociales, de la primera noche, “Street Fightning Man”, de la segunda “Paint it Black” y, de la tercera, el inicio de “Satisfaction“. Además, la lista se pudo conocer casi que simultáneamente al show e incluso, con la presencia de Drones, se pudo constatar la dimensión del show visto desde arriba. Tecnología que también estuvo presente en el escenario que trajeron: tres pantallas de súper híper mega archi ultra HD para que nadie se pierda detalle del show, así estuviera de espaldas. Además, luces por doquier, y un juego de animaciones que realmente dejaron boquiabiertos a más de uno. Posted by The Rolling Stones on sábado, 13 de febrero de 2016

Teloneros, polémicas y regalos inesperados

Los teloneros de los Rolling Stones estuvieron a la altura. Nadie dudaba de Ciro, quién ya había teloneado a los Stones, pero sí había dudas y críticas para La Beriso. Lo cierto es que más allá de algunos abucheos aislados, los liderados por Rolo Sartorio, realizaron tres shows bastante sólidos que fueron recibidos con respeto por el público, público que se terminó de amigar con la banda cuando, en la última noche, invitaron a cantar a miembros de “Los Ratones Paranoicos”, banda Stone por excelencia. Ciro, que se llevó la ovación del estadio ya repleto los tres días gracias a su carisma en el escenario y la nostalgia que provocaron los himnos piojosos, recibió un regalo de Jagger: una armónica autografiada. Para guardarla toda la vida.

De lo nuestro, lo peor

Como en cada evento enorme que existe, siempre hay cosas para la lamentar. Y, esta no fue la excepción. A los colados en los tres días, hay que sumarle que la policía repartió palos en el primer show y que siempre estuvo atenta para seguir pegando. Además, volvieron las tristemente célebres bengalas. En la última noche, durante “Satisfaction”, se encendieron por lo menos cinco. Es una lástima que no se haya aprendido nada. Ah, y otra cosa, ¿dónde estaba el cacheo? Porque en el Ciudad de La Plata no.

En fin, pasó la “Semana Stone” en Buenos Aires. Ojalá, ahora los disfruten los hermanos uruguayos, brasileros, peruanos y mexicanos. Nosotros ya lo vivimos y, una vez más, los hicimos sentir como en casa. Se los prestamos un ratito, pero los Stones, por más que sean oriundos de Londres, son más argentinos que el Diego, el Dulce de Leche y “el pogo más grande del mundo”.

Producción Damián Basile y Javier García