¡1000 pesos! Sí, una luca. Cierto es que hoy, ese dinero, no compra mucho. Al menos no tanto como hace algunos años atrás. Igual sigue siendo un fangote. Y más para presenciar un partido de dudoso nivel, como el que sostendrán, el próximo domingo desde las 21.30, Olimpo y Boca.
Los mil pesos son el aprovechamiento integral de una medida falaz y estúpida. Falaz porque las cosas siguen pasando (dos apuñalados en Claypole) y estúpida porque no garantiza nada y, es más, da pie a todo tipo de trampas y riesgo, porque el hincha se sigue infiltrando. Su pasión no conoce de leyes, ni impedimentos. Mucho menos es plausible pedirle que razone. ¿Y que decir de aquellos palquistas que van a pagar ¡2500 pesos! cada butaca? Nada, mejor dejarlo ahí, ¿no?.
Entonces, “prohibir” al hincha visitante, sólo lleva a aguzar el ingenio para, una de dos: violar la medida o ver de qué manera sacar una aprovechamiento integral. Cuando los organismos de seguridad resolvieron comenzar a vender “plateas” para visitantes, dejaron bien en claro que la segunda primaría. Pero todavía eso no está en vigencia, a menos que seas “hincha neutral”.
Punto uno: no hay muchos clubes del fútbol argentino que posean “plateas” para vender. Es más, en el 90% de los casos se trata de una popular con butaca. Ni cambia la visión, ni mucho menos el riesgo, ni tampoco hay un “beneficio”. Es, a fin de cuentas, una popular un poquitito más cómoda. Eso sí, se cotiza, normalmente, el cuádruple de una popular. Ahora, que sólo hay plateas, la cotización aumentará.
Olimpo, el primero en utilizar este “recurso” contra un grande, colocó las “plateas” del Roberto Carminatti en mil pesos. Ojo, “plateas neutrales” porque todavía no quedó oficializado eso de “plateas visitantes”. Son 450 y si usted hace rápido la cuenta…Sí, 450 mil pesos con hinchas neutrales. Eso sí “que no vengan con cosas de Boca porque no los vamos a dejar entrar”.
Es una ubicación que no lo vale, para un partido que, y esto hay que decirlo, tampoco sale eso. Ud, en condiciones normales, ¿pagaría mil pesos para un Olimpo-Boca de la sexta fecha de un torneo? ¿Los pagaría por cualquier partido de una sexta fecha? No, ni en pedo. Por supuesto que no.
Sin embargo Olimpo, seguramente, venda todas las plateas que ponga a disposición. Porque la pasión no conoce de billeteras. Y los clubes lo saben. Así le cobraban las plateas a los hinchas de River en la B Nacional y así se las fajarán a los de Independiente. Porque se puede aceptar que a uno lo violen, en sentido figurado, para obtener una entrada. Se puede pagar precio exorbitante, se puede aún sabiendo que una entrada para ir al Mundial se consigue desde la mitad de ese precio. Lo que no se puede es no estar pudiendo estar. El que pueda, claro.
Una locura. Una locura para cualquiera, menos para el hincha de fútbol. Y ahí Olimpo hace uso –y abuso- de la viveza criolla, valiéndose de una medida por demás estúpida. Digo, ¿quién garantiza que en las plateas del aurinegro no haya barras? Barras que, además, entrarán gratis, por supuesto. Porque viveza criolla con cualquiera, menos con los barras.
Así las cosas, ir a ver al Barça de Messi sale menos. Ir al Mundial sale menos. Disfrutar de un Olimpo-Boca, sin Riquelme ni Gago, ni siquiera con Orión, vale esa cantidad de dinero. Una locura. Una locura alentada, sostenida y propiciada por eso de “no visitantes” y lo peor: la invención de la figura del “hincha neutral”, una locura que inventó Daniel Vila en momentos que el River de la BN visitó a Independiente Rivadavia en el Malvinas Argentinas. Una semana después se “legalizó” la vuelta de las hinchadas visitantes.
En una semana, como mucho dos, se volverá a permitir el ingreso de plateístas visitantes y no de populares. Como si la violencia fuera una cuestión de qué sector de cancha uno asiste, ¿no? Da la sensación que la AFA y quienes toman esta decisión terminan justificando esto que hoy hace Olimpo y la próxima semana seguramente hará el rival de River, San Lorenzo o Racing. Aprovechar la grandeza del rival, la certeza que habrá locos o boludos que pagarán ese precio y sentarse a contar billetes. Hace rato que nuestro fútbol se redujo a eso: sentarse a contar billetes, mientras el 5 no se la puede pasar al 10 con claridad. El espectáculo es cada vez más pobre, pero cada vez más caro. ¿Viveza Criolla? No, además somos unos pelotudos bárbaros. Todos, eh. Sino, no se explica.
Y, dentro de la inmensa cantidad de pelotudos que piensan que pagar 1000 pesos una platea es una muestra de lealtad, están esos pocos vivos que, mientras la pelota se trata cada vez peor, se siguen sentando a contar billetes mientras la pelota rueda. Perdón, “rueda” es una frase hecha. En realidad, cada vez más, la vemos por los aires.
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