Newell´s quedó eliminado de la Copa Argentina y se disipó el sueño de la triple corona. El equipo salió a disputar un encuentro que perdió con justicia pero que se desarrolló en un contexto poco favorable para los rosarinos. Inevitablemente, los jugadores estuvieron pensando en cualquier cosa, menos en el partido, porque hacía minutos que acababan de coronarse como campeones del Torneo Final 2013.
El fútbol argentino está diezmado en varias cuestiones: cada vez es más notoria y elocuente la precaria forma de jugar que lleva a cabo cada club (no todos), generada por los jugadores e ideas de los conductores, la violencia asecha al país a nivel social y en las canchas se ve reflejado. Esos dos aspectos terminan influyendo en la organización de cada encuentro y de cada fecha, sumado a que las autoridades son bastantes inoperantes. Pareciera que se esfuerzan para hacer mal las cosas.
La Lepra terminó pagando los platos rotos de los violentos y de los que ya no tienen la capacidad para discernir y tomar buenas determinaciones. La suspensión del partido entre Lanús y Estudiantes fue hace poco más de 15 días y se tendría que haber reanudado hace una semana y no esta. A sabiendas de que le quedaban dos jornadas al campeonato para llegar a su finalización y que era probable que Newell´s pueda dar la vuelta contra Rafaela, no importó la lógica, se desmereció todo el esfuerzo del club en los seis meses y se dirimió la peor opción para todos. Ya no se sabe si lo hacen adrede o son inútiles.
El equipo hizo lo que pudo; no jugó mal pero tampoco fue su mejor día. Los cordobeses lo superaron porque les salió todo lo que planearon. Es imposible entrar a la cancha concentrado luego de haber sido campeón minutos antes. Los jugadores no son manejados por un control remoto, no son robots y tienen sentimientos. Esa emoción fue la que obnubiló a cada uno de los que entraron al verde césped. “Tenía la cabeza en otro lado, antes del partido estábamos con mucha euforia, no le quitamos merecimientos a Talleres que jugó muy bien y mereció ganar, pero media hora antes de empezar el partido habíamos salido campeones”, admitió Nacho Scocco.
Más allá de la derrota y que el plantel se había puesto como objetivo pelear todo hasta el final y tratar de ganar los tres torneos, a estos pibes no se les puede pedir más. Lo que lograron es único porque la mayoría son todos del club, se sienten pertenecientes a un sentimiento y a una idea. La plantilla no es pletórica ni mucho menos, más bien acotada. Pero las condiciones y el amor de cada uno para disputar todos los partidos y para dejar lo mejor, es lo que conmueve y lo que despierta. Por eso no se puede mirar para un costado, porque se reconoce y conmemora a los futbolistas y cuerpo técnico.
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