Cuando decimos 2011 en la música internacional, decimos Foo Fighters con Wasting light, Radiohead con King of limbs; decimos Metallica y Lou Reed con su inesperado Lulu, y 21, el segundo disco de la inglesa con la voz de una potencia angelical, Adele –que puede no tener ni un solo riff ni guitarras distorsionadas, pero sigue siendo rock, ¿por qué? Vos leé-.
Sin dudas el trabajo estrella en el ámbito gringo fue el de los Foo. Su séptimo trabajo de estudio resultó en una bomba de puro rock, definida por el mismo Grohl como “su álbum más pesado hasta el momento”. Wasting Light cosechó no sólo excelentes críticas, sino también seis nominaciones en los premios Grammy, entre ellas la de álbum del año.
Además, junto con el disco grabado enteramente en el garage de Grohl, llegó por fin el anuncio del paso de la banda por nuestros pagos con dos River de por medio, en el marco del Quilmes Rock del próximo año. Para que nadie pueda decir que se quedó con las ganas.
Por su parte, con mucha menos estridencia comercial, los británicos de Radiohead le pusieron una buena cuota de calidad al año musical con su octavo trabajo, The king of limbs, que fue lanzado al mercado en CD y en formato digital. Para no perder la costumbre, las estrategias de difusión del grupo no fueron las tradicionales: no hubo lanzamiento de sencillos, sino sólo un video musical de la canción Lotus flower.
La versión en vinilo del álbum fue la más vendida del 2011, pero el disco no llegó a los podios los ránkings internacionales -de hecho fue el primer álbum de la banda desde The Bends en no alcanzar el primer puesto en los charts-. Sin embargo es bien sabido que los números de la industria poco importan: The king of limbs tiene totalmente merecido un lugar en el resumen del año, principalmente por su innovadora forma de distribución, que eliminó de los precios de descarga la gestión de derechos digitales.
La reunión de Metallica y Lou Reed que culminó en la realización de Lulu fue otro acontecimiento musical tan inesperado como digno de mención, ante todo por lo arriesgado. El proyecto surgió luego de que Reed tocara con Heatfield y los suyos en el concierto del vigésimo quinto aniversario del Rock and Roll Hall of Fame.
El trabajo resultó una combinación entre la lírica del estadounidense y la música de los metaleros, que, si bien fue mal recibido entre los críticos y los seguidores de ambas partes, consistió ante todo en una propuesta distinta, y bueno, digámoslo, no muy afortunada.
Y no se puede cerrar un resumen del 2011 dejando de lado a la inglesa de 22 años, Adele, que con 21 vino a darle una vuelta de tuerca nueva a la industria de la música. No sólo es innegable que tiene una voz y un soul que pueden tirarte abajo un par de paredes, sino que además rompió con los estándares estéticos de las estrellas de la música.
Si no, pregúntenle a Chester Bennington, vocalista de Linkin Park, que versionó Rolling in the deep, o a Dave Grohl, que no dudó en elogiarla: “La gente se sorprende de que Adele venda tantos discos. Yo no. ¡Ese disco es genial! Ella tiene una voz hermosa, y la gente queda en shock cuando descubre un talento real. La música debería ser más que un espacio publicitario, más que loops sintetizados automáticamente y una imagen diseñada para lucir como un superhéroe o una modelo.” Y si que el ex Nirvana alabe tu trabajo no es rock, ¿qué es rock entonces?
Contanos cuáles fueron para vos los hitos musicales de este año que ya se va, y ahora ¡a esperar qué nos traerá el 2012!
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