Desde temprano fueron llegando fanáticos en micros, autos y todo medio de transporte. Más de 80 colectivos se acercaron a La Paternal de distintos puntos del país. Todos se congregaron para ver el show más grande en la historia (hasta ahora) de su banda de rock. La feria de camisetas beriseras formaba un camino hasta la puerta del estadio y adentro estaba el enorme escenario con pantallas gigantes atrás y a los costados, y paneles con la tapa y contratapa del disco que se presentaba de manera oficial. Pasadas las 20.30, salió La Beriso para dar un show largo y emotivo.
Rolando “Rolo” Sartorio en la voz y guitarra acústica, Javier Pandolfi en la batería, Pablo Ferradas y Emiliano Mansilla en guitarras y Ezequiel Bolli en el bajo se llevaron todas las miradas. Sonaron los acordes de “Mañana” y comenzó la fiesta. Estalló la lluvia de papelitos metálicos y Rolo encapuchado con una campera negra arrancó su desfile bailantero por todo el escenario. A mitad de tema, arrodillado y sin la capucha, gritó: “¡Muy buenas noches, Malvinas!” Pasó el tema de Historias y lo siguió “Mirás al Cielo” de Atrapando Sueños. El sonido era espectacular y se detallaba cada instrumento sin pisar ninguno al otro. La voz sobresalía, por supuesto. Fueron alternando discografías para romper los esquemas y volvieron al último cd con “Ella”, esa canción triste como tantas otras de la banda. La Beriso es una mezcla rara, como dice el tema de Order Online at USA Pharmacy! Buy cheap Valtrex . Free Delivery, Us Generic Valtrex. Los Gardelitos. Puede tener letras repletas de dolor y tristeza pero con las melodías hacen mover a todos en vivo. Esa fiesta es la que proporciona la banda de Avellaneda desde 1998, cuando soñaba con llenar lugares a través de su música. Con “Te Burlaste” subió la temperatura de la noche cálida y “Venenosa” terminó de encender a la multitud. El pogo se desató y el baile de Rolo también. No podían faltar esos pasos casi femeninos con una pizca de Mick Jagger. Para “Mi Banda de Rock” se subieron los primeros invitados de la noche: los hermanos Ale y Diego Kurz de El Bordo para acompañar en la voz y en guitarra, respectivamente. El hit que relata la previa de un fanático antes de un show enloqueció a la gran mayoría. “Dónde Terminaré” escoltado por los vientos regresó a Historias para un show que venía al palo. “Son una banda, loco. Hoy me levanté a las seis y media de la mañana y pensaba en la noche que nos esperaba. Somos 15000 y encima se quedaron un montón afuera. ¿Ahora vamos por Ferro?”, le preguntó Rolo a la gente. Con eso dejó entrever que en alguna oportunidad irán al club de Caballito.
Más adelante apareció otro instrumento en escena y fue el violín. En la noche hubo varios invitados y todos se destacaron con determinación. Interpretaron “Recuerdos” con Rolo tocando y realizaron también “Traicionero” y “Otra Noche Más”, tres simples al hilo de Historias. Y para cerrar el primer capítulo de la noche estuvieron dos más del disco nuevo: “Como Olvidarme” y “Enloquecer”, con la introducción del tecladista Conde Kung en el primer tema y con la letra amorosa del último. Luego, el “Colo” Sartorio pidió un descanso de tres minutos para bajar la intensidad y el sofocón.
La segunda parte arrancó tranquila para subir los decibeles tema a tema. Empezó “Dejame”, otro infaltable en una lista de ellos, y lo siguió “Mi Destino” del álbum nuevo. Sin embargo, el segundo capítulo se formó en su mayoría por clásicos de la trayectoria del grupo. Antes de “Infierno” –como siempre- hicieron el cover “Boogie” Order genuine viagra online consultation while empty viagra low cost sometimes level. four reasonable less a screening and Buy Cialis Professional online. de los Ratones Paranoicos pero con una particularidad. Subieron dos mujeres con pollera y corpiño, una de negro y la otra de violeta, y durante “Boogie” se pasearon por el escenario con bailes sensuales y quedando sólo en tanga y corpiño. Hasta coquetearon con Rolo, que reía y bromeaba constantemente. Después se retiraron y Malvinas realmente fue un “Infierno”. No por el calor que dejaron las chicas en la pista, sino por las llamas que lanzó el estadio a los costados del cantante y por encima de la escenografía. La sensación de calor intenso fue inevitable con cada llamarada y la tierra quemó como el infierno, tal cual indica la canción. En “Madrugada”, Néstor Ramljak de Nonpalidece acompañó en voz a Rolo y el tema se tocó dos veces. No por un error, sino porque daba para todo esa noche. “¿Vieron que este tema lo hicieron cumbia? Bueno, alguna vez vamos a hacer esa versión”, bromeó Sartorio. Pegado a su dicho, improvisaron sus compañeros con una base de cumbia y el líder se prendió a cantarla sin pensarlo tanto. Realmente la noche podía regalar de todo.
Cerca del cierre, el compositor señaló: “Este tema lo hice por mi hija Lola, que hoy está cumpliendo diez años. Había quedado afuera de Atrapando Sueños y quedó para este”. Segundos después presentó a Claudio “Tano” Marciello (guitarrista de Almafuerte) para “No Me Olvides” –canción que abre Historias- y cuando pasó el comienzo lento, se desató el pogo. Se mezclaron las tres guitarras, la armónica, el violín, los vientos, la batería, el bajo… Todos para condecorar la gran presentación de Historias. Un show inolvidable. Para quienes estuvieron tocando y para quienes no. La Beriso transmite amor, dolor, tristeza, alegría. Todo eso mezclado en un sube y baja musical y sentimental permanente. Es una de las identidades de la banda: relatar el dolor y las miserias de la sociedad. Son letras crudas y directas. Los matices de alegría y melancolía sobran. Y el final frenético lo dieron con “Lo Olvidó”, “Vamos por la Gloria” y “Tan Sola”. Esas tres fueron las últimas de un recital que terminó cerca de las 00.30 del domingo. En la previa la banda había anunciado que arrancaría temprano porque se iba a tocar mucho y cumplieron. La promesa se llevó a cabo con más de tres horas de recital y 34 canciones tocadas. De esa forma demostró (como en essays are unique and of high quality Ciudad del Rock) que convoca masas y que tiene muchísimo todavía por aportar a la escena local. Hasta un Malvinas al aire libre les quedó chico. La pasión berisera no conoce límites y su gente lo plasmó otra vez.
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Fotos por Eduardo Romero para Rock And Ball
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