La Bombonera, que últimamente no gana para disgustos, podría ser suspendida luego de los incidentes provocados por la hinchada de Boca esta tarde durante la disputa del Superclásico. Promediando los 30 minutos del complemento, el encuentro entre Boca y River debió ser interrumpido durante más de 5 minutos a causa de las bengalas provenientes de ambas tribunas locales. Como si esto fuera poco, el árbitro Delfino se vio obligado a frenar el partido en dos ocasiones más, cuando a Barovero le cayeron petardos provenientes de la Popular Sur.
La misma historia de siempre. A mi hermano, a mi papá y a mí, que vamos a platea, nos hacen el cacheo más exhaustivo del mundo. A mi me piden que les muestre hasta las suelas de las zapatillas y a mi papá lo hacen dejar el paraguas en el auto un día de lluvia, por si se lo quiere clavar a alguien adentro del estadio. Rarísimo. De más estas decir que no a mi porque soy mujer, pero a muchos plateístas les toman las huellas digitales para corroborar que no estén en la lista del derecho de admisión. Todo esto está perfecto si ayuda a preservar la seguridad, pero la ley debe ser la misma para todos. Y es inadmisible que mientras a mí en Uruguay, me pedían que me sacara el pañuelo del cuello para ver si escondía algo, al lado mío pasaba gente de la barra con bolsos gigantes con banderas (y vaya uno a saber qué más) adentro y la policía miraba para otro lado. Porque… ¿Alguien revisaba el contenido de esos bolsos? Claramente no.
Todo esto viene a cuento de los desmanes provocados esta tarde por parte de la hinchada de Boca durante la visita de River. El trámite del partido se desarrollaba de manera tranquila en la Bombonera cuando a los 30 minutos del segundo tiempo, hinchas de ambas tribunas locales comenzaron a lanzar bengalas, bombas de humo y pirotecnia variada y a treparse a los alambrados de manera peligrosa, al tiempo que desplegaban banderas cargando a los de Nuñez con el descenso y entonaban las estrofas de la ya famosa canción “River decime que se siente”. Germán Delfino, de no muy atinado arbitraje, se vio obligado a frenar el partido hasta que la policía consiguió tranquilizar a la parcialidad local. Una vez reanudado en el encuentro, un petardo cayó muy cerca del arquero Barovero, conllevando una nueva interrupción. Tampoco hay que olvidar el incendio de las mediasombras que luego debió ser apagado con chorros de agua para frenar las chispas de fuego que caían hacia la tribuna.
Ahora todos vamos a comenzar a quejarnos de las posibles sanciones y nos lamentaremos diciendo que “las leyes son solo para Boca”. Pero la realidad es que tanto la Policía Federal como el mismo Club Atlético Boca Juniors tienen la mayor parte de la culpa en estas cuestiones. Hoy, el partido estuvo cerca de suspenderse aunque no sucedió nada grave. Pero aquel petardo pudo terminar impactando en Barovero provocándole una lesión o aquella bengala pudo haberse lanzando mal y terminar siendo letal, como sucedió en el encuentro entre el Corinthians y San José de Oruro en la presente edición de la Copa Libertadores. Mientras sigan mirando hacia otro lado cuando determinados “hinchas” ingresen estos elementos prohibidos a los estadios, esta será una cuestión de nunca acabar. Y la verdad es que a mi en este momento no me interesa si Vélez sufrió un castigo por el homicidio llevado a cabo por su barra en el partido versus Emelec o no, o cuántas fechas se suspendió al Monumental cuando mataron a aquel hincha de River el año pasado, o si las leyes son sólo para Boca.
Puede que sea cierto que nos toman de punto para aplicar sanciones ejemplares. Pero más aún sabiendo esto, es que el mismo club debería cortar de raíz estas situaciones y dejarnos de tomar el pelo a todos. Porque los que perdemos somos los verdaderos hinchas, los que queremos ir los domingos al Templo a ver al equipo de nuestros amores y vivir la fiesta del fútbol sin necesidad de agredir a jugadores del equipo rival o poner en riesgo nuestras vidas.
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