Federico Peretti, director de “Esos Colores que Llevas”, elevó un petitorio al club River Plate, más precisamente a su presidente, Daniel Passarella, para que la peli pueda ser proyectada el próximo 25 de Mayo –fecha en que River cumplirá 112 años- como un festejo más del cumple de River que, vale la pena aclarar, está por encima de los hombres y de los nombres. O eso dice siempre quien hoy es presidente de la Institución.
Peretti, quien reventó el Luna Park dos veces hace no mucho de hinchas de River con ganas de emocionarse y vibrar con la película, armada a pulmón, recordando una jornada que sirvió para cristalizar el amor por River, luego del peor revés de toda la centenaria historia de la Institución. En aquel momento, el presidente era Daniel Passarella. Y en aquel momento, ya había puesto trabas suficientes para la realización del evento.
El presidente no quería saber nada con abrir el Monumental para sus legítimos dueños, los socios e hinchas de River. Fue la presión popular, la masa de riverplatenses que copó la calle la que obligó a abrir el estadio. La idea original era abrir una de las plateas laterales y nada más. No pudo ser. La gente reventó el estadio: 60 mil riverplatenses llenaron la masa de cemento con calor y color, un día que nadie iba a jugar. Pero Passarella no quería saber nada con esa pintura.
Peretti, armado de coraje, redactó de puño y letra una carte al despacho de las oficinas del primer piso del Monumental, dirigida al “Sr Presidente”. Allí le expuso sus ganas de exhibir, de manera gratuita y en el marco de una jornada solidaria, la película. Su idea era que cada uno de los hinchas que concurriera llevara consigo un alimento no perecedero. No pudo ser.
Passarella, que muchas veces parece “dormir” o tarda en “aparecer”, tardó muy poco en rechazar la propuesta que impulsó Peretti, pero que impulsaban, desde las redes sociales y el sentimiento miles y miles de hinchas de River. ¿Qué motivos esgrimió? Que ya estaban todos los festejos organizados. Nunca, en estos 4 años de gestión, los “festejos” de la presidencia de River fueron más allá de la tradicional cena. Nunca. ¿Ahora sí? Cuanto menos, curioso.
Passarella se equivoca. La pelicula que los hinchas de River no queremos ver nunca más empezó el 6 de diciembre de 2009, cuando creímos que había terminado la peor película de nuestra historia y no hacia más que empezar la secuela. En cuatro años, Passarella repitió lo peor de Aguilar y le sumó atributos que conformaron un cóctel explosivo que terminó el 26 de Junio de 2011, cuando River se fue a la B.
Exhibió escasa cintura política. Prepotencia y orgullos propios del único jugador bicampeón del mundo con Argentina, pero totalmente inapropiadas para el presidente de uno de los dos clubes más grandes de la Argentina. Subestimó la situación en la que River se hallaba inmerso, pensando que todo se resolvía carajeando un poco y mostrando huevos, como en el verde césped. Passarella se olvidó que colgó los botines y se puso los zapatos. Pensó que todo se resolvía como en la cancha, incluso ahora, cuando rechaza una película que habla de pasión y de emoción, exhibiendo un motivo que no es prohibitivo. O sea, si los festejos ya están organizados…¿Por qué no proyectarla el 24 a la noche, en la vigilia? O cerrando los festejos del día 25? Una pésima decisión política.
Claro, esta “película” de “Passarella presidente” mostró la escasa capacidad política del Kaiser. Desde patear la puerta de AFA, hasta sentarse a negociar como si cada jugador de River fuera único en su especie, pasando por negar la proyección de una película benigna que, vale aclararlo, tiene cero referencias políticas, más allá de mostrar las caras visibles del movimiento político que gestó la idea.
Sería bueno que Passarella, por una vez en su mandato, haga lo que el socio de River le pide. ¿Ramón? Sí, el socio lo pedía. Pero lo pedía desde el 2009 y él lo trajo recién en 2012, cuando a él –siempre él- también le convenía. Ahora, tuvo una nueva chance de ser magnánimo, de congraciarse con el socio, de aprovechar este tiempo de “bonanza” deportiva y reconciliarse un poco con aquellos que lo votaron. Y no, otra vez eligió jugarla de “Villano” y no ser “el bueno” de la película. Decisiones, claro.
Lo de “Esos Colores Que Llevas” es un capítulo más en este, el verdadero film que el hincha de River no quiere ver más. Ese que tiene a un presidente que pudo agrandar aún más su imagen de enorme jugador, multicampeón y un DT ganador y eligió ponerse el traje de dictador, solito y sólo. Verticalizar la conducción de una asociación cívil, pedir unidad y cerrarse, pedir apoyo y negarse cuando llegaba. Un tipo que mostraba una cosa y hacia otra. Esa es la película que el socio de River no quiere ver más. Sería bueno que Passarella lo entienda de una vez. Como para maquillar un poco una historia que pudo ser grandiosa y terminó siendo grotesca.
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