Lejos de ser un domingo típico, estigmatizado con escalas grises, de un fin de semana que se terminaba para volver a la rutina, apareció el 1 de noviembre. En un vértice de la historia, jóvenes de manera multitudinaria se dispersaban por toda Capital Federal (disfrazados de muertos vivos desfilaron bajo la consigna “zombie walk”). Al mismo tiempo, camisetas “azul y oro” se preparaban para ser los mejores de los 30 y en caravana se movían por el centro. En el medio de todo esto encajó Simón, Basta! Llenos de vida se lanzaron a la presentación de su EP, en La Trastienda write good essays of high quality , para ser el contrapunto de aquellos “zombies” pululantes y estar a tono con la cantidad de hinchas xeneizes que intentaron repartirse entre la fiesta y la vuelta.
Puntualidad: la primera promesa. A las 20 se anunció y se respetó a rajatabla. La gente intentó hacerse amiga del reloj y especular con el final de los últimos 45 minutos en La Bombonera, y a la mayoría le resultó. Una parte de los ansiosos (aquellos que ingresaron con anticipación para poner su granito de arena en la organización del cotillón) estaba firmes, al pie del telón, a la espera de la apertura. Un “¡Buenas noches!” que se sostuvo por varios segundo en los oídos daba la bienvenida. La voz de Fernando “Toti” Veigas manejó los hilos de los primeros instantes en San Telmo. Tropiezos, tema perteneciente a su anterior trabajo, fue el elegido para empezar la noche entre globos azules.
La Trastienda se posicionó como la fecha más importante para la banda, hasta el momento. Era uno de los objetivos de Simón, uno de los Monstruos Imposibles para los de la primera hora. Por ese camino fueron y la emoción se vivía a flor de piel. La cabeza de Toti chocaba con la de Santiago Corral (bajo) para condimentar un tema que rebalsó de rock, con el riff de la guitarra de Ignacio Carranza y la batería de Sebastián Pirani.
La idea era seguir bien arriba y la opción fue Chacandombe, con la fuerza de las manos en alto y las palmas. La próxima parada fue Estación Chascomús, el tren fue por las cuerdas vocales de Veigas. El mismo que recibió, posteriormente, a toda su gente con palabras de agradecimiento y aclaró algunas sorpresas que estaban a la vista. Un cuerpo de vientos acompañó a la banda para darle más fuerza y presencia al show que continuó con Algunos Puntitos.
“Vamos a tocar uno de los nuevitos”, era el momento de El Mismo Cielo. Habían pasado seis canciones para que aparezca un poco de lo que convocó. Se notó el crecimiento de la banda con la primera muestra en vivo. Un sonido más sólido y envolvente – que se apoyó lógicamente en una buena acústica del lugar – fue la pauta de todo el trabajo que se imprimió en la previa.
Individual se metió en la lista, mientras algunos puños golpeaban sus propios pechos. Era el momento del primer invitado y fue presentado como una de las mejores voces del under nacional. Diego Fauci, voz y guitarra de La Caverna, se hizo presente para cantar El Primo De Un Amigo.
Esperando Llegar, Superstar y Soy buy Accutane online cerraron la primera parte. Prácticamente, el show se dividió en tres, y la diferencia estuvo en el medio. Un segmento de canciones comandado por un quinteto de cuerdas manejaron los tiempos en ese momento. Pajarito, Eternidad (a dúo con Sebastián Pirani) y Deja Vú fueron el trio de temas seleccionados.
“Vamos a rockearla”, se escuchó. Disfraces sonó. Uno de los puntos fuertes de Lleno de Vida subió la temperatura en La Trastienda. Desperté también salió a la luz, pero el público femenino deliró con Rey De Las Estrellas – un mantecol voló por el aire y se estacionó en las manos de una chica -.
Se venía el momento fuerte de la noche. Antes de llegar a la segunda decena de canciones Felicita se hizo un lugar y la gente manejó los coros. “Voy a presentar a un amigo, a una persona que le abrió las puertas a un montón de bandas”, Toti Where to Buy brand Viagra Nigeria, No prescription , approved pharmacy. We offers wide variety of generic and brand products. mantuvo el suspenso hasta que Santiago Aysine (Salta La Banca) salió al ruedo. Con su clásica manera de desplazarse, dando saltitos y a los abrazos acompañó con su voz en Mil Cien Noches, mientras un puñado de mujeres se amotinaron sobre las vallas.
Como el clima tenía que seguir bien arriba, hicieron Hoy en una versión para bailar. Intentar hizo delirar, otro de los caballitos de batalla de la banda que demostró todo su poderío en vivo. Uno de los clásicos, Obstinado, no podía faltar, pero la fiesta estuvo con Tormenta Sin Fin. Incontables globos negros, rojos y blancos invadieron la visual para apoderarse de la canción. Fieles a su estilo, y cerca del final, evocaron a Cristian Castro con No Podrás. Para cerrar eligieron Ni A Palos. De esta manera, en dos horas de recorrido, Simón, Basta! hizo su fiesta en La Trastienda. Llenos de vida, regalaron un show que les permitió lucir su nuevo trabajo y defender lo que los llevó hasta ahí.
Fotos Florencia Mascheroni
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